Borrar
Alumnos de la Escuela Española de Supervivencia fabrican herramientas con huesos de animal. EEES&B

'Preppers', listos para lo peor

Tras las inundaciones y el coronavirus, el preparacionismo, que promulga la adopción de medidas extremas ante futuras catástrofes, y las escuelas de supervivencia ganan adeptos

Martes, 12 de mayo 2020, 03:38

«He comprado un terreno para hacerme un búnker -dice-. Pero no pongas mi nombre». Cuando llevas años formándote para sobrevivir en las peores circunstancias, diseñando estrategias de autosuficiencia, buscando lugares seguros y estudiando cómo gestionar recursos en condiciones extremas, los únicos motivos que te separan de hacerte un refugio son la oportunidad y el presupuesto.

Los 'preppers' o preparacionistas son ciudadanos que se temen lo peor y que están dispuestos a hacer todo lo que esté en su mano para estar listos si el caos llama a la puerta. Se protegen frente a la llegada de catástrofes naturales, amenazas globales o el colapso económico. Cuando estalló la pandemia del coronavirus, más que asustarse, debieron pensar que ellos ya lo estaban avisando.

«Lo que quiero es ser absolutamente autosuficiente», señala este preparacionista murciano que prefiere mantenerse en el anonimato. Tiene en marcha un proyecto para hacerse un refugio blindado en una zona rural de la Región. «En el terreno que he adquirido hay una cima, y ahí voy a enterrar un depósito de 10.000 litros que tengo ya comprado para recoger agua de lluvia. Porque sin el agua no puedes subsistir. Ya tengo los permisos», asegura.

Construir en secreto

La vivienda irá excavada en la montaña, igual que una casa cueva. «Al constructor no le he dicho que me voy a hacer un búnker, la puerta que yo quiera poner en la entrada es cosa mía», explica. Cuando la vivienda esté lista, lo más importante será equiparla. «Estoy haciendo un manual de preparacionismo para mí, con las cosas que voy a almacenar. Llevo dos años con él», dice. «La luz es una de las cosas que menos me preocupa ahora mismo. Estoy barajando opciones, pero también he estado mirando para hacer un agujero dentro de la casa, a más profundidad, para mantener las cosas frescas. Al final, cuando vives alejado, no se trata de tener todas las comodidades, aunque depende del 'prepper'», apunta.

El movimiento es muy opaco. «Un preparacionista real no lo indica en redes sociales. No quiere que lo sepa nadie. Son muy cerrados», explica el murciano Jorge Miñano, propietario de la tienda FerreHogar, especializada en materiales de supervivencia y equipamiento 'prepper', situada en La Albatalía. «Suelen tener un refugio bajo tierra y almacenan grandes cantidades de agua y comida en lata -explica-. También alimentos deshidratados o liofilizados y medicamentos. Todo depende de la capacidad económica. Según el dinero con que cuenten van más o menos lejos con su preparación».

Jorge Miñano, en su tienda de supervivencia y preparacionismo. E. MARTÍNEZ BUESO

El objetivo de un 'prepper' es «estar listo para vivir con sus propios recursos durante un plazo determinado. El que se marque: un mes, dos meses, un año… -apunta Jorge-. Yo he estado en casa de algunos de ellos, y hay gente que tiene de todo. Aquí en la Región hay gente que, en los primeros veinte días de este estado de alarma, no ha necesitado salir para nada, ni al supermercado ni a nada. Ya tenían sus propias reservas».

Refugios de 90.000 euros

Para Jaime Chávez, un residente en Molina de Segura de 43 años que ejerce como instructor en la Escuela Española de Supervivencia y Bushcraft de Granada, hacerse un búnker «no es ninguna locura». De hecho, reconoce que hace tiempo estudió construir uno para él y su familia. Le detuvo el alto coste. «Miré presupuestos para un refugio antinuclear. El problema es que tener un búnker de esas características es muy caro. No lo puedes conseguir por menos de 60.000 euros, y sería muy pequeño», apunta. Las características se las sabe de memoria: «Tiene que tener unas paredes de más de 30 centímetros de hormigón y estar a bastante profundidad, necesita canalizaciones de respiración especiales, un generador, expulsión de gases, un pozo ciego... Es muy complicado».

Jaime Chávez, instructor de cursos de superJorge Chávez, instructor de supervivencia, en unas prácticas de escalada. LV

Además, el precio se dispara cuando la construcción se hace para más de una persona. «Un búnker que estuviera bastante bien estaría en torno a los 80.000 o 90.000 euros -explica-. Al final no vas a ir tú solo. Si tienes a tu mujer y dos hijas, como yo, necesitas por lo menos 90 metros cuadrados, porque ten en cuenta que no vas a salir de ahí, y tienes que hacer deporte. Si no, sería un desastre a nivel psicológico».

