José Antonio Planes, esta semana en la sede de Cáritas Diocesana, en Murcia. NACHO GARCÍA / AGM
Director de Cáritas Diocesana en la Región

José Antonio Planes: «La pobreza se hereda si no se rompe el círculo con educación y empleo»

«Este es un momento de esperanza, encontramos más sensibilidad y respuesta en las empresas»

Lunes, 12 de diciembre 2022, 00:55

Cáritas atendió en 2021 a 93.000 personas en la Región de Murcia. Son 21.000 más que antes de la pandemia. A la ... crisis sanitaria y social se han unido ahora la guerra de Ucrania y la inflación. Es un momento complicado, pero también «esperanzador» por la solidaridad que se está activando, reflexiona José Antonio Planes, director de Cáritas Diocesana en la Región de Murcia desde 2017. Procedente del mundo empresarial, donde desarrolló una larga trayectoria, Planes pone el acento en la educación y el empleo.

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–Las familias de la Región se están viendo muy golpeadas por la elevada inflación, que llega después de la pandemia. ¿Está aumentando el número de personas que acuden a Cáritas a pedir ayuda?

–Primero fue la crisis económica de 2008, después vino la Covid y ahora la guerra de Ucrania y la inflación. La Covid provocó un cierre de mercados y tuvo un impacto enorme en la economía. Con la escasez de materias primas, automáticamente suben los precios. Se está manejando una inflación del 8,5% este año, pero la inflación de la cesta de la compra, de la madre que compra en el supermercado, es del 100%. El precio de la electricidad ha subido un 100%, y el del combustible, otro 100%. ¿Cuál es la situación real que soporta una familia de clase media, y sobre todo de la clase media baja? Pues que te vas a la exclusión. Por eso aumenta el número de personas que acuden a Cáritas para pedir ayuda. Nosotros procuramos responder a esa llamada de asistencia con los medios que tenemos. Este año estamos atendiendo a unas 5.000 personas más que el anterior.

–¿Qué actuaciones está llevando a cabo Cáritas ante toda esta situación?

–La educación y el empleo son las grandes palancas para erradicar la pobreza. Esta es la estrategia de Cáritas en la Región de Murcia, que viene por supuesto de Cáritas nacional e internacional. Estamos asistiendo a familias vulnerables con talleres de infancia que no son guarderías, sino talleres con psicólogos y asistentes sociales en los que se acompaña al niño y también a la familia para, en la medida de lo posible, enmendar todas las dificultades, las carencias. Porque claro, puede haber drogas, cárcel, violencia... Te puedes encontrar cualquier situación. En definitiva, ayudamos a esas familias para que el niño no se contamine de una coyuntura tan compleja, y pueda seguir su currículum académico.

Así lo ve

  • Solidaridad «Si el consumo se apodera de ti te lleva al individualismo, porque derivas tantos recursos a la autosatisfacción que no es fácil ver al hermano»

  • Nuevos proyectos «Vamos a inculcar la cultura del voluntariado desde Primaria. La solidaridad germina cuando la cultivas de niño»

  • Soledad «La asistencia a las personas que están solas forma parte de nuestra identidad; es una de las iniciativas en las que estamos trabajando»

–Usted ya ha comentado en otras ocasiones que, si no se actúa para evitarlo, la pobreza se hereda.

–Si nuestra respuesta ante la pobreza se limita a la asistencia de alimentos, medicamentos o el copago de alquiler, no vamos a cambiar la situación. La pobreza la heredas si no sales de tu ecosistema. Nosotros queremos romper ese círculo, acompañando a las familias y procurando que los niños estudien. Luego, a partir de la adolescencia tenemos los proyectos de empleo. El último ha sido un gran éxito: la escuela de conductores con Disfrimur. Once personas que hace un año estaban por ahí de cualquier modo hoy son conductores de tráiler. Ahora vamos a empezar también con otra escuela de instalación de placas fotovoltaicas. Ya tenemos una escuela de reformas, otra de limpiezas y una escuela de hostelería de la que salen casi todos colocados. Lo que queremos es multiplicar los proyectos de empleo. ¿Cómo lo hacemos? Firmando convenios con las empresas, que son las tractoras del empleo. Ese es el gran éxito.

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–Habla de estrategias para sacar a las personas de ese ecosistema de la exclusión. Lo cierto es que en la Región de Murcia hay una pobreza estructural, que sigue sin resolverse según se desprende de los datos disponibles. Un tercio de la población está en riesgo de exclusión, de acuerdo a las estadísticas.

–Ese 33% hay que desglosarlo, porque no es igual la exclusión severa que personas en riesgo de exclusión. Por ejemplo, se estima que cuando el alquiler supone más de un 30% de los ingresos, ya estás en riesgo, y los alquileres han subido muchísimo. Como le decía, es un momento complicado, pero también lo vivimos con gran esperanza. Estamos fomentando muchísimo la formación y el empleo. También tenemos una buena relación con la Comunidad Autónoma. Nos han concedido una ayuda importante para alquileres, y eso muy interesante, pero la clave es el empleo. Yo vengo de la consultoría y la empresa, un mundo al que me he dedicado 40 años, y observo un claro aumento de la responsabilidad social corporativa. Eso me parece importante y por eso decía que es un momento de gran esperanza. En Murcia hay muchísimos corazones generosos. Las empresas son conscientes de que no solo se trata de producir bienes para colocar en el mercado, sino que también es muy importante esa responsabilidad social. Hay mucha más sensibilidad.

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–Destaca la buena respuesta de las empresas. ¿Percibe más solidaridad en la sociedad?

–Sí, más sensibilidad, más respuesta de los colegios profesionales, de las instituciones... Lo de Ucrania está tocando el corazón de mucha gente. Muchas personas se plantean que tienen que hacer algo: un donativo, hacerse voluntarios, aportar su esfuerzo. Todos somos hermanos.

