Un equipo trabaja en la excavación de la estructura de un gran edificio localizado en el cerro de la Virgen.

Los arqueólogos hallan un poblado tardorromano junto al Santuario de Calasparra

Las primeras excavaciones permiten datar el yacimiento, que se creía argárico o ibérico, en los siglos V y VII después de Cristo

Miércoles, 17 de julio 2024, 00:55

Las primeras excavaciones arqueológicas en el cerro de la Virgen, frente al santuario de la Esperanza, en Calasparra, cambian el relato sobre este yacimiento. Pese a lo defendido por diferentes investigadores desde finales de los años 80, el enclave, en un alto junto a uno ... de los meandros del río Segura, ni albergó un poblamiento argárico ni tampoco hay rastro ibérico. Su datación sería bastante posterior. Se trataría de un asentamiento tardorromano, de los siglos V al VII después de Cristo, probablemente con una función u origen militar, según mantiene David Martínez Chico, investigador de la Universidad de Valencia y director científico de los trabajos que se llevan a cabo desde principios de mes, junto con el también arqueólogo Rubén Fernández Tristante.

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Una prospección realizada en 2021 por Martínez Chico ya dio pistas (principalmente a través de restos cerámicos) para situar el origen del yacimiento, y ahora la excavación ha venido a apuntalar su hipótesis. Hace tres años se documentaron estancias domésticas (un aljibe o silo y otras estructuras) y piedras de dos tipos de molinos, de harina y de aceite. En esta campaña, el principal descubrimiento es un edificio de envergadura, en el sector norte, de planta rectangular y grandes dimensiones (14 metros de largo, 9 metros de ancho y muros con un grosor de 65 centímetros), que presentaría habitaciones anexas. Según Martínez Chico, el uso de este complejo todavía está en estudio. Sí se ha comprobado que sus paredes se encontraban enlucidas con cal.

El investigador explica que el cerro de la Virgen responde al modelo de los encastillamientos de época tardoantigua. Tras la caída del Imperio Romano, en el 476 después de Cristo, se vive un momento de incertidumbre y conflicto permanente. La población busca refugio en lugares estratégicos y de fácil defensa. A esta colina, conocida también como La Repunta y con un control del entorno que alcanza 15 kilómetros, la rodea casi por completo el cauce del Segura y en el único flanco accesible se situaría un foso antrópico y una torre vigía. En la Región de Murcia, poblamientos similares serían el castillo de Los Garres (Murcia) y el Salto de la Novia (Ojós y Ulea), este último en plena campaña de excavación y estudio. Martínez Chico apunta «una eventual naturaleza militar» del poblado de La Repunta, que se situaría en la frontera entre bizantinos y visigodos. Y tiene la hipótesis de que este núcleo se alzó durante la campaña de reconquista que emprendió el emperador Justiniano.

La cerámica recuperada apunta a intercambios comerciales con el norte de África, tras la caída del Imperio Romano

El material cerámico localizado durante los trabajos arqueológicos habla de cambios económicos. Con la caída de Roma, las relaciones comerciales se enfocan hacia el norte de África. Los restos de ánforas indican importaciones de Trípoli (Libia) y de la provincia de Bizacena (norte de Túnez). También se han encontrado restos de piezas de vajilla fina de origen africano de finales del siglo V o principios del VI, además de marmitas, de la misma época, pero en este caso de procedencia regional. Entre el material, también han aparecidos monedas, como un antoniniano de Galieno y un nummus de Constancio II que habrían pervivido en circulación varios siglos.

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La llegada del cristianismo

Asimismo, el equipo de Martínez Chico ha podido confirmar que el asentamiento tuvo una ocupación esporádica en época musulmana por la cerámica califal encontrada.

Otra línea de investigación señala que el actual santuario de la Esperanza no tendría un origen ibérico, como han defendido otros autores, sino que sería un primer ejemplo de la llegada del cristianismo y que probablemente sería contemporáneo al asentamiento del cerro.

Se trataría de un encastillamiento militar en la frontera entre bizantinos y visigodos

La excavación en marcha ha necesitado de los permisos tanto de Patrimonio Histórico como de Medio Ambiente, ya que el enclave destaca por su riqueza arqueológica y ambiental, al situarse en el entorno Reserva Natural de Sotos y Bosques de Ribera de Cañaverosa. En este sentido, Martínez Chico impulsa de la mano del Ayuntamiento de Calasparra que todo el enclave sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Sitio HIstórico.

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