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Las calles de Santomera se llenaron anoche de alegría contenida durante dos años con motivo de la vuelta del desfile de Moros y Cristianos tras el parón por la pandemia de la Covid. Más de trescientas personas participaron en el cortejo, que puso el broche de oro a la celebración de una de las fiestas con más arraigo del municipio, declarada de Interés Turístico Regional, y con 43 años de historia.
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Las kábilas y comparsas demostraron las ganas que tenían de volver a vivir el evento con una cuidada puesta en escena que hizo las delicias del público que se congregó en la avenida Juan Carlos I para disfrutar del desfile. Los encargados de abrir el cortejo fueron los moros de Yonud Hijos del Desierto. El grupo más joven de los Moros y Cristianos de Santomera sorprendió al público con un llamativo espectáculo de lucha con fuego protagonizado por zancudos. El regreso de las integrantes del cuerpo de baile local Zoraidas fue otro de los principales atractivos del arranque del desfile, que continuó con la kábila Moros Almorávides, una de las formaciones más antiguas del festejo, que este año recuperó a un gran número de festeros que llevaban tiempo sin salir.
Entre grupo y grupo, los ballets santomeranos de Ricardo Giner y Euterpe mostraron su talento con coreografías preparadas especialmente para la ocasión, así como otro par de conjuntos de baile procedentes del municipio valenciano de Onteniente.
La comparsa Caballeros y Damas del Ampurdán, la más numerosa de la fiesta, dio paso al bando cristiano con sus inconfundibles marchas, escudos y grupo de abanderadas.
El cierre del desfile corrió a cargo de Contrabandistas del Mediterráneo, la comparsa que este año ha tenido el papel de la capitanía del evento. La encargada de dar vida a este título ha sido Encarni Muñoz, una médico de 34 años residente en Las Palmas de Gran Canaria que lleva la fiesta en las venas.
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«Para mí los Moros y Cristianos son una fiesta imprescindible en el calendario que llevo en mi ADN porque salgo desde que era muy pequeña. Lo peor de estar tan lejos es que algunos años no he podido vivirlas como me hubiera gustado. Cada vez que escucho un pasodoble me vienen recuerdos maravillosos», destacó la santomerana. «Ser la capitana es un orgullo. Estoy muy feliz de poder representar a mi comparsa y lo estoy disfrutando muchísimo», aseguró Encarni.
Las Bandoleras de los Contrabandistas volvieron a sorprender derrochando arte con una alegre coreografía a ritmo de La Zarzamora. Una puesta en escena en la que también hubo momentos cargados de emoción, ya que las navajas que portaban sus integrantes apuntaron en varias ocasiones al cielo en recuerdo y homenaje a su compañera Natalia Carrillo Murcia.
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La fiesta acabará hoy con una ofrenda floral a la Virgen del Rosario, Patrona de Santomera, y el cierre del campamento festero hasta el próximo año.
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