–La respuesta a la guerra de Ucrania está siendo, sin duda, solidaria. La gente se movilizó para ayudar a los refugiados. Pero, ¿ocurre igual ante otros conflictos en otras partes del mundo?

–La guerra de Ucrania está muy cerca, la tenemos en Europa. Pero somos conscientes de que debemos ser igualmente solidarios con el resto de conflictos que hay en el mundo. Cáritas Internacional está trabajando en todos los conflictos. Donde nos dejan, allí estamos.

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–Estamos hablando mucho de las empresas pero, ¿cómo deberían abordar las administraciones públicas el problema de la pobreza estructural en la Región de Murcia?

–Nosotros mantenemos una relación muy estrecha tanto con la Administración regional como con los ayuntamientos. A través de las 160 Cáritas parroquiales tenemos una enorme capilaridad para estar sobre el terreno. Cuando se trata de dar asistencia a quienes no tienen alternativa, la sensibilidad de todos los ayuntamientos es la misma. Esto es algo bonito, porque en un momento de tanta confrontación política puedo decir que la relación de Cáritas con todos los ayuntamientos es muy buena. Nosotros estamos en el tajo con quienes lo necesitan, y aquí no hay color político. Cáritas es la expresión de la caridad en la Iglesia católica, y actuamos en asentamientos o guetos donde a veces no va nadie. Creo que Cáritas tiene mucha credibilidad, y lo que pedimos es que sean conscientes de que, en Murcia, estamos por debajo de otras comunidades en asistencia social. Por tanto, tenemos que seguir incrementando [las ayudas].

–La pandemia ha dejado en evidencia los problemas de soledad. Hay muchas personas mayores que viven solas y en situación de vulnerabilidad, con pensiones bajas.

–Sí. Caritas también tiene una infraestructura de apoyo para asistir a personas que están solas. Precisamente estamos desarrollando una campaña fuerte para incorporar voluntarios cuya misión va a ser acompañar a personas que están solas. La asistencia, desde el punto de vista de Cáritas, no consiste solo en productos en especie, dinero, alimentos, copago del alquiler, medicamentos. Esta asistencia a las personas que están solas es algo propio de nuestra identidad. Esta es una de las iniciativas nucleares en las que estamos trabajando. No queremos que una persona esté sola, eso Cáritas lo tiene que remediar.

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–Es muy esperanzador todo lo que dice sobre la solidaridad, pero a veces da la sensación de que estamos en un mundo cada vez más individualista. De hecho, se habla mucho de la aporofobia, del aumento del rechazo al pobre.

–Es verdad que hace unos días salió en la prensa el cambio de ubicación de una instalación para personas con adicciones [el centro La Huertecica, en San Andrés] Hubo una respuesta vecinal. Pero eso son situaciones puntuales que hay que tratar. En general, hay cada vez más sensibilidad. Pero la cultura actual nos conduce al consumismo. Si el consumo se apodera de ti te lleva automáticamente al individualismo, porque derivas tantos recursos a esa autosatisfacción que no es fácil ver el corazón del hermano. En este sentido, queremos inculcar la mentalidad del voluntariado desde Primaria y hasta segundo de Bachillerato. La solidaridad germina cuando la practicas de niño. Creemos que eso es una excelente práctica para erradicar el individualismo: sacarles de la videoconsola y de tantas horas de encerramiento, y que estén mucho más pendientes de lo que ocurre en la sociedad. Hicimos una experiencia piloto en dos colegios, uno de chicas y otro de chicos, y la respuesta fue extraordinaria. El ser humano es generoso, tiene corazón, lo que pasa es que tienes que trabajar con ese corazón, tienes que apelar a la fraternidad.

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–¿Qué tipo de actividades se desarrollan en este programa?

–Tenemos un proyecto espectacular en Los Urrutias: la rehabilitación de un espacio precioso que pertenecía a la parroquia, y que ya no estaba en condiciones. Hemos invertido más de un millón de euros, de forma que los dos barracones que había se han convertido en dos residencias que van a estar disponibles los 365 días del año para todo tipo de actividades. El propósito es la integración, enseñar a los niños a interactuar con otros. Si a chavales de 13 o 14 años les haces descubrir que el otro es tu hermano, que te necesita, en un campamento donde van niños del barrio de La Paz, esos chicos salen transformados.

«Poner centros como La Huertecica en un descampado sería cruel»

–A nosotros, esas realidades nos empujan a ser más creativos, a entender mejor la sociedad actual, a comunicar y preparar mejor al vecindario donde se va a desarrollar algún proyecto, a esmerar las buenas prácticas en nuestros centros para que no generen ningún problema. Partimos de una realidad que es la que es, pero también vamos a poner por nuestra parte las mejores opciones para que la única solución posible no sea instalar centros de este tipo en un descampado, porque sería muy cruel.

–El Gobierno es el que debe garantizar una correcta gestión de la inmigración. Lo que hace Cáritas es atender a quien nos pide ayuda. Nosotros no hacemos excepción por religión, etnia, extracción social. Al que viene le atendemos del mejor modo posible. Ha habido alguna mejora, pero Cáritas, como otras organizaciones, está reclamando al Gobierno que no haya que esperar tres años para regularizar la situación de personas que ya están aquí ¿Por qué no podemos regularizarles, formarles, buscarles contratos de trabajo? ¿Por qué dejarles tres años en el desierto, sin expulsarlos pero sin reconocerlos, y sin acceso a determinados derechos? Otra cosa es que el Gobierno, en su legitimo derecho, establezca que hay una persona que no merece estar en la comunidad por determinados motivos, pero eso ya son cuestiones que no competen a Cáritas.

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