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Mientras que López Miras declaró que salía de La Moncloa igual que había entrado, y que Pedro Sánchez no le había dado el sí a nada , salvo tomar nota de su lista de reivindicaciones, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ... hizo una lectura diferente y se llevó al terreno del Gobierno de la nación lo que consideró como dos puntos de coincidencia o de acercamiento entre López Miras y Pedro Sánchez: la reforma del sistema de Financiación Autonómica a través del Consejero de Política Fiscal y Financiera, lo cual es de Perogrullo, y la voluntad de llegar a un acuerdo sobre la inmigración y el reparto de los menores no acompañados. El ministro dejó entrever que la disposición de López Miras a un acuerdo en este segundo punto rompe el frente común del PP y sus barones autonómicos al respecto. Ha creído ver una fisura.
El Gobierno de Sánchez hizo su interpretación del encuentro barriendo para casa, como es normal, y esquivando a la vez el punto más problemático, como es el cupo catalán. De paso, y dentro de la «cordialidad», el ministro soltó varias andanadas contra López Miras y el Gobierno regional criticando la bajada de impuestos a las rentas altas y la pobre inversión de la etapa de Mariano Rajoy. Añadiendo que la Región ha recibido 7.000 millones más en el periodo de Sánchez que en el de anterior del PP .
López Miras dijo que se vuelve con las manos vacías, después de explicar que Sánchez tomó nota de casi todo lo que le planteó y reclamó para la Región de Murcia, aunque ya se sabe que en política eso de 'tomar nota' es un eufemismo que equivale a decir 'pide lo que quieras, pero no voy a cambiar nada'.
El balance casi cero de la reunión, a tenor de las conclusiones de Miras, está dentro de lo que era previsible, ya que al igual que otros que le han precedido, no le ha arrancado a Sánchez ningún compromiso ni propuesta, salvo el hecho de que ambos políticos han vuelto a verse las caras en La Moncloa después de seis años. En este punto, resulta condescendiste el comentario del ministro de que estas reuniones «son tremendamente productivas» porque los barones autonómicos, en este caso el dirigente murciano, tienen una hora hora «para hablar de los problemas de su tierra a puerta cerrada». Como si esto fuera un favor del presidente del Gobierno, cuando lo lógico sería que las relaciones entre La Moncloa y las comunidades autónomas funcionen de manera continua y fluida, y no con carácter excepcional, como esta ronda abierta por Sánchez para ganar oxígeno político, en un aparente marco de normalidad institucional, y tratar de amortiguar el impacto del cupo catalán, que es lo que realmente inquieta a las comunidades autónomas de régimen común como la nuestra.
De hecho López Miras señaló que salía preocupado de su cita con Sánchez, al haber constatado personalmente que el presidente está decidido a llevar su acuerdo con los separatistas de Esquerra hasta sus últimas consecuencias, y todavía sin explicar su contenido. De ahí que Miras, con toda razón, considere imposible que con ese concierto se vaya a garantizar la solidaridad interterritorial. Estuvo hábil al precisar que en este asunto no defiende la posición del PP, sino los intereses de la Región de Murcia. Confiamos en que sea sí -tomamos nota- cuando haya que discutir el nuevo reparto del dinero, ya que a priori no habrá para todos.
Miras ha cumplido su papel con su larga lista de reivindicaciones y de deudas históricas, otro eufemismo para subrayar los 'maltratos territoriales' que dicen sufrir todas las comunidades autónomas, mientras que Sánchez también ha cumplido su papel tomando nota.
Es lógico que la reforma del sistema de financiación autonómica se aborde en el Consejo de Política Fiscal y Financiera; la cuestión es cuándo se convoca y con qué criterios se reparte el dinero que haya. Además, debería ir precedido de un acuerdo político de fondo con los dirigentes autonómicos dentro del marco de la Conferencia de Presidentes, al margen de que haya medidas puntuales con los mecanismos transitorios de compensación y quitas de la deuda.
De la misma manera, el agua y la sequía, un problema sistémico que ya afecta a todas las regiones en mayor o menor medida, debería ser también abordado en otra Conferencia de Presidentes. El ministro habló de «complementar» el trasvase Tajo-Segura añadiendo desalación y regeneración. Habría que añadir, de lo que quede para trasvasar después de los recortes, ya que no hay visos de que cambien el Plan del Tajo ni los caudales ecológicos
Al final queda una reunión de «sensaciones y percepciones». Buenas palabras y cero compromisos.
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