El número de funcionarios y cargos vacunados sin ajustarse al protocolo supera ya los 600

La literalidad del documento excluye no solo a los 500 vacunados en Habitamia, sino al menos a 91 de los 351 inmunizados en la Consejería, ya que sus puestos de trabajo se encuadran en la Secretaría General o en la Dirección General de Investigación, Planificación, Farmacia y Atención al Ciudadano. Es decir, en ámbitos distintos a la salud pública. Los otros 260 profesionales de la Consejería vacunados sí trabajan en la Dirección General de Salud Pública y Adicciones, por lo que los responsables de la campaña consideran que no hay dudas en cuanto a la pertinencia de su priorización. Sin embargo, el protocolo habla de «sanitarios», y buena parte de la plantilla se encuadra en otras categorías profesionales. Además, la estrategia nacional aclara que estos sanitarios deben estar implicados en la «gestión directa», y añade que se debe valorar el «riesgo de exposición». Es decir, en ningún momento se plantea una inmunización masiva de la plantilla. Por tanto, la cifra de vacunaciones al margen del protocolo se elevaría por encima de las 91 en la Consejería.

Pero los datos plantean más dudas. 517 personas fueron vacunadas como «personal de la Consejería» en el servicio municipal de salud de Murcia, según recoge la estadística publicada por el Ayuntamiento. Sin embargo, en realidad son 351 los trabajadores que han recibido dosis, entre ellos los directivos y el exconsejero Villegas. Salud aclara que esto se debe a que se ha incluido a 204 rastreadores de las empresas contratadas para esta tarea. Buena parte de estos rastreadores son sanitarios, aunque no todos, y algunos se encuentran en teletrabajo.

Salud justifica la vacunación masiva de los altos cargos y de su personal, sin atenerse a la literalidad del protocolo, porque la Región ha recibido un número de dosis muy superior a las necesidades inicialmente previstas. Esto llevó, explican fuentes de este departamento, a que se plantease una administración de dosis casi simultánea entre el personal de primera línea, que debía ser priorizado, y el resto de profesionales. Todo ello completado «en dos semanas».

Pero lo cierto es que mientras se han producido al menos 600 vacunaciones dudosas, miles de personas que sí cumplen con los requisitos del protocolo siguen esperando. Entre ellos, 1.077 trabajadores del servicio de ayuda a domicilio, con el riesgo de contagio a los ancianos a los que cuidan. También hay 9.500 grandes dependientes en cola. El SMS ha comenzado ahora a llamarles para comprobar si pueden desplazarse a los centros de salud para recibir sus dosis, ya que la vacuna de Pfizer no se puede administrar a domicilio. En los centros de día de discapacidad, la cobertura está todavía en el 30%.

Salud defiende que los altos cargos y los funcionarios fueron vacunados antes que los grandes dependientes porque estos últimos pertenecen al grupo 4 en la planificación de la campaña, y los anteriores, al grupo 3.