Javier Carrión / AGM

Urgencias a pie de playa

Mientras miles de veraneantes disfrutan de las vacaciones, los equipos del 061 de la costa velan por la salud de todos. LA VERDAD acompaña en una guardia a los profesionales del SUAP de San Javier

Domingo, 11 de agosto 2024, 13:55

A las tres menos cinco de la tarde, el sol cae a plomo sobre las desiertas calles de San Javier. A esa hora, la vida ... en vacaciones se desarrolla en las casas: unos comen en familia, otros se están ya echando una siesta o han optado por seguir alguna competición olímpica por televisión. Dos jóvenes aguardan a las puertas del Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) de la localidad. «Me duele una muela», detalla uno de ellos. Las puertas se abren. Entran los chicos, y también un equipo de LA VERDAD que va a acompañar a los profesionales que, a partir de esa hora y hasta las ocho de la mañana del día siguiente, se encargarán de velar por la salud de todos, mientras ahí fuera el verano continúa en las playas, chiringuitos y paseos marítimos.

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El SUAP abre sus puertas

Dos equipos preparados para afrontar lo que venga

El SUAP abre sus puertas

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«Cada día es distinto e impredecible, no sabemos con lo que nos vamos a encontrar», avisa Carmen Manzanera, responsable de Enfermería del SUAP, a la que este jueves 8 de agosto le ha tocado guardia. Junto a ella se incorpora una médica, Olga Lucía Parga. A las 15.00 comienza la atención presencial en el centro y, a partir de esa hora ambas profesionales, inician su turno, que se prolongará durante 17 horas. Por la mañana, otros compañeros se han encargado de acudir con la ambulancia -un soporte vital avanzado (SVA)- a los avisos domiciliarios.

El técnico de emergencias Antonio Esteban, la enfermera María Trinidad Marín y el médico Andrés Rodríguez han tenido solo un par de salidas. Pero les queda toda la tarde y la noche por delante. Para ellos, la guardia es de 24 horas. Unos y otros se turnarán a partir de este momento para cubrir la atención fuera y dentro del centro. Así funcionan los ocho SUAP situados en la costa de la Región de Murcia, todos ellos dependientes de la Gerencia de Urgencias y Emergencias 061.

Un verano más sin médicos

Tres guardias a la semana para cubrir los huecos

Un verano más sin médicos

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A primera hora de la tarde, la afluencia al SUAP es baja. Pocos se atreven a desafiar el calor. Alfonso es uno de ellos. A mediodía ha cocinado una merluza «que ha salido buenísima» y con la que su familia se ha chupado los dedos. Pero ha tenido la mala pata de clavarse una espina. Médica y enfermera tratan de extraerla, pero no hay manera. Está demasiado profunda en la garganta. Alfonso tendrá que acudir al otorrino.

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El ambiente es a esta hora relajado, pero se irá animando conforme avance la tarde. El SUAP de San Javier cubre también Santiago de la Ribera, Los Narejos, Los Alcázares y las pedanías pachequeras de San Cayetano y El Mirador. En total, abarca una población de unas 54.000 personas, una cifra que se multiplica en verano. «En esta época, el número de avisos para la ambulancia aumenta un 40%», advierte Antonio Esteban, el técnico de emergencias. La afluencia al centro también se dispara. Por aquí pueden pasar entre 70 y 140 pacientes a lo largo de la tarde y la noche, en función de cómo vaya el día.

Para afrontar el incremento de población, tanto los SUAP como Primaria se refuerzan. Pero ante el déficit de médicos no hay sustitutos disponibles, así que a los facultativos les toca ir cubriendo los huecos de los compañeros que se van de vacaciones. Esta es la segunda guardia en esta semana para Olga Lucía Parga, y no será la última: el sábado le toca otra. Trabaja habitualmente en el SUAP de Mazarrón, pero está echando también horas en San Javier para que el centro no quede desatendido.

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«No hay médicos, así que nos vamos cubriendo. En verano trabajamos muchísimo», resume. Lo dice sin muestras de agotamiento. Lleva 20 años en servicios de urgencias de la costa y mantiene la vocación del primer día. «Algunos me preguntan: ¿Cómo trabajas tanto? A mis hijos les he enseñado lo importante que es dedicarte a algo que te llene. Hay que ir feliz a trabajar», reflexiona esta facultativa que llegó a España tras ejercer durante dos años en un hospital dependiente de la Policía en Bogotá, en su Colombia natal.

