Un chico selecciona una bebida energética en una máquina expendedora. J. L. Bort

La mayoría de adolescentes consumen bebidas energéticas de forma habitual

Los epidemiólogos advierten de la mezcla de estos productos con el alcohol y de su relación con la obesidad y la mala salud mental

Sábado, 4 de mayo 2024, 07:50

Las bebidas energéticas se han convertido en un producto de consumo habitual para la mayoría de los chicos de entre 14 y 18 años de ... la Región de Murcia. Muchos de ellos, además, combinan estas bebidas que incorporan cantidades excesivas de cafeína y otros estimulantes con el alcohol. El servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud alerta de esta tendencia en un informe recién publicado que analiza la evolución del consumo entre los estudiantes murcianos en la última década, con datos recogidos de la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (Estudes).

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El 56% de los chicos y el 39,3% de las chicas encuestadas en 2023 en la Región de Murcia aseguraron haber consumido estos productos al menos una vez en los 30 días anteriores a la realización del estudio. Estas cifras representan un aumento de más de diez puntos en relación a las tasas de consumo entre adolescentes en 2015. La ingesta de estas bebidas hipercalóricas y excesivamente estimulantes aumenta con la edad. Nada menos que siete de cada diez chicos de 18 años las consumen de forma más o menos cotidiana.

La tendencia es similar en toda España, pero el informe de Epidemiología revela que en la Región de Murcia hay un consumo superior a la media en el caso de los chicos, aunque no ocurre lo mismo con las chicas.

Los expertos llevan tiempo advirtiendo de los efectos de estos productos sobre la salud de los adolescentes. «Los principales ingredientes de estas bebidas alteran los parámetros cardiovasculares a través de diversos mecanismos y contribuyen a diferentes cambios hemodinámicos. Entre las principales consecuencias de su consumo habitual se encuentran el insomnio, con una calidad de sueño insuficiente, aumento de la presión arterial, caries, resistencia a la insulina y la intoxicación por cafeína», detallan los epidemiólogos en su informe. Pero a esto hay que añadir los «efectos psicológicos», entre los que destacan «la ansiedad, depresión, riesgo de suicidio y diversos trastornos de conducta».

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Todo esto supone una importante llamada de atención en una Región donde crecen los problemas de salud mental en adolescentes y donde se registran tasas de sobrepeso y obesidad infantil claramente superiores a la media.

Los expertos en salud pública apuestan por acciones para «disminuir la oferta» dirigida a los menores de edad

Pero a todo esto se suma la creciente tendencia a mezclar estas bebidas con el alcohol. El 22,4% de los chicos de entre 14 y 18 años recurre a este cóctel de manera más o menos habitual, algo que también hacen el 17,1% de las chicas de esta edad. Los epidemiólogos avisan de que el consumo de bebidas energéticas con «otras sustancias psicoactivas» se «está convirtiendo en una práctica habitual entre adolescentes y jóvenes, con un perfil de personas que buscan emociones nuevas». Al tomar estas bebidas estimulantes, estos jóvenes aumentan todavía más su consumo de alcohol.

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Sin límites de edad

A día de hoy, sin embargo, es difícil combatir estas prácticas porque la venta de estas marcas energéticas que dirigen todo su arsenal de 'marketing' a los más jóvenes es libre y sin límites de edad. Galicia y otras comunidades han anunciado regulaciones para prohibir la compra de estas bebidas por parte de menores de edad, pero la Región de Murcia no está de momento entre ellas. Tampoco el Gobierno central ha tomado decisiones, aunque la ministra de Sanidad se haya mostrado partidaria de la limitación.

En su informe, los epidemiólogos recuerdan que «con el fin de reducir» el consumo, «muchos países están intentando regular la venta de estas bebidas, incluidas las prohibiciones de venta a menores de 18 años». En este sentido, se cita el caso de Reino Unido, que «ha llevado a cabo una consulta para poner fin a al venta a menores en Inglaterra». El 93% de los ciudadanos que respondieron eran favorables a restringir la venta a menores de 16 años.

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Entre las medidas que también están sobre la mesa se encuentra la limitación de la publicidad de estos productos. El servicio de Epidemiología sugiere que, «teniendo en cuenta la prevalencia de consumo y los problemas asociados al mismo, se podría dar prioridad a las actividades dirigidas a disminuir su oferta en la población adolescente». Disminuir el consumo es «un reto para la salud pública que debe ser abordado desde diferentes perspectivas.

Un cóctel cargado de cafeína y azúcar

Advertencia de «contenido elevado de cafeína» en la lata de una bebida energética.

Dependiendo de la marca, una lata de energizante de 500 mililitros puede contener unos 160 miligramos de cafeína, lo que equivale a tomarse de golpe entre dos y tres cafés. «Si un adolescente se bebe dos de estos productos, se está tomando seis cafés. Es una barbaridad y las consecuencias son insomnio, irritación, nerviosismo», advierte José Manuel López Nicolás, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la UMU. Pero, además, ingerir este producto supone en muchos casos un chute de azúcar desproporcionado. «Pueden contener 75 gramos, que es el equivalente a 15 sobres de azúcar, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar los 25 gramos». Las versiones sin azúcar siguen sin ser saludables, por la enorme cantidad de cafeína.

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