El transportista Hipólito A. P., sentado en la barrera quitamiedos de la autovía, instantes después de producirse el siniestro. Ginés ros / agm

Piden 4 años al conductor de un tráiler que causó un accidente con 5 fallecidos

El siniestro se produjo en octubre de 2017, frente al área de servicio La Paz de Murcia, y el transportista dio positivo en cocaína al ser sometido a un test

Lunes, 4 de enero 2021, 07:30

Los relojes marcaban las 18.25 horas del 9 de octubre de 2017 cuando el infierno se desató sobre el asfalto de la autovía A-7, a la altura de la Venta La Paz, en el término municipal de Murcia. Un camión Renault de gran tonelaje, que cubría el trayecto entre la localidad de Totana y la de Santomera, donde debía recoger una carga de hortalizas, colisionó contra la fila de coches, todoterrenos y camiones que estaban detenidos en la calzada, debido a que unos cientos de metros más allá se había registrado una colisión entre dos vehículos y se había generado el habitual atasco.

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Al volante del tráiler se encontraba un vecino de Totana, Hipólito A. P., de 42 años de edad en ese momento, quien supuestamente no llegó siquiera a accionar el pedal del freno ni a efectuar alguna maniobra evasiva. Pese a tratarse de una larga recta con gran visibilidad, el vehículo continuó su marcha a una velocidad de 86 km/hora, hasta colisionar de lleno contra la fila de vehículos. Solo entonces se detuvo, frenado por los trozos de chatarra retorcida en que se habían convertido varios automóviles. Las escenas que se sucedieron en las horas siguientes fueron realmente dantescas.

En un Seat Toledo, que recibió el primer impacto, viajaban cuatro miembros de una familia de Elche, que murieron en el acto

La peor parte se la llevó un Seat Toledo, matrícula de Alicante, que recibió el impacto directo del vehículo pesado. En el automóvil viajaban cuatro miembros de una misma familia que retornaban a Elche después de pasar unos días de descanso en Almería. Todos ellos perdieron la vida en el acto: José Vicente Maciá Segarra, de 53 años de edad, un antiguo entrenador de los equipos base del Elche C. F.; su hija Elena Maciá Belmonte, de 14 años; su cuñada Josefa Belmonte Márquez, de 48 años, y una hija de esta, Laura Fabra Belmonte, de 16 años.

Seguidamente, el tráiler se llevó por delante un turismo Mercedes, cuyo conductor, José Joaquín Pérez Ortiz, de 47 años, también murió al quedar atrapado entre los hierros.

«Dos caladas a un porro»

El siniestro, uno de los accidentes de tráfico más graves ocurridos en la Región en las últimas décadas, se saldó además con ocho heridos de diversa consideración, algunos de ellos de gravedad, y una docena de vehículos con daños materiales. La investigación del suceso fue asumida desde los primeros instantes por los agentes del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil.

Los especialistas de la Benemérita procedieron rápidamente a identificar al conductor del camión que, según todos los indicios, había sido el responsable del siniestro. Se trataba de un vecino de Totana, Hipólito A. P., conocido por el sobrenombre de 'El Punchas', de 38 años de edad, quien tenía un historial inmaculado en las dos décadas que llevaba trabajando como transportista. Pese a ello, cuando los agentes de Tráfico lo sometieron a un narcotest, dio positivo a la cocaína, lo que motivó su inmediata detención. En su declaración, el chófer profesional aseguró que un par de días antes, durante una fiesta de la empresa, había dado dos caladas a un cigarrillo impregnado en cocaína, por lo que no entendía cómo a esas alturas, con el tiempo transcurrido, seguía dando positivo. Incluso pidió que se le practicara un análisis de sangre para demostrar que no estaba influenciado por el consumo de drogas.

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El siniestro ocurrió en una recta de gran visibilidad, sin que en apariencia el chófer llegara a frenar o diera un volantazo

Después de ser puesto a disposición judicial, el magistrado que se encontraba de guardia lo dejó en libertad condicional.

Cinco homicidios imprudentes

Ahora, tres años más tarde, las diligencias coordinadas por el Juzgado de Instrucción número 2 de Murcia han concluido y el fiscal especial de tráfico, Pablo Lanzarote, ha formulado su escrito de conclusiones provisionales. En el mismo acusa a Hipólito A. P. de cinco delitos de homicidio por imprudencia y otros ocho delitos de lesiones por imprudencia, todos ellos en concurso con un delito de conducción bajo la influencia de drogas tóxicas, por los que reclama la imposición de una condena de cuatro años de prisión y retirada del permiso de conducir durante seis años. Para el acusador público, el siniestro se debió a que «circulaba de forma totalmente desatenta y, debido a su estado, no se apercibió de la existencia de una retención».

Asimismo, el representante del Ministerio Público reclama indemnizaciones que rondan los 600.000 euros para los familiares de los cinco fallecidos y también para los heridos en el accidente, por el tiempo que pasaron hospitalizados y por las secuelas que en algunos casos les han quedado. Como responsable directa del pago de esas cantidades señala a la aseguradora Helvetia SA, que era la que tenía suscrita una póliza para el camión accidentado y que a estas alturas ya ha abonado una parte importante de ese dinero, y como responsable civil subsidiaria señala a las mercantiles Agentrans Demetrio e Hijos SLy Laudate Alquiler España SL, para las que trabajaba el chófer.

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Como pruebas que deben ser reproducidas en la vista oral, el fiscal Lanzarote se refiere al informe que realizó el Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) de la Guardia Civil y a un experto de la compañía fabricante de los narcotest.

«Si se detecta una droga en la saliva, ¿está también en la sangre?»

Buena parte del juicio que se celebre contra Hipólito A. P. se centrará en establecer si iba conduciendo bajo la influencia de drogas y, más concretamente, de la cocaína. Aunque dio positivo en un narcotest que le realizó la Guardia Civil de Tráfico, el acusado sostiene que solo le había dado dos caladas a un cigarro impregnado en coca dos días antes, por lo que aseguraba que en ningún caso estaba afectado por los estupefacientes cuando se produjo el accidente.

Por tal razón, en su escrito de acusación, el fiscal Pablo Lanzarote pide que en el juicio se celebre una prueba anticipada, consistente en determinar cuándo se puede asegurar que un conductor tiene sus facultades mermadas por las drogas. Así, reclama que un especialista responda a las siguientes cuestiones: «Si una droga, en este caso, cocaína, es detectada en saliva por la analítica, ¿implica que necesariamente se encuentra presente en la sangre?»; «si está en la sangre, ¿tiene por sí la capacidad de afectar a las facultades implicadas en la conducción (atención, reflejos, coordinación...)?»; «si es detectada en saliva, ¿implica que se ha consumido recientemente?»; «¿durante cuánto tiempo medio es detectable?»; «¿es posible que sea detectada en saliva, como droga madre, tres días después de su consumo?».

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