MELCHOR SÁIZ-PARDO
Domingo, 9 de febrero 2014, 02:53
José Castro: Solo el empeño del juez ha conseguido imputar a la infanta. Su obstinación por interrogar a la hija del Rey le ha costado su amistad con el fiscal Pedro Horrach, con quien había ido de la mano desde el principio en el caso Nóos. No ha tenido empacho alguno en acusarla de fraude sin el apoyo de Hacienda.
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Pedro Horrach: El principal promotor del caso Nóos dio un giro de 180 grados en su estrategia cuando la investigación empezó a señalar a la hija del Rey. Desde entonces se ha esmerado en defender su inocencia, casi como si fuera su propio abogado.
Manuel González-Peeters: El abogado de Diego Torres fue el primero en poner en su punto de mira a la duquesa en su estrategia de involucrar a la Casa Real para intentar salvar a su cliente. Fue él quien aireó los correos más comprometedores para la ahora imputada.
Virginia López-Negrete: La letrada de Manos Limpias ha sido el azote de la duquesa desde el principio. López-Negrete fue la primera en pedir su imputación ya en febrero de 2012. Es la única aliada del juez Castro a estas alturas del proceso.
Jesús María Silva: El abogado del bufete de Miquel Roca es el penalista que está llevando el peso de la defensa. Su estrategia, ya lo desveló él mismo, pasa por presentar a su cliente como una esposa enamorada y confiada de la honestidad de su marido.
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