Mario Gómez y Miguel Sánchez celebran eufóricos los resultados de las elecciones municipales y autonómicas de 2015. Vicente Vicéns / AGM

Réquiem por Ciudadanos

La formación naranja puso fin el 28-M a una trayectoria de 12 años en la Región marcada por los vaivenes, pero que dejó iniciativas regeneradoras

David Gómez

Murcia

Domingo, 4 de junio 2023, 07:31

La cara más triste de estas elecciones del 28-M fue la de Ciudadanos, que perdió toda su representación institucional en la Región de Murcia -salvo una concejala en Ceutí- después de 12 años en la política autonómica. Más de una década en la que ... el partido puso y quitó presidentes, gobernó la Comunidad y los principales ayuntamientos, cambió la ley electoral, eliminó los aforamientos de los políticos y presentó una moción de censura que acabó siendo su fin. Aquí va un resumen de la vida y obra de Ciudadanos, desde su desembarco en la Región hasta el descalabro del pasado domingo, contada por algunos de sus protagonistas.

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Primeros años (2011-2015)

Nacimiento en Molina y opa hostil a UPyD

El embrión de Ciudadanos en la Región hay que buscarlo en Molina, cuando un exconcejal del PP, Estanislao Vidal, importó para las elecciones de 2011 la marca creada por Albert Rivera en Cataluña, logrando un edil. A medida que Rivera crecía en popularidad, el partido atrajo a concejales de otras localidades, como Francisco Álvarez, entonces representante del CDL en Alcantarilla, así como a antiguos simpatizantes del CDS como Manuel Padín, de Cartagena. «Mi hermana dejó de hablarme por apoyar a un partido catalán», recuerda el cartagenero.

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En Alcantarilla y Cartagena se constituyeron las primeras agrupaciones. Las elecciones europeas de 2014 fueron la primera vez que los murcianos pudieron elegir la papeleta naranja. Un total de 15.451 votantes lo hicieron en la Región. En 2015, Albert Rivera decidió expandirse por todo el país. El desembarco en la Región fue dirigido por Fran Hervías y ejecutado por su entonces mano derecha, Emilio Argüeso, un valenciano que era el jefe de la Policía Local de Archena. Cs vino a realizar una opa hostil a UPyD. Ediles del partido de Rosa Díez se pasaron a la marca naranja, entre ellos un tal Miguel Sánchez, de Caravaca, y un tal Mario Gómez, de Los Alcázares.

Con un PP acosado por la corrupción, el discurso regenerador de Ciudadanos sedujo a miles de votantes de centro derecha. Las encuestas les daban escaños sin tener ni siquiera candidatos. Las listas se llenaron de exafiliados populares y de otros partidos. La primera sede regional estuvo en un piso de Gran Vía 5, en Murcia, donde se celebraron las primeras primarias en las que Sánchez y Gómez fueron elegidos cabezas de lista a la Comunidad y al Ayuntamiento de Murcia, respectivamente, en los comicios municipales y autonómicos de mayo de 2015. Padín, por su parte, optaría a Cartagena.

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El partido reformó la ley electoral, eliminó los aforamientos, hizo dimitir a imputados y gobernó la Comunidad hasta que presentó una moción de censura que acabó siendo su fin

Primera legislatura (2015-2019)

Imputados fuera, incluido el presidente

Las buenas expectativas se confirmaron y Cs irrumpió con fuerza en la Asamblea y los ayuntamientos, rompiendo las mayorías absolutas que el PP tenía desde 1995. Los naranjas eran decisivos y empezaron fuertes. Exigieron la dimisión de Joaquín Bascuñana, entonces delegado del Gobierno, y de Miguel Ángel Cámara, secretario general del PP, por estar imputados, antes de sentarse a negociar con los populares. A Pedro Antonio Sánchez, denunciado por la Fiscalía por el 'caso Auditorio', le hicieron firmar un documento en el que se comprometía a renunciar si lo imputaban. Además, promovieron la reforma de la ley electoral para establecer la circunscripción única (aún vigente) y dieron al PSOE la presidencia de la Asamblea.

No obstante, Cs apoyó la investidura de Sánchez, pese a que sumaba con PSOE y Podemos, salvando al PP por primera vez. Al principio hubo colaboración, con la eliminación del Impuesto de Sucesiones como medida estrella. Los problemas llegaron en 2017. El TSJ imputó a PAS y se le emplazó de inmediato a cumplir su palabra. Pero él no estaba dispuesto a irse. «Aguantamos el tipo, pese a que sufrimos una presión enorme, de fuera y de dentro», confiesa Miguel Sánchez. Finalmente, el presidente no tuvo más remedio que dimitir, ya que el PSOE presentó una moción de censura «que tal vez hubiéramos apoyado», admite el hoy senador.

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Pero Cs no se desligó del PP. Hizo presidente a Fernando López Miras (segundo salvavidas a los populares), no sin antes obligarle a eliminar los aforamientos de los diputados autonómicos y miembros del Ejecutivo.

En lo orgánico, el primer líder fue Mario Gómez. Su periodo fue breve, pues un error con el pago de unas facturas de la campaña de 2015 le costó el puesto. Le sustituyó Valle Miguélez, a la que Madrid arropó con Francisco Álvarez, Lola Jiménez, José Luis Ros y Miguel López Bachero. Más tarde entraría Isabel Franco.

