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Limitar las agendas de los médicos de familia a 30 citas diarias programadas (20 en el caso de los pediatras), más unas cinco imprevistas o urgentes, es uno de los aspectos clave del acuerdo que a finales del año pasado firmó el Sindicato Médico (Cesm) ... con el Gobierno regional. El pacto calmó el creciente malestar entre los profesionales por el deterioro que sufre la Atención Primaria en la Región de Murcia. Sin embargo, completado ya el primer trimestre de 2023, continúan las dudas sobre la aplicación de una medida que genera consenso sobre el papel, pero que resultará muy compleja de aplicar.
«De momento, se ha pilotado en centros que no tienen demora y están bien dotados. Cuando se podrá comprobar la factibilidad del plan es cuando llegue a los centros más saturados. Es obvio que ahí es donde habrá más dificultades», señala Jesús Abenza, médico en Fortuna y presidente, desde la semana pasada, de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria (Smumfyc).
A finales de febrero, la Consejería anunció el inicio del pilotaje en 15 centros de salud con cupos inferiores a las 1.250 tarjetas sanitarias por médico de familia. Dos semanas después, se informó de la incorporación de otros 16 centros con entre 1.250 y 1.350 pacientes por facultativo. Entre ellos, el de San Juan, en Murcia. «No hemos tenido problema en su aplicación, porque nosotros no tenemos demoras. Nuestras agendas prácticamente se ajustan a este modelo desde hace tiempo, así que solo hemos tenido que hacer algunos retoques», explica su coordinador médico, Juan Vicente Alfaro. En algunos de estos 16 centros, sin embargo, la limitación de agendas aún no ha comenzado. Es el caso de Fortuna, donde se pondrá en marcha esta semana, advierte Abenza.
En todo caso, la verdadera prueba de fuego llegará más adelante: el 37% de los médicos de familia de la Región de Murcia atienden cupos superiores a los 1.500 pacientes, según un reciente informe de la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública (ADSP). Entre estos facultativos está el exdirector gerente del SMS, Asensio López, que actualmente ejerce en el centro de salud de La Unión. «Aproximadamente atiendo a entre 49 y 50 pacientes diarios», explica.
¿Cómo reducir esas cifras hasta los 35 pacientes por día, sin que esto dispare las demoras? El SMS ya ha autorizado la realización de consultas extraordinarias de tarde que se activarán cuando la demora para una cita programada supere los cuatro días. Esto puede dar respuesta, al menos parcialmente, a la saturación que se produce cuando un médico está de baja o de vacaciones y sus compañeros tienen que asumir la atención a sus pacientes. Pero no resuelve la gestión de las citas no demorables o urgentes, especialmente cuando se disparan en momentos de alta presión asistencial, como el invierno.
Ahí es donde surgen las principales dudas. Los coordinadores médicos, que durante el año pasado lideraron las protestas en Primaria, permanecen a la expectativa. «El plan es bueno, pero está huérfano de concreción. Se plantean cosas valiosas, pero el SMS no puede decir que las agendas se limitan a 30 citas más 5 y que ahí lo deja para que cada uno lo gestione como quiera», advierte Juan Francisco Menárguez, coordinador en el centro de salud Jesús Marín de Molina de Segura.
«La cuestión más básica es qué ocurrirá cuando llegue el paciente 36», apunta, por su parte, Jesús Abenza «¿Quién le va a atender? ¿Se hará un 'triaje' para determinar si necesita esa atención o se le puede citar para otro día? Y, en ese caso, ¿quién se encargará de ese filtro?», se pregunta.
Fuentes del SMS explican que se está trabajando «en tres modelos para la gestión de pacientes sin cita». Cuando «estén definidos» se comunicarán a los centros, de forma que cada equipo tendrá autonomía para pactar sus propios criterios. El Sindicato Médico recuerda que los coordinadores de los centros han pasado a tener rango de jefe de servicio. «Tienen la capacidad para tomar decisiones de gestión», explica su presidenta, María José Campillo.
Sobre la mesa hay varias opciones, y todas generan debate. Por ejemplo, que todas las citas imprevistas sean atendidas por un médico del centro, mientras el resto se centra en sus agendas programadas. Para Asensio López, esta estrategia no sería adecuada. «El valor más importante en Primaria es la longitudinalidad (que el paciente sea atendido a lo largo del tiempo por un mismo facultativo). Incluso aunque se trate de algo banal, la longitudinalidad garantiza una mejor calidad en la atención y ofrece una mayor seguridad en la prescripción y los diagnósticos», reflexiona. Jesús Abenza coincide: «Si la limitación de agendas no se pilota seriamente, se corre el riesgo de que termine siendo muy perjudicial. Podemos convertir los centros de salud de nuevo en ambulatorios, donde todo el que entra es atendido sin orden ni concierto».
