Retirada de fango y lodos en Los Urrutias, el pasado mes de mayo. Antonio Gil / AGM

El Mar Menor y Portmán, 'banderas negras' de la Región de Murcia para Ecologistas

El estudio anual de la organización analiza cerca de 8.000 kilómetros de playas y mares y pone el foco en los residuos que llegarán a las costas por el coronavirus

María García Clemente y josé antonio guerrero

Martes, 30 de junio 2020, 12:44

La contaminación presente en la bahía de Portmán y la Sierra Minera, así como la mala gestión ambiental del Mar Menor centran las críticas de Ecologistas en Acción, que otorgó a estas zonas dos de las 48 'banderas negras' que concede anualmente la organización en contraposición a las banderas azules de la Fundación Europea de Educación Ambiental.

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En el caso de Portmán y la Sierra Minera, Ecologistas recuerda que a pesar de la larga tradición de la industria en la zona, los «verdaderos problemas de destrucción del paisaje y contaminación» comenzaron a mitad del siglo pasado. La organización recalca que todavía hoy se pueden ver «balsas enormes donde permanecen grandes volúmenes de esos residuos tóxicos, pero también se vertieron estos a ramblas, afectando incluso al Mar Menor». También critica que, pese a los planes de recuperación, «todo sigue prácticamente igual y sin avances significativos, y cada día con más evidencias de la peligrosa exposición de la población a una contaminación ambiental que debería haberse eliminado hace décadas».

El Mar Menor, al que califica de un posible 'Portmán II', es el otro punto negro que destaca Ecologistas en Acción en la Región de Murcia, para señalar que presenta «el peor aspecto y peores expectativas de su historia». Recalcan que la gota fría de septiembre de 2019 fue el detonante de un proceso de degradación constante durante las últimas décadas, que concluyó con «la imagen de miles de peces y crustáceos muertos a orillas de sus aguas en octubre». Critica, además, la existencia de regadíos ilegales en la zona del Campo de Cartagena y señala que el Gobierno regional «no parece muy interesado en poner freno a las irregularidades y malas prácticas agrícolas, llegando al extremo de tardar varios meses en paralizar unas roturaciones ilegales».

Por último, instan a las adminisraciones a que coordinen esfuerzos, ya que «cada día que pasa sin adoptar soluciones en origen y medidas eficaces se hace más difícil la recuperación de este excepcional sistema»; al tiempo que exigen al sector agroindustrial de la Región a que asuma su responsabilidad y sea partícipe de las soluciones, «asumiendo además una parte de los costes de la restitución del ecosistema».

48 puntos negros

Los vertidos de aguas residuales y la mala depuración, las especies invasoras y las ampliaciones portuarias «injustificadas» vuelven a concentrar la mayor proporción de las 48 'banderas begras'. Algunas playas repiten 'bandera negra' como la playa del Peñón y la Guardia (Salobreña, Granada), debido al impacto urbanístico; el sistema de saneamiento de Gijón (Asturias), debido a la falta de depuradora en la zona este de la ciudad; el proyecto del puerto de Fonsalía (Sta. Cruz de Tenerife, Canarias), por la amenaza de su construcción en una zona ZEC de baja tributación; la alúmina de Alcoa (Lugo) y Ence (Pontevedra), habituales en estos últimos 6 años, como grandes responsables de contaminación industrial.

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Las banderas negras (hay dos por cada provincia costera, así como en Ceuta y Melilla) pretenden denunciar que el valor ecológico de las costas españolas «se encuentra gravemente amenazado», poniendo en peligro «a cientos de especies animales y vegetales de nuestras costas», desde la nacra Pinna nobilis, la lapa Patella ferruginea, las praderas de la fanerógama marina 'Cymodocea nodosa', o las algas del género 'Gelidium spp'.

Ecologistas en Acción hace referencia también a la crisis sanitaria, derivada del coronavirus, que, a su juicio, tendrá sus consecuencias en el mar y en las playas por los residuos sanitarios que se están generando (cientos de millones de mascarillas, guantes, epis…), que ya están llegando a nuestras costas «por una mala gestión» de los mismos. También advierten del peligro que acecha en la desregulación urbanística «como una salida equivocada a la crisis social y económica en la que ha derivado la crisis sanitaria». A su juicio, «cada vez son más las autoridades regionales que están mostrando su preferencia por tirar una vez más del 'ladrillo' como solución a estos problemas; y concentrar más población a lo largo del litoral puede agravar los efectos de la pandemia, ya que se ha demostrado la necesidad que tiene la población local de espacios abiertos y sin masificar en estos tiempos inciertos de confinamiento».

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Para conmemorar que este año se celebra, además, el 15º aniversario del Informe Banderas Negras, los ecologistas han elaborado este informe paralelo que hace un recorrido por estos años de denuncias anuales, «que no han sido solucionadas de manera favorable», entre las que citan el hotel ilegal del Algarrobico, en Almería, o la «innecesaria» ampliación del puerto de Bilbao, «problemas que se siguen arrastrando». En este informe se observa que hay una tendencia creciente de denuncias anuales para los problemas derivados de depuración de aguas, vertidos sin tratar y saneamiento.

Tampoco olvidan citar los temporales que azotaron a muchos municipios del Mediterráneo el pasado mes de enero y sus devastadores efectos, pues muchas de esas localidades aún no se habían recuperado de las gotas frías características de otoño. Concretamente citan al temporal 'Gloria' y recuerdan que llegó en pleno invierno, cuando no corresponde con la estacionalidad de las gotas frías. «Ello nos obliga a plantearnos si nos encontramos en una nueva normalidad, y por ende, si hay que crear un nuevo modelo de gestión litoral alejado de la artificialización y de las medidas actuales, que son parches alejados de las dinámicas naturales de los entornos costeros», apostillan.

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