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Conesa y Vidal sellan el pacto de la moción de censura fallida. Andrés Ribón / AGM

Etapa de gobierno (2019-2021)

Calabazas al PSOE para salvar a López Miras

En 2019, Albert Rivera dijo que tocaba gobernar. Las encuestas eran favorables, a nivel regional y nacional. Madrid decidió cambiar de líder en la Región. «Hervías me cortó la cabeza», acusa Miguel Sánchez. La apuesta era Isabel Franco, que ganó unas primarias con sospechas de fraude.

Ese año se celebraron elecciones generales, en abril, y autonómicas, en mayo. En las primeras, Cs logró su mejor resultado en la Región, con casi 150.000 votos a la lista encabezada por Miguel Garaulet. «Fui la primera persona que habló del Mar Menor en el Congreso. Como diputado, recorrí cada rincón de la Región para recoger las demandas de vecinos y colectivos, y presentarlas en la Cámara. Nos veían como voto útil, pero dejamos de serlo», afirma.

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Las autonómicas dieron a la formación naranja la llave de la gobernabilidad. Podía pactar con PSOE, que ganó las elecciones y con el que sumaba mayoría absoluta, o con el derrotado PP, para lo que necesitaba también a Vox. Se escogió la segunda opción (tercera vez al rescate del PP), pese a aquellas declaraciones de Inés Arrimadas en el recordado mitin de la plaza Belluga de Murcia: «¿Os imagináis 28 años de gobiernos del PP en la Región?».

El pacto fue fructífero para Cs: presidencia de la Asamblea, vicepresidencia de la Comunidad, cuatro consejerías y un senador autonómico, el premio de consolación para Miguel Sánchez. En Murcia, Mario Gómez hizo alcalde a regañadientes a José Ballesta, mientras que en Cartagena Padín pactó con PP y PSOE para cortar el paso a José López. «Lo de Cartagena es el ejemplo de lo que debe ser un partido de centro. Nunca lo valoraron», lamenta Padín.

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El Gobierno regional echó a andar y el mayor éxito de Cs fue promover el acuerdo con PP y PSOE para la ley del Mar Menor. Pero pronto empezaron las disputas. Hubo una pugna entre la vicepresidenta Isabel Franco y Ana Martínez Vidal, portavoz del Ejecutivo. Madrid se decantó por la segunda. Antes, se produjo el declive nacional, pasando de 57 a 10 diputados en la repetición electoral de 2019. Se perdieron los dos escaños por Murcia, entre ellos el de Miguel Garaulet.

Vidal fue nombrada coordinadora y entró como elefante en cacharrería. Otorgó el poder orgánico a María José Ros y relegó a Valle Miguélez. Generó crisis diarias con su socio de gobierno y con Franco, ni se hablaba. Pese a ello, nadie preveía lo que estaba por suceder.

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El declive (2021-2023)

Moción de censura fallida y al abismo

El 10 de marzo de 2021, la Región fue el epicentro de un terremoto con réplicas en toda España. Con el pretexto de las vacunaciones irregulares, Cs presentó mociones de censura en la Asamblea y el Ayuntamiento de Murcia para gobernar junto a PSOE. Martínez Vidal se iba a convertir en presidenta de la Comunidad, pero la ilusión duró dos días. Los que tardó el PP en darle la vuelta a la situación y conseguir que Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez se desmarcaran de la operación. «La moción de censura es el error que mató a Ciudadanos. Había margen para la recuperación, pero eso se lo cargó todo», indica Álvarez, que fue expulsado del partido. «Como muchos, yo era partidario de pactar con PSOE en 2019. Pero lo que no puedes hacer es romper tus acuerdos de la noche a la mañana», opina Padín.

La moción de censura desencadenó una serie de consecuencias nefastas para la formación naranja. Se quedó sin grupo parlamentario en la Región y en Madrid, debido a la convocatoria de elecciones de Isabel Díaz Ayuso, que temía que le hicieran lo mismo que a López Miras. Más tarde, lo perdería en Andalucía.

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La sacudida dejó a Ciudadanos en coma. En septiembre de 2021, María José Ros sustituyó a Vidal como coordinadora. Pese a su encomiable esfuerzo, no ha podido remontar el vuelo. Tampoco ha tenido suerte, pues María Marín arruinó un debate en el que estaba dejando buen sabor de boca.

El 28-M certificó el hundimiento del partido liberal. En las elecciones del 23-J será imposible votar al partido naranja, pues decidió no presentarse.

Una encuesta del Cemop les situó como primera fuerza política

El momento de mayor euforia en Ciudadanos tuvo lugar en el primer semestre de 2018. Antes de la moción de censura que acabó con el mandato de Mariano Rajoy y dio inicio a la era de Pedro Sánchez, el partido estaba en la cresta de la ola, tanto a nivel nacional como autonómico. El Barómetro de Primavera del Cemop, publicado el 14 de junio de 2018, situó a la formación naranja como primera fuerza política en la Región, con 16 escaños y con opciones de formar gobierno tanto con PP (13 diputados) como con PSOE (9). Tras el relevo en La Moncloa, el PSOE le dio la vuelta a los sondeos estatales y también comenzó a situarse en cabeza, empatado con el PP, en los estudios publicados en la Región de Murcia. Ciudadanos, al final, se quedó en 6 diputados.

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