El rector de la UMU, José Luján, en el balcón del edificio de la Convalecencia. VICENTE VICÉNS / AGM

José Luján: «Me presenté para un proyecto para ocho años, y eso no ha cambiado»

«Las universidades han demostrado ser espacios seguros; no tenemos un solo contagio reportado en nuestras instalaciones», afirma el rector de la UMU

Lunes, 8 de febrero 2021, 07:23

Tres años de mandato como rector, uno de ellos en pandemia, mantienen en José Luján la ilusión intacta por completar su proyecto, que pasa por presentarse a la reelección. Superada la intensa polémica por los exámenes presenciales, el rector da garantías de la seguridad sanitaria ... de los campus, y confía en poder cumplir su promesa electoral de rebajar las tasas de los másteres.

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La polémica por los exámenes de enero parece haber terminado. ¿Por qué se ha insistido desde la Universidad en que las evaluaciones fueran presenciales?

–Desde la universidad española, no solo desde la de Murcia, se ha creído que la evaluación es un momento que tiene que rodearse de unas garantías que aseguren la equidad y la justicia del proceso, y de lo que la evaluación implica como reconocimiento de un trabajo y de un esfuerzo. En la primera parte de la pandemia, lo coherente era mantener el modelo 'online' hasta final de curso. Luego planificamos el curso con elementos de presencialidad importantes, limitados a lo esencial y con todas las medidas de seguridad. En esa parte de presencialidad segura siempre hemos considerado que la evaluación debía ser presencial por preservar esos elementos que garantizan la equidad y la justicia. No es algo privativo de la UMU, es la manera en que la universidad española ha afrontado los exámenes.

–¿Han sido presenciales en toda España?

–Según la información de CRUE, el 85% de las universidades los están haciendo de forma presencial preferentemente.

–Apela a la equidad y a la justicia. ¿Temen que los alumnos copien con los exámenes 'online'?

–El temor a que pueda haber copias no es de ahora, es de toda la vida. Siempre ha habido chuletas y se han puesto remedios para evitarlo, para garantizar la equidad y la justicia. Pero las nuevas tecnologías tienen la capacidad de magnificar pautas de comportamiento que siempre ha habido.

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–Quedan profesores a los que les cuesta plantear otro modelo de examen ajustado a la nueva realidad, salir de las cinco preguntas cortas a desarrollar...

–Bolonia apuesta por un modelo de evaluación continua. En ese contexto de adaptación a las nuevas metodologías de evaluar, llegamos a la encrucijada de la pandemia. Pero hay que ver las cosas con perspectiva, y darnos cuenta de que en la UMU, el 20% de la evaluación ya no dependía del examen final. Ese es el camino que estamos transitando.

–¿Es la universidad un espacio seguro?

–Las universidades han demostrado ser espacios seguros. En el caso de la UMU, después de un cuatrimestre no tenemos reportado ni un solo caso de contagio producido dentro de las instalaciones universitarias, lo que nos hace poder afirmar que se ha demostrado como un espacio seguro.

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«Hay que realizar un esfuerzo enorme para que la huella en los jóvenes sea la menor posible»

PANDEMIA

–¿Y los desplazamientos hasta los campus?

–Hemos hecho estudios, y en la primera semana de exámenes, del 11 al 17 de enero, no ha habido ningún contagio reportado. Nuestro estudio dice que en ningún caso el transporte público ha alcanzando el 50% del aforo; ha estado funcionando a un tercio. Hemos detectado algún problema de horarios y frecuencias desde el noroeste, y la UMU ha contratado un autobús que complemente esas frecuencias.

–En plena polémica, el ministro de Universidades se descuelga con un 'tweet' apoyando los exámenes 'online'. ¿Cómo valora esa entrada en escena?

–Si un reproche merece es quizá el momento en el que aparece. En cuanto al fondo, cualquiera que lea la nota del ministro, que la hace por 'tweet', que también es curiosa la manera en la que se dirige 'urbe et orbe' a la comunidad universitaria, ve que la clave es que el ministro recomienda que las universidades pasen a hacer exámenes 'online' siempre y cuando no pueda garantizarse la seguridad sanitaria a juicio de las autoridades sanitarias. Eso es exactamente lo que la UMU ha hecho. Las autoridades sanitarias no han impuesto ninguna norma restrictiva a la realización de exámenes presenciales. No creo que el ministro haya dicho una cosa distinta a la que hacemos. El momento y la forma en que lo plantea quizá no sean los que cabe esperar de un Ministerio.

