Ver fotos
Ver fotos
La fotografía de los dirigentes de Partido Popular, Ciudadanos y Vox sentados en la misma mesa no se volverá a repetir. Los negociadores de los tres partidos decidieron ayer poner fin a sus encuentros públicos, de forma que los flecos que quedan por pulir para alcanzar un pacto de investidura en la Región se tratarán de manera privada entre los interlocutores.
Publicidad
Fuentes conocedoras de las conversaciones aseguraron a 'La Verdad' que el acuerdo está muy perfilado y que lo único que falta es el visto bueno del presidente de Vox, Santiago Abascal. El líder nacional quiere una fórmula común para Murcia y Madrid, donde también se ultima un consenso para investir a la candidata popular, Isabel Díaz Ayuso. En ambas comunidades, Vox pretende forzar a Cs a retratarse.
La reunión de ayer, la cuarta que mantienen las tres formaciones en los últimos doce días, se celebró en el hotel Nelva de Murcia y tuvo una duración de poco más de dos horas. La cita se dedicó a estudiar un documento elaborado por Vox con 24 exigencias programáticas para el futuro Gobierno de PP y Cs, entre las que figuraban la defensa de un Plan Hidrológico Nacional, la aprobación de una Ley Integral del Mar Menor, la reducción de determinados impuestos y la aplicación de políticas de apoyo a las familias.
Los puntos más polémicos del programa de Vox, los referidos a las personas LGTBI y a los inmigrantes, se han suavizado bastante en aras de propiciar el entendimiento. Fuentes de la negociación aseguran que el partido de Santiago Abascal se conforma ahora con que los servicios jurídicos de la Asamblea realicen un informe sobre seis puntos de la Ley de Igualdad LGTBI de 2016 para garantizar que no contradicen derechos constitucionales. Esto es algo que pueden solicitar los grupos parlamentarios sobre cualquier normativa vigente. En cuanto a inmigración, lo que se reclama es el cumplimiento de la Ley de Extranjería y el establecimiento de garantías para que la instalación en la Región de centros de menores extranjeros no acompañados (Menas) no suponga un riesgo para la convivencia en las localidades donde se ubiquen.
Fernando López Miras, que está echando el resto en las reuniones, se mostró dispuesto a asumir los 24 planteamientos de Vox y a comprometerse a ponerlos en marcha en su discurso de investidura, de manera que queden reflejados en el diario oficial de la Asamblea.
Publicidad
La portavoz de Ciudadanos, Isabel Franco, confirmó que las exigencias realizadas por Vox son compatibles con las posiciones de su partido y con el acuerdo programático firmado con el PP. Cs mantiene que no negocia nada con el partido de Abascal y que su papel en los encuentros es el de vigilar que lo que acuerden Vox y PP no colisione con sus principios. Por tanto, continúa sin tener la menor intención de suscribir un documento conjunto.
Esta resistencia de Ciudadanos a escenificar su compromiso con Vox es lo que más irrita a los representantes de esta última fuerza política. El secretario general del grupo parlamentario, Luis Gestoso, insiste en que para dejar vía libre a un Ejecutivo de PP y Cs deben contar con un aval que asegure que los dos socios van a cumplir sus compromisos. «Da igual que firmen o no firmen, pero aquí todo el mundo tiene que retratarse. Si no es así, no apoyaremos la investidura», avisa el negociador.
Publicidad
Los de Abascal saben que tienen la sartén por el mango y están imprimiendo un ritmo pausado a las conversaciones. Más aún cuando juegan con la baza de que una hipotética repetición electoral les beneficiaría, como indicaba la encuesta de Sigma Dos para 'La Verdad'.
Luis Gestoso y el presidente provincial de Vox, Pascual Salvador, hicieron esperar ayer más de veinte minutos a los interlocutores de PP y Cs, que eran Fernando López Miras, José Miguel Luengo y Joaquín Segado, por parte de los populares, e Isabel Franco y Miguel Garaulet, en representación de Ciudadanos.
Publicidad
Tras el encuentro, Gestoso declaró que se habían dado «pasos importantes», aunque advirtió de que «no hay nada cerrado». Pero el tono empleado hace pensar que la fumata blanca es inminente. «Cuando se viene a las reuniones con espíritu abierto y ganas de alcanzar consensos, incidiendo en las cosas que nos unen y no en las que nos separan, es fácil llegar a acuerdos de forma constructiva y positiva», subrayó.
Los escollos que quedan por salvar tienen que más ver con cuestiones de terminología que de programa. Así, se están matizando la redacción de determinados conceptos de manera que no hieran las sensibilidades de ninguno de los tres actores.
Publicidad
Una de las razones de las prisas que tienen PP y Ciudadanos por cerrar cuanto antes el acuerdo de investidura con Vox radica en que, si se dejan pasar demasiados días, puedan aparecer contratiempos que acaben con la buena sintonía que se está alcanzando con el partido de Santiago Abascal. Y buena parte del peligro está en Madrid, en las declaraciones que puedan realizar los dirigentes nacionales. Así que los responsables de PP y Cs quieren estar al tanto de cualquier manifestación que se produzca, pues en la mente de todos están las palabras de Juan Carlos Girauta que enfadaron a Vox y provocaron que se levantara de la mesa cuando estaba cercano el pacto para investir a López Miras el pasado 4 de julio. Poco ayudó ayer el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, que en la Cadena SER exigió tajantemente a Vox que «rectifique y no bloquee» la formación de gobierno en la Región. Más cuidadoso fue Teodoro García, secretario general del PP, quien se limitó a manifestar ayer que la investidura puede ser la próxima semana.
Primer mes por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.