«Hay un país europeo donde todos los edificios y espacios comunes tienen que tener en el sótano un refugio antinuclear -apunta Jaime-, pero no recuerdo cuál era». Hace referencia a Suiza, donde una ley estableció esta exigencia en plena Guerra Fría. La medida se intentó derogar en 2011, pero el tsunami que dañó la central de Fukushima ese mismo año hizo que la iniciativa fuera revocada.

El preparacionismo y la supervivencia son movimientos diferentes con raíz común. Mientras los 'preppers' buscan equiparse al máximo, los aficionados a la supervivencia se centran en aprender habilidades. Ambos recorren caminos distintos para el mismo fin: estar listos para una situación extrema. Y el interés que suscitan ha ido en aumento. «La moda por la supervivencia vive un gran momento debido a los programas de televisión, que han ayudado mucho a algunas escuelas-afirma Jorge Miñano, de FerreHogar-. También hay muchos 'youtubers'».

Él fue alumno de uno de estos cursos de supervivencia en una escuela llamada Anaconda I, en Málaga. También colabora con otro centro denominado Supervivencia Canarias. El mapa nacional ha ido salpicándose de escuelas como estas en la última década. Eso sí, «el auge del 'prepper' en España ha sido ahora -explica-. Yo lo noto por lo que me compran».

En el centro donde el instructor Jaime Chávez enseña cómo construirse un refugio y hacer fuego se abordan también materias como la elaboración de trampas, hacer herramientas con huesos de animal, la defensa personal e incluso habilidades 'hacker' ante un posible ataque cibernético. Todo lo que pueda suponer una amenaza entra en el 'temario'. «Hay cosas que la gente de a pie no se plantea. Van al supermercado, compran y no se complican la vida. Si hay una catástrofe natural, tener conocimientos de supervivencia puede ser clave», dice.

La regla del tres

Jaume Carreras, un joven barcelonés residente en la Región desde hace un año y apasionado por la supervivencia, cuenta que tiene «pendiente» ir a uno de estos cursos. «Llevo 15 años leyendo libros, viendo vídeos… Pero casi todo lo que sé es autodidacta. Siempre me ha gustado». En su tiempo libre desarrolla accesorios de 'kydex', un material termomoldeable utilizado en entornos militares y policiales por su gran resistencia. «Hago fundas para cuchillos y multiherramientas. Ahora me estoy poniendo en serio con mi marca 'Kydex Fénix' porque hay poca gente que lo haga». Jaume se tituló en Geología. La especialidad la tuvo clara: Riesgos Naturales. «Con los eventos de los últimos años, la gente está empezando a ser más consciente de que tiene en su mano hacer más de lo que está haciendo para estar preparada», asegura.

Jaume Carreras elabora una funda de cuchillo con 'kydex'. E. MARTÍNEZ BUESO

Si lo peor sucediera, «todo el mundo debería conocer la regla del tres -explica el instructor Jaime Chávez-: tienes que saber que tres minutos sin respirar te matan, treinta minutos en agua fría te matan, tres horas en ambientes fríos te matan, tres días sin beber te matan, y tres semanas sin comer también te matan». Por eso, indica, «lo prioritario es resguardarse del frío, encontrar agua y, en último lugar, alimentarse. Beber es mucho más urgente que comer, pese a lo que muchos piensan».

Jaime, que también tiene un puesto de responsabilidad en una gran multinacional alimentaria, se pregunta qué habría pasado estos meses «si hubiese caído la estructura que mantiene la alimentación». La situación «no tiene por qué llegar -dice-, pero otras cosas han sucedido en el pasado y nadie las esperaba».

Jaume Carreras comparte la idea: «Vivimos en una era de comodidad, pero eso puede cambiar». Sin embargo, reconoce que en el preparacionismo hay gente «demasiado metida». En su opinión, «hay que vigilar el nivel de obsesión con esto. Aunque hay un término medio. Tampoco hay que ser un inconsciente».

En la despensa de un preparacionista: alimentos que duran 25 años y mucha agua

En la despensa de un preparacionista todos los elementos están pensados para estirar al máximo la fecha de uso. Por eso, los alimentos son, en gran parte, legumbres, grano y semillas de todo tipo, latas y comida liofilizada. Jorge Miñano explica que para almacenarla se utilizan recipientes estancos «como los bidones CurTec, que son los mismos que se pueden ver en los kayak. La comida se guarda ahí dentro en bolsas de Mylar -un material que protege los alimentos de la luz- con unos absorbedores de oxígeno». Son pequeñas bolsas con polvo de hierro que evitan la aparición de microorganismos.

También hay 'kits' en forma de cubo que contienen raciones de comida liofilizada para toda una semana con una caducidad de 25 años. El agua es el elemento más difícil. O se almacena en bidones modulares o en grandes depósitos con químicos para mantenerla y potabilizadores con iones de plata y cloro para beberla con seguridad. Según Jorge, tampoco faltan dos de los superventas de la Covid-19: «El papel higiénico y las bebidas alcohólicas», tendencia común entre los confinados.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad 'Preppers', listos para lo peor

'Preppers', listos para lo peor