Conexión a primera vista. Fue el sentimiento que despertó Pedro Cano a los niños ingresados en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca a los ... que impartió ayer una 'masterclass' de acuarela con grandes dosis de empatía y mucho cariño. Una iniciativa que coincidió con San Valentín –día de la celebración del amor–, aunque el marco de esta visita tan especial a las Aulas Hospitalarias fue el 50 aniversario del centro.
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Tal fue el 'flechazo' que el pintor de Blanca no solo se ganó la atención de los pequeños nada más llegar, sino que consiguió dejarlos totalmente embobados cuando se sentó junto a ellos, sacó unas granadas de mentira y les invitó a replicarlas en un lienzo usando acuarelas mientras les contaba su experiencia vital y les daba trucos para difuminar los colores y conseguir sombras. No le conocían, pero tampoco le olvidarán, ya que consiguió durante hora y media que sintieran que no estaban en el hospital.
A preguntas de los alumnos sobre sus comienzos, el artista, que el año pasado recibió la Medalla del Oro al Mérito en las Bellas Artes, explicó que empezó a pintar cuando era un niño como ellos al que la vida le golpeó con la pérdida de su padre. «Yo tenía 11 años y, como en la escuela dibujaba bien, mi hermano me regaló una cajita de pinturas al óleo; eso fue lo que me llevó hacia delante, fue un punto de referencia grande».
Dos años después de aquel primer contacto con la pintura, Pedro Cano encontró la vocación que se convirtió en su oficio. «Conocí a una señora que pasó por Blanca y que había estudiado Bellas Artes; como pensaba que los cuadros que le enseñé no eran míos, me llevó a pintar con ella y cuando me vio le dijo a mi madre: 'señora, su hijo tiene que hacer Bellas Artes'».
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Respecto a la experiencia que compartió con los niños hospitalizados, el artista blanqueño dijo que era su segunda vez y mostró su predisposición a volver cada vez que le inviten. «He recibido muchas cosas de la vida y lo bonito es, de cualquier modo, dar a los demás cosas que se necesitan. Y esto es importante porque los niños viven un día especial y distinto para ellos estando aquí, en un momento tan delicado. Creo que es muy importante involucrarse en iniciativas de tipo humano y social».
Por parte de los niños, la satisfacción fue compartida con el artista. «La clase ha estado muy chula; pensaba que me iba a aburrir más en el hospital y puedo ver hasta 'Doraemon' en la tele de mi habitación», resaltó Antonio, de 11 años, quien confesó y que la pintura le relaja y no descartó la idea de dedicarse profesionalmente al arte, aunque tenía en mente estudiar Veterinaria. En el caso de Victoria, Arwa y Hugo, todos de 9 años, cuando sean mayores tienen planes de ser «matrona, doctora y futbolista», respectivamente. En el caso de Bartolo, el mayor del grupo con 13 años, es muy probable que siga los pasos de Pedro Cano. «Me encanta pintar con acrílico y óleo, pero no había trabajado la acuarela. Estoy muy contento porque he aprendido muchos trucos».
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