El presidente Fernando López Miras y el consejero de Salud, Manuel Villegas, durante la videoconferencia de ayer con los alcaldes. CARM

La Región tendrá toque de queda por la noche si lo autoriza la Justicia

El Gobierno autónomo prepara la orden para restringir la movilidad de 23 a 6 horas, pero solicitará antes al TSJ que asegure su legalidad

Sábado, 24 de octubre 2020, 02:48

El Gobierno regional se puso ayer manos a la obra para establecer el toque de queda en la Región, lo que implicaría que los ciudadanos no podrían estar a la calle entre las once de la noche y las seis de la mañana salvo para ir a trabajar o recibir asistencia sanitaria de urgencia.

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Los servicios jurídicos de la Comunidad y los técnicos de la Consejería de Salud trabajan en una orden que antes de ser publicada en el Boletín Oficial de la Región (BORM) se enviará al Tribunal Superior de Justicia (TSJ), con el fin de asegurarse de que tiene encaje constitucional y jurídico. Si los magistrados dan su visto bueno, entrará en vigor de inmediato la medida más restrictiva con los derechos fundamentales de los ciudadanos que se adopta desde que finalizó el estado de alarma. Al depender de lo que decidan los tribunales, no se puede dar una fecha clara sobre cuándo comenzará este confinamiento nocturno.

El jefe del Ejecutivo regional, Fernando López Miras, comunicó ayer su decisión a los 45 alcaldes y a los portavoces de los grupos parlamentarios. Para implantar el toque de queda, el presidente de la Comunidad pretende evitar la declaración del estado de alarma en la Región y busca amparo en la Ley Orgánica 3/1986, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, defiende que el estado de alarma es el instrumento adecuado para fijar esta medida restrictiva y de ahí vienen las dudas del Gobierno autónomo obre las garantías jurídicas de la orden que prepara. Autonomías gobernadas por PP y Ciudadanos como Castilla y León optan asimismo por la vía de la Ley 3/1986. No obstante, el presidente Alfonso Fernández Mañueco ha actuado de forma diferente a López Miras, aprobando primero el toque de queda y solicitando después la ratificación a los tribunales.

Solo se permitiría salir a la calle para trabajar o recibir asistencia médica de urgencia, y los bares deberían cerrar a las diez

Comunidades en las que el PSOE tiene responsabilidades de gobierno como País Vasco, Extremadura y Asturias, entre otras, actúan de forma distinta y solicitan al Gobierno central que declare el estado de alarma, como parece que va a hacer. El secretario general del PSRM, Diego Conesa, exigió a López Miras que se sume a esta postura.

López Miras pretende evitar el estado de alarma y busca amparo en la Ley de Medidas Especiales de Salud Pública

El objetivo del toque de queda en la Región, una figura que se va extendiendo por Europa para contener el avance del coronavirus, será limitar la movilidad por la noche y evitar así los las fiestas en los domicilios privados y los botellones en la calle. Y es que el 75% de los contagios que se producen en la Región tienen su origen en el hogar y en las actividades de ocio, según el último informe epidemiológico. El presidente volvió a lamentar ayer estas «actitudes irresponsables» por parte de una minoría que obligan a quienes sí cumplen las medidas de protección «a realizar un nuevo sacrificio. «Se ha acabado el tiempo de las recomendaciones», advirtió.

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Comité de seguimiento

Por otro lado, el Comité de Seguimiento de la Covid-19 se reunirá hoy para analizar la situación de los municipios que presentan peores datos debido a la línea ascendente que mantiene la curva de contagios. Cieza, Torre Pacheco y Beniel, además de Murcia y Molina, están en el filo de la navaja. La reunión estaba prevista para el lunes, con el objetivo de dejar pasar el fin de semana y observar la evolución de estas localidades, pero el Ejecutivo autonómico ha decidido adelantarla.

Cenar a las 20 horas

El toque de queda en la Región, si finalmente se autoriza su implantación, supondrá una nueva losa para el sector de la hostelería. Los bares y restaurantes deberán cerrar sus puertas a las diez de la noche, con el objetivo de dar una hora de margen a los clientes para que puedan confinarse en sus casas a las once.

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Al presidente de Hostemur, Jesús Jiménez, no le gusta en absoluto la nueva restricción. Pero asegura que los hosteleros murcianos no se resignan a echar la persiana y se han sumado a una campaña nacional que insta a los consumidores a «adoptar el horario europeo» y adelantar la cena a las ocho de la tarde. «Es lo único que nos queda por hacer», subraya Jiménez, que plantea que el horario de inicio del toque de queda se retrase en la Región a las doce de la noche, el horario que barajan la Comunidad Valenciana y Madrid. «Espero que López Miras sea tan decidido y haga como en Cataluña, donde se ha aprobado un decreto para reducir a los negocios el precio de los alquileres a la mitad», indicó.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Discotecas, Pedro Alarcón, denunció que «los oídos sordos de la Administración nos están empujando al abismo». Asegura que las fiestas privadas y los botellones que están disparando los contagios son consecuencia directa del cerrojazo al ocio nocturno.

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Las medidas se endurecerán para adaptarse al plan del Ministerio

El consejero de Salud, Manuel Villegas, señaló que en la reunión del Comité de Seguimiento de la Covid-19 que tendrá lugar hoy se abordará la adaptación de las restricciones que se aplican en la Región al nuevo plan del Ministerio de Sanidad, que sitúa a Murcia en un nivel de alto riesgo frente al virus.

Esto implicaría que en los municipios que superen los umbrales de incidencia acumulada de 250 casos por cada 100.000 habitantes –en la Región, la gran mayoría– se podría reducir todavía más el aforo de los locales de hostelería, con el cierre de los interiores incluidos, así como de los eventos sociales como las bodas y ceremonias fúnebres. La asistencia máxima a velatorios y entierros permitida actualmente está en un máximo de 15 personas en espacios cerrados y 25 en lugares abiertos. Con el plan del Ministerio, el aforo se reduciría en cinco personas en ambos casos. En las bodas, puede haber un máximo de 30 personas. Con la adaptación al programa estatal, solo podrían asistir 10 invitados en espacios cerrados y 20 en sitios abiertos.

Asimismo, los lugares de culto no podrán superar una ocupación de un tercio de su capacidad (actualmente pueden acoger a un máximo de cien personas), mientras que el aforo de cines y teatros pasaría del 75% al 50%.

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