
PPLL
Viernes, 29 de enero 2016, 01:29
Si deciden pasar el fin de semana en la zona de Barranda, no pierdan la oportunidad de visitar las cuevas de Zaén, un impresionante mirador al Campo de San Juan desde donde disfrutar de una impagable puesta de sol. Sin embargo, estas cuevas frecuentadas y habitadas por el hombre desde tiempos prehistóricos ocultan un tesoro inmaterial, el de sus cualidades acústicas y el uso ritual que nuestros antepasados prehistóricos pudieron darle. Un valor que han sacado a la luz los estudios del musicólogo José Solano, que descubrió las propiedades acústicas de la Cueva del Tambor (una de las cuevas de Zaén) y cómo proyecta el sonido al exterior. Incluso comparado con teatros y auditorios construidos en época moderna son excepcionales. Asimismo, diversos estudios científicos han relacionado la presencia de pinturas rupestres con las características acústicas de las cuevas en que se realizaban, lo que ahonda en la importancia del uso ritual que los primeros grupos humanos pudieron hacer de la música. Con el fin de experimentar estas sensaciones e impulsadas por la moratallera Cristina Sobrado, se realizaron dos interesantes experiencias. En la primera, el grupo Vocal Igne ofreció un concierto basado en los antiquísimos cantos polifónicos georgianos; y, en la segunda, la Cuadrilla de Campo de San Juan, El Sabinar y Calar de la Santa y los tambores de Moratalla se unieron en una jornada que demostró el poder de la música tradicional en un lugar con magia. Aunque sea en silencio, no dejen de disfrutarlo.
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