Los dos ultras que protestaban por el acto de Vox aceptan ocho meses de cárcel por atentado

Los dos jóvenes detenidos el miércoles en los altercados que se vivieron a las puertas del hotel Nelva, en Murcia, durante la reunión convocada por Vox -y que coincidió con otro acto de la organización Hazte Oír- han sido condenados a ocho meses de prisión. Estos radicales, que cuentan con antecedentes penales por delitos similares, no tendrán, sin embargo, que entrar en prisión, según explicaron fuentes judiciales, ya que el magistrado accedió a dejar su pena en suspenso durante un plazo de dos años con la condición de que no vuelvan a delinquir en ese periodo.

Los dos condenados -un joven de 19 años y de nacionalidad española y otro de 28 y de nacionalidad colombiana- afrontaban en la mañana de ayer una vista rápida, ante el Juzgado de Instrucción número 8 de Murcia, por un delito de atentado y otro delito leve de lesiones. Unos cargos que, precisaron fuentes judiciales, acabaron asumiendo ambos y aceptando un acuerdo de conformidad que rebajó su condena hasta los ochos meses de cárcel.

Los procesados deberán, además, por el delito leve de lesiones, abonar una multa de 60 euros e indemnizar a los dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía que resultaron heridos durante el altercado.

Estos dos jóvenes fueron arrestados en las protestas que protagonizaron alrededor de trescientos manifestantes a las afueras del hotel donde el presidente de Vox, Santiago Abascal, daba una conferencia. Se daba también la circunstancia de que los argentinos Agustín Laje y Nicolás Márquez impartían, horas antes, una conferencia-coloquio titulada 'Marxismo, feminismo y LGTBI', que organizaba Hazte Oír.

De acuerdo con los hechos considerados probados en la sentencia, algunos de los manifestantes ocultaban sus rostros con pasamontañas y esgrimían objetos contundentes, como mástiles de banderas. En el transcurso de la protesta, algunos policías «recibieron insultos y distintos acometimientos». Uno de los jóvenes -el más mayor- atacó por la espalda a uno de los agentes, propinándole varios golpes y tirándolo el suelo. Según recoge la resolución, también causó algunos daños en la pantalla de su teléfono móvil. El otro acusado, de 19 años, asumió que durante una de las acometidas contra el cordón policial golpeó a uno de los agentes en el rostro, causándole una contusión en la mandíbula.

Los altercados vividos el pasado miércoles en la capital provocaron una retahíla de reacciones. Dirigentes del Partido Popular, como Teodoro García, Borja Semper o Fernando López Miras, y de Ciudadanos, como Toni Cantó, Marta Rivera o Juan Carlos Girauta, criticaron a los manifestantes que insultaron a José Ortega Lara, al que gritaron «vuelve al zulo».

El secretario general del PP, Teodoro García, recordó que Ortega Lara, secuestrado por ETA durante 532 días, estuvo en un zulo por sus ideas y que «los que le insultan son enemigos de la libertad, herederos de los defensores del muro de Berlín y de los regímenes totalitarios». El presidente de Murcia, Fernando López Miras, advirtió de que «en política no hay sitio para extremistas ni radicales».

El presidente del PP de Guipúzcoa, Borja Semper, afirmó que «difícilmente se puede ser más miserable». Por su parte, el diputado de Ciudadanos Toni Cantó calificó, a los que gritaron a Ortega Lara, como «indeseables y gentuza que se hace llamar antifascista». La dirigente de esta formación Marta Rivera añadió que «llamar antifascistas a quienes se mofan de una víctima de ETA es comprarles la mercancía averiada». El portavoz de Cs, Juan Carlos Girauta, manifestó que «hay que tener el alma podrida para desearle a Ortega Lara que vuelva al zulo».

El delegado del Gobierno, Diego Conesa, remarcó que él cumplió con su deber manteniendo el orden público en los alrededores del hotel. Conesa afirmó que la formación le pidió días antes «auxilio policial» con motivo del acto, y añadió que «seguramente a cada sitio al que va existen este tipo de conflictos».

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirmó que no hay que «generar alarmismo» con «sucesos puntuales», aludiendo a la concentración en Murcia en protesta ante una conferencia de Vox.