La torre de la Cumbre de Mazarrón se unirá en verano a la oferta cultural

La oferta turística y cultural de Mazarrón sumará otro reclamo de cara a la próxima campaña estival. La torre vigía de Santa Isabel, en la zona de la Cumbre del Puerto, se acondicionará como un nuevo espacio para los visitantes que hablará de la historia de la localidad. El proyecto, que forma parte del plan de sostenibilidad turística, prevé la restauración del monumento, del siglo XVI, y la mejora de su entorno con una inversión de casi 227.000 euros.

Los trabajos, adjudicados por el Ayuntamiento a la empresa Minar Gestión de Proyectos SL, comenzarán a lo largo de la próxima semana, según anuncia el concejal de Turismo, Andrés Aznar. El plazo de ejecución es de cinco meses, y el edil confía en que la torre pueda abrir al público restaurada en verano. Sería la segunda de estas atalayas que se habilitan en Mazarrón para su uso cultural. La de los Caballos, junto a la ermita de Bolnuevo, ya se acondicionó en su día como un centro de visitantes donde se relata la tradición de la romería del milagro. En la bahía se mantienen en pie otras dos de estas construcciones, levantadas como defensa frente a los ataques de los piratas berberiscos: la de Santa Catalina (en La Azohía) y la del Molinete (en el casco urbano de Mazarrón). Hubo una quinta, la de San Ildefonso, derribada para las obras del faro.

La torre de Santa Isabel está protegida como bien de interés cultural (BIC) lo que no le ha servido de mucho frente al vandalismo y el deterioro. El proyecto de recuperación prevé la retirada de pintadas, basuras y excrementos de palomas, además de la reparación de revestimientos, cubierta y cornisas. El entorno se mejorará con la plantación de flora autóctona y la creación de una zona de recreo, pavimentada, con mobiliario urbano y un aseo. También se eliminarán las barreras arquitectónicas, con un acceso en rampa.

La idea es facilitar que el público pueda acceder a la cubierta del monumento para disfrutar de las vistas. La construcción mide doce metros de altura, tiene dos plantas y muros de mampostería con un grosor de 80 centímetros. A la vez que se desarrollan los trabajos, la Concejalía quiere sacar adelante el proyecto para la instalación de paneles con información histórica sobre la torre y el papel que jugó en la defensa de la costa.

En junio del año pasado, la Consejería de Cultura autorizó las obras, después de que el Ayuntamiento subsanara los reparos que advirtieron los técnicos de Patrimonio Histórico. Al tratarse de un monumento, las labores deberán contar con supervisión arqueológica.

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