El Cryptosporidium es un parásito intestinal que causa dolor abdominal y diarrea y que se transmite a través de las heces de personas o animales. ... Hasta 2023, el número de casos de criptosporidiosis se mantenía en España más o menos estable, con picos periódicos de mayor incidencia. Pero el pasado verano saltaron las alertas, después de que en Reino Unido e Irlanda se diagnosticase la enfermedad a centenares de turistas que habían visitado la costa mediterránea, especialmente Cataluña y Comunidad Valenciana. El sistema de vigilancia epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III identificó 3.451 casos a lo largo del año en toda España, frente a los 813 del ejercicio anterior. El aumento también se constata en la Región de Murcia, aunque la incidencia se mantiene baja en comparación con comunidades vecinas: de los 3 casos identificados en 2021 se pasó a 26 el año pasado.
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El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad estudió la situación y concluyó que «una gran proporción» de los brotes tuvieron su origen en el agua de las piscinas. Si una persona infectada se baña, especialmente si lo hace sin una correcta higiene, puede dejar un rastro de ooquistes del parásito que terminarán siendo ingeridos por otros bañistas. Muchas veces, los transmisores son niños.
Uno de los problemas a la hora de prevenir los brotes es que el parásito resiste a los niveles de cloro habitualmente utilizados. Por eso, el Servicio de Salud del Ayuntamiento de Murcia pide evitar el baño en las piscinas si se ha tenido diarrea o vómitos en los quince días previos. Además, hay que ducharse previamente a la inmersión y tener especial cuidado con los niños. Si utilizan pañal, hay que revisarlo cada hora y cambiarlo fuera del entorno cercano a la piscina. Otra recomendación obvia es la de evitar tragar agua en la piscina. El lavado de manos debe estar siempre presente.
El protocolo del Ayuntamiento de Murcia contempla el cierre de las piscinas municipales ante los primeros indicios de contaminación fecal, hasta el correcto tratamiento de las aguas.
La criptosporidiosis causa cuadros leves y autolimitados en niños y adultos sanos, pero «el impacto de la infección es alto en poblaciones vulnerables, como personas inmunocomprometidas», advierte el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias en un informe publicado el pasado mes de noviembre a raíz del aumento de casos.
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Manuel Segovia, jefe de Microbiología del Virgen de La Arrixaca, recuerda que el incremento obedece en parte «a una mejora en la notificación» de casos. El nuevo sistema de información epidemiológica de la Región permite un volcado automático de los resultados de los análisis desde los servicios de Microbiología. Pero el informe del Ministerio de Sanidad deja claro que la mejora en la capacidad de diagnóstico «no explica por sí misma el inusual acúmulo de casos de la enfermedad registrado en julio a septiembre de 2023» en España.
Además, la criptosporidiosis pasa muchas veces desapercibida, al causar síntomas generalmente leves que pueden confundirse con cualquier otro cuadro gastrointestinal. En este sentido, el servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud aclara que la menor detección de casos en la Región de Murcia puede deberse a «una baja sospecha diagnóstica, al ser una enfermedad con una tasa de incidencia muy baja hasta la fecha». Por eso, se recomienda, «de cara a la época estival», que los profesionales estén alerta ante estos síntomas. Los epidemiólogos de Salud también piden «informar a la población sobre cómo minimizar el riesgo».
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El aumento de «fenómenos meteorológicos extremos» por el cambio climático favorece la transmisión del parásito, advierte el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Las fuertes lluvias pueden provocar arrastres de aguas desde suelos agrícolas y ganaderos hasta las zonas de captación de aguas para consumo. El problema, al igual que ocurre en las piscinas, es que los ooquistes de Cryptosporidium «resisten la cloración empleada en la potabilización del agua». Aragón comunicó el año pasado un brote con más de 500 afectados en Tarazona cuyo origen más probable fue la contaminación del río Queiles. Durante semanas, los vecinos no pudieron consumir agua del grifo salvo para cocinar, hirviéndola previamente durante al menos diez minutos.
En la Región, el Ayuntamiento de Murcia explica que Aguas de Murcia y el laboratorio municipal realizan «controles periódicos» en las estaciones de potabilización para comprobar si hay presencia de gérmenes indicadores de contaminación fecal. El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias del Ministerio advierte de que «las tendencias actuales de olas de calor, lluvias extremas y otros fenómenos adversos pueden aumentar el riesgo global de enfermedades por transmisión hídrica».
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