El sector agro de la Región de Murcia ha vuelto a demostrar su liderazgo nacional en el aprovechamiento del agua, y destaca ya en el esfuerzo por adaptarse al reto de la digitalización de las explotaciones y sacar partido a las subvenciones europeas. Y ello, en un contexto de cambio climático, donde las sequías y otros fenómenos ponen a prueba la rentabilidad de las explotaciones.
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Así lo expuso ayer Ignasi Serviá, consultor en temas estratégicos y territoriales relacionados con los regadíos, durante el foro 'Horizonte 2027. Los retos del agua'. En el Hotel Siete Coronas, este experto, ingeniero agrónomo y máster en gestión del Medio Ambiente por la Universidad de Lleida y MBA por la Universidad de Barcelona, habló de la Comunidad de Regantes de Totana, cuyo proyecto para obtener fondos del Perte de digitalización del agua obtuvo la mejor valoración de entre las propuestas presentadas por organizaciones de todo el país.
Serviá subrayó que la Región de Murcia ha recibido 36,3 millones de euros de las convocatorias del Perte, lo que supone un 14,43% del total nacional. Y destacó el impacto positivo que este tipo de iniciativas tiene a nivel socioeconómico y medioambiental, ya que por un lado se da cobertura a una gran cantidad de empresas de ingeniería, de material de riego y de otras áreas y por otro se garantiza la función del regadío como freno para la propagación de grandes incendios, como los ocurridos de forma reciente en California.
Este consultor reflexionó sobre las consecuencias del calentamiento global y apuntó que, para adaptarse a él de la manera más rápida y eficiente, hay que considerar que «el cambio climático va de gestionar extremos». «Lloverá de una manera más irregular», indicó.
Apuntó que en la actualidad la cuenca del Ebro está un 10% por encima de la media histórica, mientras que en 2023 la sequía afectó a amplias zonas y todavía tiene un fuerte efecto en la comunidad de Cataluña. «Tenemos que gestionar el agua atendiendo a lo que nos depare el cambio climático, lo que supone gestionar extremos por exceso, como en la dana de Valencia, y por defecto, como en las sequía».
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Para este especialista, «la modernización del regadío es necesaria, pero no suficiente», por lo que hay que volcar los esfuerzos en adoptar distintas medidas, como impulsar tarifas ajustadas a los consumos de cada explotación.
Serviá rompió una lanza por el regadío del Levante. «La solución a la sequía no es mirar a Israel, el ejemplo son Murcia y Almería», dijo. Y agregó que «se debe poder regar» cuando hay suficiente agua embalsada y que la producción de alimentos es fundamental.
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