«Allí nos llegaban helicópteros llenos de chicos mutilados de 18 años que estaban haciendo el servicio militar y a los que mandaban a enfrentarse con las guerrillas. Volvían con los brazos o las piernas destrozadas. Algunos te preguntaban: ¿Volveré a andar? ¿Qué podías decirles, si en realidad sabías que no podrían sobrevivir?». Una experiencia así da, sin duda, otra perspectiva.

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Una tarde de fracturas

Caminar en chanclas, una práctica de riesgo

Una tarde de fracturas

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La enfermera Trinidad Marín revisa todo el material para las curas. Sabe que la tarde empezará a animarse, y así ocurre. Álvaro acude desde la playa con los dedos de su pie izquierdo visiblemente amoratados. «No he visto una piedra que estaba debajo del agua y me he dado un golpe», cuenta mientras le vendan. Tendrá que acudir al hospital a que le hagan una radiografía, porque tiene pinta de haber fractura.

No es el único que esta tarde llegará al SUAP con traumatismo en el pie. Andar con chanclas en verano es deporte de riesgo: golpes en la calle, en la playa, contra la puerta en casa. El resultado es un desfile de dedos hinchados. Pero hay otros clásicos. La sala de espera se llenará de pacientes con dolor de oído, picaduras de avispa o abeja, y gastroenteritis. «También hay más infecciones de orina en verano. No nos quitamos el bañador y vamos mojadas todo el día», avisa Lucía Parga.

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El mejor aprendizaje

La clase práctica de una veterana

El mejor aprendizaje

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Un servicio de Urgencias de Primaria puede ser la mejor escuela para los futuros sanitarios. Así lo cree María Guillamón, estudiante de Enfermería de la UMU en Lorca, que ha decidido hacer aquí prácticas voluntarias este verano.

Toma la tensión a una paciente bajo la atenta mirada de Carmen Manzanera, una maestra de lujo con 25 años de experiencia en los SUAP. «He vivido la evolución de estos servicios. Cuando empecé éramos pequeños equipos de Primaria, no teníamos ambulancia. Ahora contamos con unos medios de los que no disponen en comunidades como Madrid», señala orgullosa.

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Atendiendo en consulta

El aumento de agresiones en la sanidad regional

Atendiendo en consulta

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Los médicos Andrés Rodríguez y Olga Lucía Parga se van turnando en la consulta. Ambos acumulan muchos años de experiencia y han vivido todo tipo de situaciones. Las agresiones a sanitarios se han incrementado de forma preocupante, según muestran las estadísticas del Servicio Murciano de Salud. «A mí no me han agredido físicamente, aunque hace muchos años tuvimos que escondernos de un hombre que quería atacarnos», cuenta la doctora Parga.

Pero los insultos son más frecuentes. «En mi última guardia aquí, en San Javier, vino un hombre reclamando Rivotril. Le dije que no podía prescribirle ese fármaco. Tuvimos que llamar a la Policía. Salió y me amenazó desde la ventana, me dijo que iba a destrozarme el coche», relata. El Rivotril es una benzodiacepina cuya prescripción se ha convertido en un verdadero problema, porque se utiliza mezclada con hachís para la conocida como 'droga de los pobres'.

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La atención en la calle

Del cuartel de la Guardia Civil a una residencia de mayores

La atención en la calle

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El técnico Antonio Esteban y las enfermeras Carmen Manzanera y Trinidad Marín revisan todo el equipamiento de la ambulancia de soporte vital avanzado, que va realizando diferentes salidas a lo largo de la tarde. En el cuartel de la Guardia Civil, un detenido presenta un cuadro de ansiedad, y otro, síndrome de abstinencia. También hay que acudir a la residencia de mayores El Palmeral, en Los Alcázares, a certificar una defunción.

La hora punta

Una sala de espera llena, y no todo son urgencias

La hora punta

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Entre las 20.00 y las 22.00, el centro vive su pico de mayor afluencia. La celadora Isabel Roca es la encargada de tomar los datos de los pacientes conforme van llegando, para que pueda establecerse un triaje'. «La gente tiene que entender que aquí no se atiende por orden de llegada, sino en función de la urgencia», recuerda Carmen Manzanera.

