«La avalancha vendrá. No tenemos dudas». El presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región de Murcia, Miguel Pasqual del Riquelme, dejó este jueves patente la preocupación que existe en los juzgados por el «extraordinario incremento de la litigiosidad» que se espera que se produzca en los próximos meses. En este sentido, alabó las medidas de contención desplegadas por el Ejecutivo central para parar los pies a algunos de los estragos derivados de la Covid -como los ERTE y las moratorias concursales- y reclamó una «desescalada gradual» de éstas para evitar una saturación mayor de una justicia ya muy congestionada.
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Pasqual del Riquelme hizo hincapié en que, a lo largo de estos meses, se han desplegado medidas que han logrado «congelar» el problema, pero insistió en que éste sigue ahí. A lo largo del pasado año, los despidos se incrementaron un 5,2%. El presidente del TSJ advirtió de que esa cifra «solo es la punta del iceberg de lo que esperamos que ocurra» una vez que finalicen los ERTE.
El líder de la magistratura murciana puso encima de la mesa una nueva memoria judicial en la que escasean las buenas noticias. La pandemia se ha dejado notar con fuerza en los juzgados murcianos, que el año pasado ingresaron 182.575 asuntos. Aunque la cifra supone un 9,6% menos de casos de los que se contabilizaron en 2019, la capacidad resolutiva de los tribunales regionales también descendió, casi un 10%, en un año marcado por la pandemia y la consiguiente paralización judicial.
El balance de este año sin precedentes resulta, sin embargo, muy dispar en las diferentes jurisdicciones. Los órganos de lo Civil consiguieron dar salida a cerca de 67.000 asuntos, apenas un 0,5% menos que en 2019, pese a las especiales circunstancias que marcaron 2020. La resolución en los juzgados de lo Penal y lo Social, sin embargo, sufrió un batacazo de un 15,5% y un 16,8%, respectivamente. El presidente del TSJ achacó estas cifras a las dificultades con que tropiezan estas jurisdicciones a la hora de celebrar vistas de forma telemática.
Con este orden de cosas, los magistrados cerraron el pasado año con la friolera de 127.443 asuntos pendientes de respuesta, un 10,2% más que un año antes. «El sistema de Justicia es incapaz de asumir la entrada de asuntos», reconoció Pasqual del Riquelme.
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El fuerte impacto que la pandemia ha causado en la Justicia murciana no ha hecho sino engordar un atasco que lleva años nutriéndose de la elevada carga y la escasa dotación de medios de que adolece esta administración. Lastrados por la elevada litigiosidad -de 120,8 asuntos por cada mil habitantes, la tercera cifra más elevada del país- y por la baja ratio de jueces por habitante, los juzgados murcianos arrastran una tasa de pendencia muy por encima de la media nacional.
Esta realidad se traduce, al final, en una mayor espera para obtener la ansiada respuesta de los jueces. La duración media de los asuntos en la Comunidad, advirtió el presidente del TSJ, está muy por encima de la media. Un murciano, por poner un ejemplo, aguarda una media de 10,1 meses para obtener una primera respuesta para un asunto civil en un juzgado de Primera Instancia e Instrucción. Los juzgados españoles, sin embargo, tardan una media de 7,4 meses en despachar estos casos. Esta jurisdicción dirime desahucios, reclamaciones de deudas, daños y perjuicios ocasionados por accidentes de tráfico, pero también tramita separaciones y divorcios y establecimiento de pensiones de alimentos para los hijos.
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Juzgado hipotecario: 12.000 sentencias de cláusulas suelo en cuatro años El único juzgado de la Región especializado en cláusulas suelo tiene hasta 5.278 asuntos pendientes de resolución. Este órgano, que debe tramitar todas las reclamaciones judiciales de los afectados por la limitación de los tipos de interés hipotecarios de la Comunidad, ha logrado resolver en los últimos cuatro años más de 12.000 de estos casos. El pasado año se dictaron 2.960 sentencias de las que el 96,8% fueron estimatorias, según los datos del TSJ.
Violencia de género: Un menor rechazo de las maltratadas a declarar ante el juez Murcia repitió el pasado año como la cuarta comunidad con una mayor tasa de violencia de género. El presidente del TSJ hizo hincapié en que el 5,3% de las mujeres que son víctimas se acogen a su derecho a no declarar, cuando la media nacional supera el 10%. A su juicio, parece que la mujer que denuncia o aparece como víctima en el procedimiento «es menos reacia a contener la respuesta a no colaborar, no se sabe si es porque tenemos más violencia de género oculta o mayor sensibilización».
«Extraordinaria oportunidad»: El reconocimiento facial y la inteligencia artificial se abren paso El presidente del TSJ considera que la crisis derivada de la Covid es también «una extraordinaria oportunidad» para afrontar los cambios de calado que necesita desde años la administración. Avanzó que, en los próximos meses, se implantarán realidades como el reconocimiento facial o la inteligencia artificial aplicada a los procesos de diagnóstico y toma de decisiones. «Son realidades ya desplegadas o que se van a implantar en los próximos meses», destacó en su intervención.
Fin del estado de alarma: «Los jueces están para solucionar problemas, no para crearlos» El presidente del TSJ también se pronunció sobre las decisiones reclamadas a los jueces ante el fin del estado de alarma. Afirmó que el ordenamiento jurídico «debía haber estado mejor provisto». Remarcó, no obstante, que los jueces han cumplido su misión. Ante la disparidad de criterios, incidió en que «no es un problema sistémico, sino porque es una jurisprudencia en construcción». Los jueces, recordó, «están para solucionar problemas, no para crearlos».
«Un año muy difícil»: Solicita una mayor valoración para el personal judicial El presidente del TSJ aprovechó para aplaudir el trabajo de los 1.600 profesionales que conforman la administración. Aseguró haber echado en falta en este tiempo un «reconocimiento para los servidores públicos, no solo en la Justicia», como el que se ha dado en otros ámbitos. Pasqual del Riquelme insistió en que los órganos judiciales llevaron a cabo «un enorme esfuerzo en un año muy complejo». Prueba de ello son las 35.906 sentencias y 90.027 autos que se dictaron.
Con esta situación, el TSJ hizo hincapié en que son necesarios 16 nuevos órganos en la comunidad, aunque prioriza siete de ellos de cara al próximo año. Reclamó una plaza de magistrado en la Sección Quinta de la Audiencia, en Cartagena; tres juzgados de Primera Instancia en Murcia, uno en Cartagena y sendos juzgados de Primera Instancia e Instrucción en Lorca y Molina.
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