Seis corrientes marítimas dan vida al Mar Menor
Investigadores de la UPCT desarrollan un modelo matemático para conocer mejor la hidrodinámica de la laguna salada
La velocidad y la dirección de los vientos que azotan las aguas del Mar Menor son los responsables de generar hasta seis patrones de corrientes ... marítimas diferentes dentro de la laguna salada. Los vientos predominantes son los de Levante o los que llegan de tierra desde el noroeste, con unas intensidades que oscilan entre los 3 y 15 metros/segundo. Las características que diferencian y hacen especial a cada corriente son si tienen un giro central ciclónico en la laguna, la potencia y el rumbo del flujo marino a su paso por San Javier, Los Urrutias y La Manga, la existencia de remolinos en la cubeta sur, las corrientes de fondo entre las islas internas y las que se producen de norte a sur.

Patrón de corrientes
para vientos >9 m/s
Superficie
Fondo
Mapas de evaporación
VERANO
Junio 2021
INVIERNO
Diciembre 2021
Transporte de sedimentos
por la DANA
septiembre de 2019
Inicio de la tormenta
Pasadas 12 horas

Patrón de corrientes
para vientos >9 m/s
Superficie
Fondo
Mapas de evaporación
VERANO
Junio 2021
INVIERNO
Diciembre 2021
Transporte de sedimentos
por la DANA
septiembre de 2019
Inicio de la tormenta
Pasadas 12 horas

Patrón de corrientes para vientos >9 m/s
Superficie
Fondo
Mapas de evaporación
VERANO
Junio 2021
INVIERNO
Diciembre 2021
Transporte de sedimentos por la DANA
septiembre de 2019
Pasadas 12 horas
Inicio de la tormenta
Conocer estos dibujos en el agua, tanto en superficie como en el fondo, que recorren toda la laguna es una parte importante del último trabajo que ha llevado a cabo el departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad Politécnica de Cartagena, dirigidos por el investigador Javier Gilabert, en un encargo para el Gobierno regional en el marco de los estudios que se realizan para el Comité Científico del Mar Menor. Esta investigación ha permitido desarrollar un modelo numérico sobre la hidrodinámica de la laguna y su interacción con el mar Mediterráneo. Es la base para entender aspectos del ecosistema sobre cómo se producen los transportes de sedimentos por el flujo del agua o cómo es el oleaje.
Pero, además, también permite predecir la concentración de clorofila en el agua y los niveles de oxígeno disuelto, para así poder anticiparse a posibles episodios de anoxia, una meta científica que se priorizó tras las mortandades de fauna y flora de 2019 y 2021. Con este modelo matemático también se podrá hacer seguimiento en largas series históricas de los niveles de nitratos, nitritos, amonio, fosfatos, clorofila, fitoplancton y zooplancton en el Mar Menor.
Las claves
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Nitratos Las concentraciones de nitratos en el Mar Menor durante el periodo de estudio son relativamente bajas, aunque con una clara tendencia al aumento constante desde noviembre hasta marzo y también al inicio del verano. Estos resultados sugieren que los nitratos pueden estar limitando el crecimiento del fitoplancton en el Mar Menor, y que su variabilidad puede estar relacionada con los ciclos estacionales y los eventos meteorológicos.
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Amonio Su evolución evidencia un gradiente de concentración en relación con la profundidad, especialmente notorio en noviembre y diciembre. La fuente de amonio puede originarse a partir de la excreción o descomposición de materia orgánica suspendida en el agua o de los fondos marinos.
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Fosfatos Sus niveles presentan un perfil muy bajo para las zonas de estudio, llegando incluso a estar por debajo del límite de detección en la mayoría de los casos. Su variabilidad también puede estar relacionada con los ciclos estacionales y los eventos meteorológicos.
El núcleo del trabajo científico, que abarcó los años 2022 y 2023, muestra cómo los patrones de corrientes marítimas más frecuentes son los que se generan con vientos de Levante de menos de 9 metros/segundo, que provocan un giro central en mitad de la laguna y corrientes de entrada y salida de agua hacia el Mediterráneo por las golas y el canal del Estacio. La velocidad del agua se percibe más en San Javier y La Manga, y la zona sur puede llegar a tener remolinos. Los vientos locales son los responsables de las brisas marinas, cuya periodicidad suele ser de 12 o 24 horas.
Las corrientes más intensas, que aparecen en momentos de tormenta en invierno, derivan en remolinos de gran velocidad en la columna de agua de hasta 12 m/s. Las corrientes de San Javier, Los Urrutias y La Manga se magnifican y adquieren velocidades elevadas; mientras que la intensidad del agua entre las islas se acentúa y se genera una corriente de fondo intensa hacia el norte. El mar en calma llega cuando la corriente circula de norte a sur, con un viento que corre entre 2 y 6 metros por segundo.
Desniveles entre dos mares
Los cambios en la presión atmosférica son los responsables de los desniveles que se producen entre el Mar Menor y el Mediterráneo. Cuando hay altas presiones, el conocido como mar Mayor ve cómo desciende y recibe un flujo de agua de la laguna a través de las golas, mientras que las bajas presiones producen el efecto contrario. «Se ha observado que cada canal responde de forma diferente a los desniveles, de modo que cuando el nivel del mar está alto, aumenta el flujo en las Encañizadas debido a su elevación y mayor anchura, mientras que, con un nivel del mar bajo, la funcionalidad de este sistema de canales disminuye, concentrándose la mayor parte del flujo en el canal del Estacio», explican los investigadores.
Los datos
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15 metros por segundo es la velocidad máxima del viento registrada en la laguna
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4 metros de profundidad alcanzó la resuspensión de los sedimentos en la DANA de 2019
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1,63 segundos es la duración media de las olas, con una altura media de 15 centímetros
El análisis del intercambio de agua se ha centrado en el canal del Estacio, que representa el mayor porcentaje, y se ha observado que la corriente de agua entre el Mar Menor y el Mediterráneo presenta «una variabilidad temporal asociada a la presión atmosférica». Es decir, en temporada estival ese flujo es más estable, cuando se llega a producir un movimiento de entrada y salida de hasta 5 hectómetros cúbicos netos al día. En invierno ocurre lo contrario, al sufrir el canal cambios «más acentuados», alcanzando un flujo de 15 hm3 en momentos puntuales.
El objetivo principal del estudio, inciden los científicos de la Politécnica, es evaluar la dinámica de las olas en la laguna, que puede tener un «impacto significativo en el transporte de sedimentos y en la calidad del agua». Por ejemplo, el modelo matemático empleado determina que las arcillas depositadas en el área occidental de la laguna pueden resuspenderse a profundidades que van desde la superficie hasta los 2,5 metros bajo la influencia de las corrientes. En periodos de eventos meteorológicos extremos, como la DANA de 2019, los sedimentos llegaron hasta los cuatro metros de profundidad. También influyen las olas, cuya altura media se calcula en 15 centímetros.
La UPCT aporta unos primeros datos sobre cómo se comporta la evaporación del agua en el Mar Menor. La cantidad de agua que pasa a la atmósfera se compensa con la entrada desde el Mediterráneo, afectando así a los flujos en los canales. A falta de procesar los datos de manera global, los científicos creen que tanto en 2022 como 2023, por el récord de calor que se ha registrado, ha influido de forma notable en la evaporación del agua.
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