Una de las posibilidades que plantean los facultativos es el establecimiento de filtros o 'triajes' en los accesos para estas citas imprevistas. Pero, ¿quién se encargaría de esta valoración? Puede haber un «triaje administrativo para ordenar todo lo relacionado con trámites, informes, partes de baja, etc. En resumen, para demanda no asistencial», explica Abenza. En el debate está también el papel de la Enfermería, con la «gestión avanzada» de la demanda asistencial.
Pero todo esto debe «consensuarse» y trabajarse de forma seria en grupos de trabajo, y con la participación de las sociedades científicas de Primaria, advierte el presidente de Smumfyc. «Necesitamos respuestas coordinadas y sistematizadas, y adaptadas a la realidad de cada territorio», señala.
Porque la limitación de agendas tiene otro riesgo: si los 35 huecos no se llenan de manera ordenada, el médico puede pasarse la mañana atendiendo un caso banal tras otro simplemente por el hecho de que estos usuarios han sido más rápidos a la hora de reservar la cita, de forma que cuando llegue el paciente número 36 se encuentre fuera de agenda pese a tratarse de un crónico complejo, o pese a presentar un cuadro más grave. Para tratar de evitar esto puede plantearse un sistema de cita previa que permita establecer cierta discriminación, propone Asensio López. Por ejemplo, que la persona pueda decidir si necesita cita en 24 o 48 horas o puede esperar más.
En todo este debate, los pacientes tienen mucho que decir, aunque lo cierto es que, de momento, no han sido invitados a participar. «La limitación de agendas es lógica si hay más profesionales, pero sin una ampliación efectiva de la plantilla pueden generarse más demoras», subraya María Teresa Martín, de la Asociación de Usuarios de la Sanidad. «Tenemos muchas dudas: ¿cómo se va a incorporar a esa agenda de 35 citas la atención domiciliaria, la comunitaria, la atención a crónicos?», se pregunta.
Los profesionales comparten estas dudas. La jornada de un médico de familia no puede simplificarse en 30 citas programadas más 5 imprevistas. Hay «prácticas de valor», como ecografías o cirugía menor, y también docencia y formación, recuerdan Menárguez y Abenza. La reorganización de las agendas es un puzzle todavía sin armar.
Pese a todas las dudas que se están generando, el ex director gerente del SMS, Asensio López, cree que limitar las agendas de los médicos en Primaria será factible gracias a la anunciada ampliación de plazas en la plantilla: 111 en Medicina de Familia y 12 en Pediatría. «Eso automáticamente reducirá el número de pacientes asignados por profesional», explica.
Eso sí, es «crítico» que esas plazas se cubran, algo que puede no resultar ni fácil ni rápido en un contexto de déficit de médicos en toda España. De momento, el proceso administrativo sigue su curso. La Mesa Sectorial de Sanidad dio el visto bueno el pasado jueves tanto a estas 123 plazas de médico como al resto de puestos a crear en otras categorías de Primaria: en total, 223. Al día siguiente, el viernes, el Consejo de Administración del SMS dio también su aprobación.
Una vez se dicte resolución por parte del director gerente del SMS, las plazas «se incluirán en las correspondientes plantillas orgánicas» y saldrán «a la bolsa de trabajo actualmente en vigor, para su cobertura» mediante nombramientos de interinidad.
A día de hoy, sin embargo, las bolsas de facultativos no están precisamente a rebosar de aspirantes, dado el déficit existente. No obstante, Asensio López es optimista. «Esta apuesta por ampliar plantilla ejercerá un efecto llamada, y pueden venir médicos de otras comunidades», explica. A favor de la Región juega el hecho de contar con las mayores retribuciones para los médicos de Primaria de toda España, a excepción de Ceuta y Melilla, según datos del Sindicato Médico andaluz (sin guardias ni carrera, y con un trienio de antigüedad, 3.081 euros netos al mes)
También será clave la capacidad para retener a los MIR de Medicina de Familia que en mayo terminan su periodo de formación y que, además de optar por otras comunidades, pueden también decantarse por servicios de Urgencias.
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