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La procesada, junto a su defensa, durante el juicio este martes. Guillermo Carrión / AGM

Reconoce que prostituyó a sus dos hijas, pero no entrará en prisión

El tribunal dicta la suspensión extraordinaria de la condena de tres años de prisión, que queda sustituida por menos de un año de trabajos comunitarios, tras un acuerdo alcanzado por las partes antes de la vista

Martes, 20 de febrero 2024, 13:20

La Audiencia Provincial condenó este martes a una mujer a 219 días de trabajos comunitarios tras reconocer ante la magistrada que prostituyó a sus dos ... hijas, una de ellas era menor de edad cuando se produjeron los hechos, y al pago de 1.800 euros de multa. Las dos víctimas, que tenían 15 y 23 años cuando fueron forzadas a mantener relaciones sexuales con los clientes de un club, renunciaron a las indemnizaciones de 6.000 euros que solicitaba la fiscal por los daños morales sufridos.

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La procesada dio el visto bueno al acuerdo alcanzado por su defensa con la representante de la Fiscalía, que inicialmente pedía ocho años de cárcel. La conformidad establecía una pena de tres años de cárcel por dos delitos de prostitución, tras aplicar las atenuantes de dilaciones indebidas y reconocimiento de los hechos. No obstante, la mujer no pisará la cárcel al acordarse la suspensión de la pena por el cumplimiento de 219 días de trabajos comunitarios.

Junto a ella se sentaban este martes en el banquillo de los acusados Rabah K. y Fernando J.M., quienes regentaban dos clubes (Tu Nueva Tentación (TNT) y Neverland) en el polígono Base 2000 de Lorquí donde prostituían a las dos jóvenes.

La fiscal reclamaba para Rabah K penas de ocho años, y para Fernando J.M. tres años y cuatro meses de prisión. Tras reconocer los hechos, el primero se conformó con dos años de cárcel por un delito de prostitución y otro contra el derecho de los trabajadores y el segundo aceptó seis meses de prisión. Las condenas, dictadas en sentencia 'in voce', quedaron suspendidas a condición de que no delincan en los próximos dos años.

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Los hechos que ahora se han juzgado se remontan a los años 2015 y 2016, cuando la procesada trabajaba como camarera en un club del polígono industrial Base 2000 de Lorquí y aprovechaba ese local para concertar citas para sus dos hijas con distintos clientes.

La mujer acordaba un precio por los servicios sexuales de sus dos hijas, una de ellas menor de edad, que cobraba antes del servicio sexual.

Los ahora condenados, según la fiscal, se lucraban de la actividad de estas mujeres, a las que no les realizaban contrato laboral alguno ni los daban de alta en la Seguridad Social. Las víctimas, explica, trabajaban largas jornadas durante más de diez horas sin descanso y cobrando un ínfimo porcentaje de las copas que los clientes consumían como parte del salario

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El 16 de enero de 2015, los agentes de la Policía Nacional realizaron una inspección de los dos locales, localizando a Rabah K. en compañía de dos camareras que se encontraban en situación irregular en el país. Ambas realizaban labores de alterne «en condiciones claramente perjudiciales de sus derechos»

En marzo de 2016, la Policía entró nuevamente en el local de Rabah K. y, en esa ocasión, localizó allí a la otra acusada junto a sus dos hijas. El Ministerio Público considera que las dos jóvenes, una de ellas de 15 años, eran prostituidas en el local. La minoría de edad de una de ellas, remarca, era aprovechada como reclamo para atraer a un mayor número de clientes.

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Además, la madre de ambas presuntamente aprovechaba los contactos que le ofrecía el local para acordar citas con sus hijas fuera del establecimiento. Una situación asumida por las dos hermanas ya «que no tenían otro medio de vida posible».

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