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–Es el primer rector en plena era de las redes sociales, las 'fake news', los bulos...

–Las redes sociales han sobrepasado hace tiempo los límites de la libertad de expresión, y se han convertido en un terreno en el que todo vale. Cualquiera da su opinión con o sin fundamento, la eleva a categoría; no nos están haciendo bien como sociedad. Dificulta muchísimo la toma de decisiones, el debate sereno y sosegado, no hay reflexión... hay una guerra por ver quién dice el exabrupto mayor.

–La polémica por los exámenes presenciales ha agrandado la brecha con los estudiantes, que ya se molestaron por el cambio de criterio en la decisión de no aplicar penalización a las segundas matrículas. ¿Hay un desencuentro?

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–Entiendo que los estudiantes sientan malestar; en el caso del precio de las segundas matrículas, tenían una expectativa que finalmente no se cumplió. Pero no se trata de que el rector mintiera. El rector ha adaptado la solución de un problema a las circunstancias del momento. La solución es que ningún estudiante de la UMU ha visto penalizada su segunda matrícula cuando ha puesto de manifiesto que la razón de no haber superado una asignatura estaba vinculada a la Covid. La diferencia entre lo que dije en abril y la decisión que tomamos en junio está en que en abril pudo entenderse que la no penalización sería para todos, y en junio para quienes habían tenido dificultadas por motivos relacionados con la Covid. Entre una cosa y otra hay dos elementos: frente a lo que creíamos en abril, en julio y julio se registró el mayor número de aprobados de la historia de la UMU. Así, una tarifa plana hubiera sido una medida de corte escasamente social. Entendimos que el fondo de la promesa estaba en garantizar que ningún estudiante de la UMU dejaba de estudiar si la razón de no superar una asignatura estaba relacionada con la Covid.

–Otro grupo de estudiantes le sometió a un 'escrache'...

–Hay que respetar y defender cualquier forma de organización y de manifestación de ideas y creencias de personas individuales o grupos, y yo respeto que haya estudiantes que hayan decidido organizarse al margen de las estructuras de representación de los estudiantes. Pero no tienen más representatividad que el grupo que conforman. Las decisiones se toman a través de cauces democráticos de participación. No le doy más importancia que la que tiene; la calle es un espacio público en el que los ciudadanos pueden expresar sus opiniones. Defiendo la libertad de expresión, y soy claramente consciente de que los cargos públicos, y de alguna manera un rector lo es, estamos sujetos a crítica. Entiendo que mis actuaciones están sujetas a crítica, y no tengo nada que reprochar a quien manifiesta su discrepancia. Ocurre sin embargo que los cargos públicos somos también personas, y me queda el mal sabor y la desazón de haber sentido una cierta violación de mi espacio de intimidad y anonimato. Cuando estoy en el Rectorado soy el rector, pero cuando estoy en la calle soy un ciudadano, y que se me interpele, de alguna manera me descoloca.

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«Antes de la pandemia, el 20% de la evaluación ya no dependía de un examen final»

EXÁMENES

–Los precios de los másteres siguen siendo muy elevados. ¿Reclamará la rebaja?

–La reivindicación la tenemos siempre en activo. Entendemos que es el principal elemento que dificulta la normal progresión de un estudiante en la UMU. Siempre que negociamos con la Comunidad aparece; deberíamos ser capaces de limarlo.

–Llevaba en su programa la bonificación del 99% de los créditos aprobados, que ya aplican otras universidades, y que además tiene una repercusión inmediata en la tasa de éxito de los alumnos.

–Esa medida, que llevábamos en el programa, no se puede implantar de un año para otro. Necesita estudios, conocer la situación financiera... El Gobierno nacional anunció que sería una medida a implantar con la reforma de la ley de Universidades, pero la iniciativa ha quedado en segundo término a causa de la pandemia.

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–La negociación del nuevo plan de financiación interanual sigue pendiente. ¿Tienen fecha?

–Hemos aprobado nuestro presupuesto para 2021, pero estamos esperando que se apruebe el Presupuesto de la Comunidad, que incluye nuestra financiación. Estamos expectantes para ver si ese presupuesto concreta las necesidades mínimas de financiación de la UMU. Después, con el año por delante, empezaremos a trabajar en un nuevo modelo de financiación para 2022 en adelante.

–¿Qué expectativas tiene en ese nuevo plan?

