El TSJ denuncia la «alarmante» falta de medios de los juzgados

«En la Región judicialmente no hay trincheras». El presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región Murcia, Miguel Pasqual del Riquelme, dio la bienvenida este miércoles a cinco nuevos jueces –cuatro de ellos mujeres– que vendrán a ocupar puestos en órganos de Molina, Cieza y Totana. Les instó a «mantener inalterable su vocación de compromiso con los ciudadanos, destinatarios del fundamental servicio público, de acuerdo a los principios de independencia, imparcialidad e integridad».

El presidente de la magistratura murciana aprovechó la ocasión para destacar que «contamos con una carrera judicial plural como nuestra sociedad, con un profundo sentido de la independencia e imparcialidad». Una carrera judicial, incidió, «predominantemente femenina, valiente en la garantía de los derechos fundamentales, con un importante ADN europeísta y capaz de fijar líneas jurisprudenciales que han venido a mejorar nuestra sociedad». Pasqual del Riquelme confió en que «la amplia vocación y sentido de la responsabilidad» de este colectivo le permitirá «superar con su esfuerzo y tesón la alarmante escasez de medios materiales y personales que sufre la judicatura».

Pasqual del Riquelme realizó estas declaraciones durante el acto de juramento de cinco nuevos jueces de la Escuela Judicial con destino a la Región. Marta Bernabé Aliaga irá destinada al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Molina de Segura, mientras que Alba García Colón, Victoria García García, Alejandro Goicoechea Rey y Celia Martín Ávila ocuparán sus nuevos cargos con destino a los juzgados de primera instancia e instrucción número 4, 2, 3 de Totana y 1 de Cieza, respectivamente. Además, en el mismo acto, Raquel Lillo Paredes tomó posesión de su cargo, tras su ascenso, como nueva magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de San Javier.

Victoria García, que actuó como portavoz de los cinco nuevos jueces, recalcó que asumen su nuevo cargo «con mucha ilusión, muchas ganas de trabajar y nervios». Además, subrayó que «somos conscientes de todas las dificultades que nos esperan». La magistrada Lillo tomó también la palabra en el acto para poner de relieve la vocación de «servicio público» del colectivo. «Nos debemos a la sociedad y a los profesionales con los que trabajamos».

El fiscal superior, José Luis Díaz Manzanera, llamó la atención, por su parte, sobre la presencia «abrumadora» de mujeres en las nuevas promociones judiciales. Incidió, además, en la falta de medios personales que atenaza a la administración. «Estamos luchando, pero tenemos que adaptarnos y ser fieles al hecho de que representamos un servicio público», recalcó.

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