El PSRM respira aliviado tras la renuncia como alcaldesa de Molina de Segura de Esther Clavero, una de las implicadas en el escándalo de la administración irregular de vacunas contra la Covid en la Región.
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El incendio político se da por sofocado tras confirmarse ayer la dimisión de las dos ediles socialistas que aún se mantenían leales a la exregidora: Fuensanta Martínez y Sandra Díez. Fueron las únicas integrantes del grupo municipal, junto a Montse Montanos (que sí continuará en la corporación), que no firmaron el escrito con el que el resto de concejales del PSOE ponían la puntilla a Clavero el domingo por la noche, al solicitar públicamente su marcha. Al irse voluntariamente y entre críticas al partido por «abandonar a la alcaldesa, anteponiendo las estrategias de despacho», se disipa un foco de tensión en el equipo de gobierno para lo que resta de mandato.
Una vez solventada la crisis, ahora toca elegir nuevo alcalde o alcaldesa de Molina, la cuarta ciudad regional. No se realizará una encuesta entre los vecinos como planteó Clavero, pero tampoco habrá imposición por parte de la dirección regional. El PSRM dará libertad al Grupo Municipal Socialista para que proponga un candidato de entre los ediles actuales, que tendrá que ser refrendado por el Pleno con mayoría absoluta. 'A priori' no habrá problemas, pues PSOE y Podemos suman trece ediles, la mitad más uno de la Corporación municipal. El nombre de Eliseo García cobraba fuerza en las últimas horas.
La dirección regional del PSOE pisó a fondo el acelerador durante el fin de semana para forzar la salida de Clavero. Diego Conesa estuvo cauto con la exalcaldesa y rehusó apretarle en público para que dimitiera al tener la confianza de que ella misma se daría cuenta de que no le quedaba otra opción. Se quería esquivar a toda costa un nuevo 'caso Cartagena', en el sentido de que la mayoría del Grupo Municipal Socialista se atrincherara junto a Esther Clavero y el partido se viera obligado a expulsarlos a todos.
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Todo dio un giro el viernes por la tarde, cuando Ferraz publicó un contundente comunicado enseñando la puerta a los cargos públicos socialistas que se hubieran vacunado sin que les tocara por protocolo. Y el sábado por la tarde se produjo otra vuelta de tuerca, cuando Clavero puso condiciones para su marcha –seguir como concejal y la encuesta para designar a su sucesor–, presumió de haber recibido el respaldo de los socialistas molinenses tras una asamblea telemática y atacó a compañeros de gobierno como el primer teniente de alcalde, Ángel Navarro. Princesa lo consideró un pulso que no tenía intención de perder.
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Así que, en una maratoniana jornada de domingo, de llamadas y mensajes cruzados, el PSRM se aseguró la lealtad de la gran mayoría del grupo municipal. Costó lo suyo, pues el comunicado en el que ocho de los doce ediles reclaman la dimisión de la alcaldesa –uno de los firmantes dio su autorización desde el hospital, ingresado por Covid– se difundió pasadas las doce de la noche. Acorralada, Clavero no tuvo más remedio que tirar la toalla.
Por su parte, el líder regional del PSOE, Diego Conesa, consideró «muy desagradable» todo lo acontecido en Molina. «Esther Clavero ha realizado una labor extraordinaria al frente del Ayuntamiento, pero se ha producido un error fatal, en un momento fatal y en unas circunstancias fatales. Es el momento más difícil que he pasado», confesó a LA VERDAD.
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Conesa explicó que mantuvo varias conversaciones con Clavero, la última el pasado domingo, y cree que lo mejor habría sido que la alcaldesa hubiera hecho lo que le planteó el partido el pasado miércoles. El secretario general dijo desconocer quién será el nuevo alcalde o alcaldesa. «Lo importante es que seguirá la estabilidad política en Molina de Segura. Es un proyecto de gobierno maduro y seguirá adelante».
En cuanto al futuro de Esther Clavero, la exalcaldesa declaró a este diario que, en los próximos días, solicitará su reincorporación a la Universidad de Murcia, donde daba clases como profesora asociada en el departamento de Sociología antes de su entrada en política en el año 2011.
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Esther Clavero se despidió del Ayuntamiento de Molina de Segura con una comparecencia pública en el Salón de Plenos, en la que estuvo acompañada por las ediles Fuensanta Martínez y Sandra Díez, que se marchan con ella. La exalcaldesa molinense se limitó a leer el comunicado que había difundido en la madrugada del domingo. «Me despido desde la tristeza y el abatimiento de haber sufrido un linchamiento sin precedentes, que ha dañado a mi familia y a mi persona», reiteró ayer, como ya decía en su escrito. «No he robado, no he prevaricado, no he malversado, no estoy procesada ni imputada por ningún caso de corrupción. No he cometido ningún delito, no he mentido. Nunca he pisado un juzgado. Me he vacunado, sí. Cometí el error de vacunarme cuando me llamaron desde mi centro de salud porque consideraron que, al ser paciente de riesgo y estar altamente expuesta, iba a ser lo mejor para mí. Este es el máximo delito que he cometido en mis 43 años de vida», repitió la ya exalcaldesa de Molina.
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