Un grupo de italianos y estadounidenses, durante una de las clases de castellano. :: vicente vicéns /AGM

El 'boom' del turismo de idiomas obliga al Instituto Hispánico a ampliar sus aulas

Los estudiantes alaban de Murcia la amabilidad, la gastronomía y el clima; critican la falta de limpieza y se extrañan de que casi nadie hable inglés

Fernando Perals

Lunes, 27 de octubre 2014, 11:13

«Lo primero que me extrañó cuando llegué a Murcia es que casi nadie habla inglés, algo inconcebible en mi país», dice Moa. Como esta veinteañera sueca, centenares de jóvenes vienen cada año a la Región para aprender castellano. El 'boom' del turismo idiomático llena las aulas del Instituto Hispánico de Murcia, por el que han pasado 4.500 estudiantes desde que abrió el centro hace 13 años. La última, una jubilada suiza que vive con una familia de acogida y que vio un folleto en una oficina de turismo en Zúrich. No se lo pensó dos veces, cogió las maletas y se matriculó en la escuela.

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  • alumnos de los cinco continentes han pasado por las aulas del Instituto Hispánico de Murcia desde su puesta en marcha en 2001.

  • de los estudiantes que llegaron en 2013 procedían de Alemania. Le siguieron estadounidenses (19%), franceses (17%) e italianos (15%).

  • familias acogen en sus casas a alumnos de castellano pertenecientes al centro. Otros comparten pisos o alquilan.

  • euros es lo que se gasta de media cada estudiante durante una estancia de dos semanas. Ocio y gastronomía se llevan gran parte.

La fuerte demanda para aprender castellano ha obligado a Felipe Espada, director del Instituto, a buscar un local más amplio en el mismo edificio. 150 metros cuadrados para poner en forma lingüística a los alumnos. Así atenderá al doble de estudiantes con sus seis profesores de plantilla.

«Existen todo tipo de cursos: Intensivos, de preparación para exámenes oficiales del Instituto Cervantes, específicos para ingleses... La duración de los mismos va desde una semana hasta seis meses», explica Espada. La edad media de sus alumnos ronda entre los 20 y 25 años, de todas nacionalidades, aunque predominan los alemanes, estadounidenses y franceses.

¿Y por qué llegan a la Región?. Muchos huyen de otras localidades más turísticas como Málaga y Alicante, o culturales, como Salamanca. Prefieren conocer la mezcla de culturas de la Región, sus variado paisaje. Valoran la amabilidad de los murcianos, además de la gastronomía y el buen clima (sobre todo aquellos ciudadanos que proceden de los gélidos países nórdicos). «Un mercado en alza», asegura Espada. Por contra, son muy críticos con las pintadas en los edificios, sobre todo en los históricos. Huyen de los grafitis. Ven muy mejorable la falta de limpieza que existe en plazas y calles. Y se sorprenden por la cantidad de pedigüeños que están por el centro de la ciudad. También se muestran extrañados por el bajo nivel de inglés que hay en la población murciana. Pero lo que se puede considerar un hecho negativo es una ventaja: La dificultad para comunicarse les obliga a esforzarse por hablar en castellano. Una lección práctica en toda regla y a pie de calle.

«Un choque de culturas»

Un total de 118 familias acogen a otros tantos jóvenes en sus casas, principalmente en la zona centro -a no más de 20 minutos andando al Instituto- o en hogares bien comunicados por transporte público. «La mayoría de estos hogares murcianos ya llevan muchos años con nosotros, con lo que están acostumbradas a los jóvenes de otros países. Aunque todavía hay algún choque cultural. Son los estudiantes los que más se sorprenden, porque se sienten demasiado protegidos. Les insisten en que coman», dice Espada.

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El pasado miércoles, la directora del Instituto de Turismo, Mariola Martínez, recibió a los responsables del centro para impulsar el turismo de idiomas en la Región, porque además deja mucho dinero. Durante una estancia de dos semanas un estudiante gasta 1.950 euros, además del coste de las clases, sobre todo en el sector servicios. Taxis, bares y actividades culturales rebajan el peso de sus carteras. El nicho de este tipo de turista ha puesto en alerta a los responsables de la Consejería, obsesionados con que los datos sean cada vez más positivos en un sector fundamental para la economía regional.

Junto a Funcareles -academia de castellano ubicada en Cartagena- y la agencia de viajes Plural, el Instituto Hispánico forma Turlingua, una empresa dedicada a 'atrapar' jóvenes extranjeros en sus países de origen para que vengan a la Región. En la actualidad, están negociando la llegada de grupos escolares -entre 13 y 16 años- de Noruega, Estados Unidos e India para que se den un primer 'revolcón' por la lengua de Cervantes.

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