–El plan que se extingue tenía dos elementos críticos: contemplaba de manera muy limitada las inversiones y además se hizo sobre el presupuesto de que las universidades tenían remanentes que ya no están. Una vez resueltos habrá que estudiar la posibilidad de una reducción de costes del precio de matrícula y hacer alguna actuación en el ámbito de personal. Pero la solución al problema de plantillas que tienen las universidades solo puede llegar con una modificación normativa y una financiación especial del Gobierno de España.

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–¿Cómo quedan las cuentas de la UMU después del 'atraco' Covid?

–Hemos tenido dificultades producidas por el exceso de gasto y la reducción de ingresos; de alguna manera se han visto paliadas por el Fondo Covid, que se ha preservado en su finalidad y que nos ha ayudado bastante.

–Ha cumplido ya tres años de mandato como rector. ¿Cómo los valora? ¿Optará a la reelección?

–Son tres años que han volado, de mucho trabajo, ilusión, esperanza en querer hacer las cosas bien. El balance es positivo. Es verdad que después de dos años de mucho trabajo, cuando empezábamos a pisar el acelerador en proyectos importantes, llega la pandemia y parece que te obliga a cambiar el paradigma y a reconfigurar, a hacer frente a la prioridad de mantener el día a día de una institución con 4.000 empleados y 30.000 estudiantes.

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«Defiendo la libertad de expresión, pero también soy persona, y me queda la desazón»

ESCRACHE

–¿Va a repetir candidatura?

–El proyecto con el que nos presentamos a las elecciones era un proyecto de ocho años, y eso no ha cambiado.

–La pandemia ha pasado también su 'factura' emocional sobre los estudiantes, los docentes...

–La pandemia nos va a dejar a todos una huella de dolor, de miedo, de angustia, difícil de olvidar. Como ejemplo, yo entiendo que detrás del jaleo enorme que se ha montado con el tema de los exámenes, no deja de haber un cierto desencanto, angustia, impotencia, de una generación de estudiantes que están en la edad de comerse el mundo, haciendo amistades, en un periodo de crecimiento fantástico, que se les ha visto truncado. Como sociedad tenemos que hacer un esfuerzo enorme para que esa huella sea la menor posible. A los que somos mayores, un verano más o un verano menos nos importa poco, pero a quien tiene 18 años, a lo mejor el verano de 2020 era el verano de su vida, y lo ha perdido. También tenemos que darnos cuenta de que el miedo que tienen las personas mayores a contraer la enfermedad es terrible. Lo que más me duele es la falta de empatía; deberíamos ayudarnos porque nadie tiene una razón absoluta.

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–Los 'rankings' siguen dejando a la UMU en posiciones discretas...

–Acabamos de trabajar en una página sobre 'rankings' para concienciar a los miembros de la comunidad universitaria de la importancia de medir lo que hacemos. El problema es que no se cambia de la noche al día; lo que siembras hoy, lo vas a recoger en tres, cuatro o cinco años. Estamos en el momento de la siembra, y hasta la pandemia estábamos pisando el acelerador. No son el objetivo, pero son necesarios para saber dónde estás y en qué debes mejorar.

Vicente Vicéns / AGM

«Me cuesta entender que el ministro opine de los exámenes por Twitter»

–El mapa ha cambiado mucho, sobre todo por el incremento de universidades privadas. Algunas son parangobales a las públicas, la propia UCAM ha sabido posicionarse bien, pero luego aparecen otras iniciativas muy precipitadas. El decreto trata de establecer unos estándares mínimos que permitan tener la certeza de que son estudios universitarios, con investigación y transferencia. Incide en la docencia 'online'.

–Hasta el momento la UMU no ha sufrido esa caída de demanda, y seguimos teniendo titulaciones en que la demanda de una plaza está en un ratio de diez a uno. Sí tenemos ese problema en los másteres, y hay que hacer un trabajo concienzudo sobre la oferta de másteres. Tenemos que ofrecer un catálogo ágil e innovador, capaz de dar respuesta a necesidades de hoy. No podemos perder de vista que nuestro valor es ser presencial. La actividad docente, por naturaleza, es presencial. El proceso de aprendizaje es tan importante, que implica el 100% de las personas, y necesita los cinco sentidos.

–Hay que separar a la persona del ministro del funcionamiento del Ministerio. El ministro es una persona peculiar, pero cada cual es peculiar a su manera. A mí me cuesta entender que en un tema como el de los exámenes 'online' el ministro decida dar su opinión a través de un 'tweet', pero lo respeto, y su inteligencia es contrastada. Sí me hubiera gustado que en el Ministerio hubiera habido mayor celeridad para materializar los proyectos normativos.

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