Uno, tras otro, tras otro... Con la esperanza de que, esta vez sí, el autobús que llega a la parada de la plaza Circular sea el que lleva esperando dos horas 'El Peque', como conocen a José Antonio Martínez en su Lorquí natal. Estira ... su cuello para comprobar que no, esta vez tampoco. Con este ya son seis los coches que pasan de largo. «Estoy quemado, llevo desde las 9 de la mañana aquí y todavía no ha llegado el mío», comenta con gran indignación. Este ilorcitano se queja de que «no hay nadie que informe», pues ni siquiera los carteles colgados a tal efecto en las marquesinas o los librillos que portan los conductores consiguen despejar sus dudas.
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Andrés Soro, vecino de Molina de Segura, no tiene claro si espera «el 1A o el 2A» o le sirve cualquiera de los dos, porque «no se sabe nada; he llamado a la estación de autobuses de Molina y no me cogen el teléfono». «Aquí es apañárselas cada uno como pueda», comenta con resignación. También en lo que respecta al precio del billete, porque, según su testimonio, ya no puede acceder al tique de ida y vuelta que anteriormente utilizaba, ni a otro tipo de bono.
LAS FRASES
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Moussa. Vecino de Murcia «He llegado aquí y me he encontrado que habían cambiado la línea, pero sin dar información a los que hacíamos uso de ella»
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José Antonio. Vecino de Lorquí «El precio es un poco más caro que antes y no me importaría pagarlo si el servicio fuera bueno, pero por desgracia no es así»
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Andrés. Vecino de Molina de Segura «Antes utilizaba el billete de ida y vuelta, pero ahora no puedo sacarme ese tique ni conseguir el bono, que incluye más viajes»
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Ana. Vecina de Alcantarilla «Mi nuera tuvo que esperar 40 minutos para coger el autobús que la llevara a la consulta; me parece que es demasiado»
El reloj alcanza las once de la mañana. Es seguro que la cita que Moussa Ba tenía en la Oficina de Extranjería a esa misma hora no se va a producir, pues este viajero se ha quedado en tierra, al menos de momento. «Llevo una hora aquí, pero aún no ha llegado el 41», dice mientras explica que no ha sido debidamente informado de las modificaciones que se han producido en este trayecto, que antes recorría en el colectivo número 22. «He llegado aquí y me he encontrado con que todo ha cambiado», añade sorprendido.
Dos buses en vez de uno
Las quejas se reproducen también en la estación de autobuses de Murcia, donde Ana, vecina de Alcantarilla, denuncia el «caos» que, a su juicio, se ha producido estos últimos días en la conexión entre este municipio y la capital. «Mi hijo estudia en Espinardo y ahora tiene que coger dos autobuses, mientras que antes iba directo», con el consiguiente contratiempo que esto supone. Esta mujer asegura haber sufrido varios retrasos para cumplir con su horario laboral porque, con el nuevo servicio, «si tienes que ir a clase o al trabajo, nunca llegas a tiempo». En su opinión, «falta información» para hacer llegar a los usuarios las nuevas condiciones, además de que «se ha reducido en exceso» la frecuencia de coches y el número de paradas.
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En Santomera, los viajeros se muestran igualmente descontentos con la nueva concesión, en parte porque el trazado ha abandonado varias pedanías, eliminando la posibilidad de bajarse en cualquiera de ellas. «Hoy mi hija me ha preguntado si íbamos a tener bus o no», comenta Elena, vecina de la localidad, en referencia a la incertidumbre que se ha creado entre los usuarios.
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