La Magdalena templaria conecta con los turistas en Cehegín

«Es raro el recorrido turístico que hacemos en el que no recibimos preguntas, dudas y consultas sobre esta imagen. Se ha convertido en un reclamo muy importante para el municipio. Hay gente que hasta ha escrito después para consultar algún aspecto o conocer más sobre su historia».

Así describe Magdalena Zamora, de la Asociación Cehegín Tierra Adentro, la relevancia que ha adquirido para el turismo del municipio una talla de María Magdalena, conocida comúnmente entre los lugareños como la Magdalena templaria, por los vínculos que tiene con esta orden, que tuvo mucha importancia en la actual comarca del Noroeste de la Región de Murcia durante la época medieval.

La imagen de la Magdalena se encuentra en la iglesia de Santa María Magdalena, parada obligatoria en las rutas turísticas que se realizan en Cehegín. Actualmente, la imagen está en una hornacina, protegida por un cristal, entre el pasillo central del templo y la sacristía. Expertos en historia del arte de universidades españolas y extranjeras que estudiaron la escultura sentenciaron que tiene una importante influencia de la corriente gótica y dataron su creación en el siglo XIII. «Es una joya de hace casi 800 años», explica Magdalena Zamora. Presenta una altura superior al metro y medio, «por lo que tiene el mismo tamaño que muchas personas», apunta Zamora. Antes de convertirse en reclamo turístico, la imagen vivió en el ostracismo, hasta que los integrantes de la Asociación Cehegín Tierra Adentro la localizaron en el almacén de la iglesia donde está expuesta en la actualidad.

Esta organización trabaja en la promoción de la historia, el arte y la cultura de Cehegín. Por tanto, «cuando descubrimos la talla vimos que teníamos un tesoro que había que restaurar y poner en valor», explica Magdalena Zamora. Para ello, se pusieron en contacto con el Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno regional, al que informaron del hallazgo. «Lo primero que hicimos fue adquirir una urna que protegiera la imagen y favoreciera su conservación», recuerda Zamora. También contactaron con el Ayuntamiento de Cehegín, que fue, finalmente, la administración que asumió la financiación necesaria para restaurar la talla y ponerla en valor.

«Nuestro objetivo era recuperarla para el patrimonio local de Cehegín y de la Región», explica Magdalena Zamora. El Consistorio encargó los trabajos de rehabilitación de la figura a Diego Cava, experto restaurador, que desarrolló su labor en 2019, mismo año en que se encontró la imagen. Desde entonces, está expuesta en la iglesia de Santa María Magdalena y ha ido adquiriendo relevancia hasta convertirse en un auténtico icono del turismo de Cehegín.

La composición y los detalles que tiene la talla son uno de sus rasgos más destacados y de los que más interés despiertan entre los turistas que conocen su historia. «María Magdalena es la patrona de los templarios», expone Magdalena Zamora. Por este motivo, la imagen presenta una características particulares. Los historiadores del arte señalan que las recreaciones de María Magdalena a partir del siglo XIV remarcan mucho la condición de prostituta en esta mujer. Sin embargo, con anterioridad a este siglo las representaciones escultóricas que se hicieron de la Magdalena reflejan una mujer empoderada e intelectual. Es el caso de la talla que existe en Cehegín, que «representa una mujer de categoría», explica Magdalena Zamora. De esta manera, la imagen tiene un libro abierto en la mano izquierda, símbolo de cultura y de ser una persona cercana a la intelectualidad.

Además, la escultura tiene en la mano derecha un vaso en el que porta la esencia con la que ungió el cuerpo de Cristo según el relato bíblico. La talla también está coronada por una tiara que exhibe en la cabeza, un detalle que simboliza una buena posición económica. «Todos estos detalles dibujan una mujer sabia y culta, adelantada a su época», explica Magdalena Zamora.

Estos detalles muestran la influencia de los templarios en esta escultura. Diversos estudios elaborados por historiadores sitúan el desembarco en Cehegín de la Orden del Temple en el año 1266, por influencia del rey Alfonso X El Sabio, quien entregó a los templarios el castillo de Cehegín. Lo mismo hizo también con las fortificaciones de Bullas y de Caravaca. Ya en el año 1312, tras la disolución del Temple, el castillo ceheginero lo ocuparon las tropas reales, hasta que en 1344 fue donado a la Orden del Santiago, que asumió la administración y gobierno de la villa de Cehegín a todos los niveles.