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Ángeles Izquierdo, con su correctora de postura. LV
«El síndrome del cuello roto provoca alteraciones en la columna y mareos»

«El síndrome del cuello roto provoca alteraciones en la columna y mareos»

María Ángeles Izquierdo pretende corregir ciertas posturas corporales con su nuevo invento

minerva piñero

Miércoles, 3 de abril 2019, 07:37

El cambio de hábitos que ha supuesto la digitalización ha provocado la aparición del síndrome del cuello roto; un tipo de dolencia cervical contra la que lucha María Ángeles Izquierdo (Valencia, 1958). Licenciada en Economía por la Universidad de Murcia (UMU) y asentada en la capital del Segura desde hace más de tres décadas, afirma que «intento crear aquello que echo en falta en el mercado». Su último invento es Verectis, un instrumento con el que pretende corregir ciertas posturas corporales.

-Asegura que el uso de móviles ha provocado la aparición del síndrome del cuello roto. ¿En qué consiste esta dolencia?

-Un estudio publicado en la revista 'Surgical Technology International' y realizado por el doctor Hansraj sostiene que en una posición erguida normal, con una inclinación de la cabeza igual a cero grados, la columna soporta un peso de entre 4 y 5 kilos. Esto cambia cuando inclinamos la cabeza unos sesenta grados, algo que realizamos unas 150 veces al día cuando miramos el móvil. El español se pasa de dos a cuatro horas de media en esta postura. Dicha inclinación provoca que el peso que soporta nuestra columna alcance los 27 kilos, equivalente al de un niño de ocho años. Así aparece este tipo de dolencia cervical: la digitalización ha acarreado un aumento progresivo del síndrome del cuello roto.

-¿Ocurre lo mismo al sentarnos delante del ordenador?

-Por supuesto. Cuando nos pasamos todo el día delante del ordenador, tendemos a dejarnos caer poco a poco. Intentamos ponernos erguidos, pero acabamos inclinando la cabeza y flexionándola hacia delante. Verectis le gusta mucho a los profesionales de la salud porque es una corrección activa; no es como una muñequera, ni una faja. Es la propia persona al usarlo quien se da cuenta de que lo está haciendo mal, quien corrige su propia postura.

-¿Cuáles son las consecuencias de este síndrome?

-Sobrecargas de los músculos, cefaleas, mareos y alteraciones en la columna vertebral. Hay personas que incluso terminan necesitando cirugías, otras a las que les duele el cuello durante toda la vida, otros que irán andando con una joroba...

-¿Cómo se coloca el instrumento que ha creado?

-Es una especie de gargantilla que presenta un brazo terminal que se dirige hacia la barbilla, pero sin llegar a tocarla; se queda a una distancia de entre uno y dos centímetros. De esta forma, cuando estamos trabajando y adelantamos la cabeza al dejarnos caer, nosotros mismos nos damos cuenta de que esa no es la postura que debemos tomar. Con el instrumento aprendes a ponerte derecho mediante una corrección activa. Además, como no inmoviliza el cuello, los músculos se mueven. Esto hace que evite la aparición de la papada.

-¿En qué momento del día recomendaría usarlo?

-Depende de la vida profesional de cada uno; de las horas que pasemos con las pantallas de visualización de datos. En nuestras investigaciones hemos podido comprobar que usándolo durante una hora ya se está corrigiendo la postura. Hemos visto cómo las personas que están horas y horas con el ordenador han evolucionado usando este aparato durante cuatro horas al día en cuatro semanas. Así hemos comprobado que han adoptado nuevas posturas.

-¿Con qué material está fabricado?

-Es de acero de uso quirúrgico; la calidad es extraordinaria. Es muy difícil, además, que una persona presente alergias hacia este material.

-¿Y cuál es su durabilidad?

-Está hecho para que sea eterno. Pero, aun así, la misión de Verectis no es que una persona lo tenga que usar siempre. Se trata de ponérselo durante un tiempo para aprender la corrección postural, para llevar la columna cervical erguida. Unas personas lo necesitarán más tiempo y otras menos.

-¿Ha creado otros inventos?

-Sí. Hace tres años saqué una crema cosmética para combatir la cuperosis o arañas vasculares. Yo, de hecho, realicé un tratamiento invasivo para combatirlas. Como no me fue bien, indagué y busqué otras alternativas. Así nació una crema efectiva que se aleja de los tratamientos invasivos, Cupara. Ambos inventos nacieron bajo los Laboratorios Starga.

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