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No todos los pacientes que aguardan turno a esta hora han venido por síntomas que requieran de una atención urgente. Muchos podrían haber pedido cita con su médico de familia. Tras la creciente frecuentación en Urgencias hay diferentes factores: desde un mal uso de los recursos por una parte de la población al aumento de las listas de espera, pasando por problemas de accesibilidad en Primaria en algunos periodos del año.

Manzanera pone el acento «en el uso indebido de los recursos sanitarios, que es lo que provoca los colapsos». La enfermera apela a la responsabilidad de la población: si se moviliza una ambulancia para una atención innecesaria, una auténtica urgencia puede quedar desatendida. Pero no solo se acude a veces al recurso equivocado, también se pierde la noción del autocuidado. No es necesario ir al médico para todo. En la mayoría de casos, los virus respiratorios se curan en casa.

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Muchas atenciones son más sociales que sanitarias. «Aquí vive mucha gente mayor que está sola. A veces llaman porque no tienen a nadie que les eche una mano o que vaya a la farmacia a por un medicamento», relata Manzanera.

En la sala de espera se escuchan todos los idiomas. Aquí se atiende a turistas como Tracy, una británica que se muestra encantada con la atención recibida. «Todo ha ido muy rápido, nada que ver con la sanidad en mi país. Allí puedes esperar diez horas en Urgencias», se lamenta. El NHS (el sistema nacional de salud del Reino Unido) vive una profunda crisis, como quedó de relieve en las pasadas elecciones del país.

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Un reencuentro emocionante

Volver a nacer tras pasar por la UCI

Un reencuentro emocionante

El médico Andrés Rodríguez, las enfermeras Carmen Manzanera y Trinidad Marín, y el técnico de emergencias Antonio Esteban atienden a Soufian, que se recupera de un atropello. Javier Carrión / AGM

Un coche aparca en la puerta. Del vehículo desciende, con mucha dificultad, Soufian, un chico de 21 años. Le ayuda su amigo Mohamed, que empuja la silla de ruedas hasta la sala de espera. Allí se produce un reencuentro emocionante. Hace una semana, Soufian circulaba en patinete por San Javier cuando fue arrollado por un coche. El conductor ni siquiera paró para auxiliarle. Trinidad Marín, Antonio Esteban y Andrés Rodríguez acudieron en la ambulancia del SUAP y, cuando llegaron, lo encontraron con un fuerte traumatismo craneal y rodeado de un charco de sangre. Lo llevaron a la UCI de Los Arcos sin saber si sobreviviría.

Finalmente, no había daño neurológico y Soufian ya está en casa, pero muy dolorido, echo un trapo. Acude al SUAP porque le duele todo y no puede dormir. El equipo que le salvó la vida le rodea para interesarse por él. Le vuelven a curar, le recetan medicación y le dan ánimo y cariño. Mohamed bromea: «Venga, que ahora me lo llevo de fiesta».

La muerte como parte de la vida

Ofrecer consuelo cuando no se puede hacer más

La muerte como parte de la vida

De madrugada, el centro permanece en calma. Suena el teléfono: es un aviso para acudir a un domicilio. Los sanitarios solo saben que el paciente, de edad avanzada, está inconsciente. Se montan en la ambulancia, encienden la sirena y vuelan hasta la vivienda. Por el camino, desde el Centro de Coordinación de Emergencias del 061 les va llegando más información. El paciente está en cuidados paliativos, con varias enfermedades avanzadas. Cuando llegan, comprueban que el hombre está en parada cardiorrespiratoria. Ha fallecido.

La muerte está presente de forma cotidiana en el trabajo de un SUAP. Los sanitarios saben que su papel aquí va más allá de firmar el certificado de defunción. Es momento de ofrecer un primer consuelo y de explicar a la familia los pasos a seguir, para que no se sientan perdidos. «Emocionalmente es más duro cuando el paciente que muere es joven», confiesa Carmen Manzanera. Todos han afrontado situaciones de ese tipo: muertes violentas en accidentes de tráfico o laborales. «A veces te quedas con una imagen horrible que no se te va de la cabeza», confiesa Parga.

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Terminar la fiesta en Urgencias

La hora de las intoxicaciones por consumo de sustancias

Terminar la fiesta en Urgencias

La madrugada continúa tranquila. Es la hora de las intoxicaciones etílicas y por consumo de drogas. Una chica blanca como el papel termina en el SUAP la fiesta que comenzó en una discoteca cercana. Los sanitarios se van turnando: algunos descansan mientras otros atienden las urgencias. A las 8.00, será un nuevo día en el SUAP.

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