Otra oportunidad para la sal en Calblanque
La asociación de defensa del parque regional reactiva la lucha por recuperar la actividad en las salinas del Rasall, un objetivo que comparte ANSE con Marchamalo como referencia
Si las salinas de San Pedro no estuvieran en producción, esa zona del Parque Regional sería un erial o, desde luego, no albergaría la rica biodiversidad actual», comenta el ambientólogo José Manuel Vidal sobre un espacio protegido de la Región de Murcia donde, por su majestuosidad, destacan los flamencos. Vidal, natural de Murcia, reflexiona así sobre el Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar, que atrae a otras aves acuáticas, como avocetas y cigüeñuelas, para exponer el contraste con otras salinas del litoral sureste de la Comunidad situadas también en un área de alto valor ecológico, en la costa del Mediterráneo y próxima al Mar Menor: las del Rasall, en el Parque Regional de Calblanque, Peña del Águila y Monte de las Cenizas.
El último fin de semana de agosto, Vidal estuvo entre la treintena de personas que acudieron a ese paraje del municipio de Cartagena para participar en una recogida simbólica de sal en esta finca, de propiedad privada. Lo hizo como presidente de la Asociación Calblanque, un colectivo que desde hace años organiza esta acción como vía para reivindicar que «la recuperación de la explotación salinera es fundamental para la conservación de los valores naturales y culturales» del parque y de la costa. Este verano, pequeños y mayores de familias vinculadas a la asociación, junto a «algún 'hippie' que aprovechó la ocasión y se sumó para llevarse sal como recuerdo y para consumo», sacaron a mano, valiéndose de rastrillos y cubos, unos mil kilos. Después, se fotografiaron junto las cajas con su cosecha del día y las compartieron en las redes sociales, para remover conciencias.
Del compromiso de los voluntarios de la asociación, creada en 2011, da muestras su colaboración con los programas públicos de vigilancia y custodia de nidos de tortuga boba, que incluye controles nocturnos en las playas y búsqueda de rastros de estos animales marinos en riesgo de extinción. Así que, con estas credenciales y la propia experiencia como voluntario ambiental en su juventud, Vidal –relacionado también con la naturaleza como propietario de una empresa de consultoría ambiental– reclama de nuevo públicamente que las administraciones regional y estatal impulsen la recuperación de la actividad salinera en el Rasall.
«La Comunidad Autónoma y el Ministerio para la Transición Ecológica han intentado actuar en la zona. La Comunidad realiza bombeos de agua desde el Mediterráneo para mantener una lámina mínima de agua y evitar que las salinas se sequen, y en tiempos de la consejera Adela Martínez-Cachá, trató de alquilar la finca. Y el Ministerio intentó expropiar las salinas con un expediente de deslinde del dominio público marítimo-terrestre, pero los propietarios recurrieron y la Justicia les dio la razón», recuerda Vidal.


A preguntas de LA VERDAD, fuentes de la Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor explicaron la situación de esta área: «Ahora, en cumplimiento del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de Calblanque, hacemos bombeos periódicos para que haya una lámina de agua estable que garantice la biodiversidad asociada: aves, pez fartet.... Y trabajamos para la instalación de un grupo de bombeo permanente, mediante dos pozos de captación en la zona de dominio público».
«Ya tenemos la autorización de la Demarcación de Costas. Y estamos haciendo estudios hidrogeológicos para garantizar que los pozos cuenten con caudal suficiente. Los sondeos concluirán en otoño. Y se redactará y licitará el proyecto», indicaron.
«Falta de rentabilidad»
En la Consejería que dirige Juan María Vázquez añadieron que «lo más conveniente sería que al final se retomase la actividad salinera, pero para eso tendremos que contar con el propietario, pues se trata de unas salinas privadas».
La propiedad es de una comunidad de bienes, explica a este diario Isidoro Carrillo, expresidente de la Mancomunidad de Canales del Taibilla y uno de los dueños. Carrillo descarta reanudar el negocio, abandonado hace una década «por falta de rentabilidad». Carrillo coincide en que lo ideal sería que las salinas del Rasall volverían a ser explotadas, pero afirma que eso pasa por la venta de la finca. Y añade que ni la Administración ni ningún particular o entidad privada han hecho ofertas en firme.
Concesión caducada
«La concesión caducó y lo único que se hace allí es que la Comunidad bombea agua desde el Mediterráneo para que haya una lámina mínima, como exige el PORN. Nosotros no recibimos ninguna compensación por este espacio, que sin embargo se está utilizando para cumplir con las exigencias ambientales», lamentó. Y afirmó: «Mis hermanos y yo estaríamos dispuestos a escuchar ofertas por los terrenos».
El director de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), Pedro García, confirmó a este periódico que su asociación ha mantenido conversaciones con los titulares de las salinas para su compra, para ponerlas en producción. Por ahora, no han fructificado.
Los naturalistas gestionan ya ocho hectáreas en las salinas de Marchamalo, donde este verano acoge la segunda cosecha seguida de flor de sal en la ribera sur del Mar Menor. La Fundación ANSE compró los terrenos –una parte de estas salinas de La Manga– y en 2023 retomó la producción, parada treinta años. Lo hace a través del Proyecto Resalar, que comparte con WWF España y el Instituto Español de Oceanografía y que financia el Ministerio para la Transición Ecológica a través de Fundación Biodiversidad.
«El estado de las charcas, muchas de ellas aún colmatadas parcialmente por sedimentos, la falta de tablachos de madera y la obstrucción de canales han limitado la producción de sal a unos pocos cientos de toneladas, que están siendo cosechadas durante estos días», indicó García. Pero subrayó que «ANSE ha demostrado que era posible recuperar el uso salinero en un lugar donde la actividad fue descartada por la Comunidad y los propietarios».
Vegetación y fauna acuáticas
Su organización busca la producción plena y la recuperación de la vegetación y la fauna acuáticas, como el chorlitejo patinegro y la gaviota de Adouin. Además, en julio y agosto, cerca de 200 voluntarios participaron en los talleres de divulgación 'Salineros por un día'. Mientras, ANSE «trabaja para resolver aún trámites administrativos y avanzar en la restauración del paisaje salinero con naves en ruinas». Piensa «comercializar en el futuro la sal para consumo humano y/o industrial». Pero antes, comenta García, «solventamos en la medida de nuestras posibilidades las grandes dificultades de financiación y liquidez, mientras llegan los fondos de la Unión Europea».
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