A propósito de un evento deportivo, Fernando López Miras reapareció ayer para recordarnos el vacío del Gobierno regional y la alta provisionalidad de la recién ... estrenada legislatura. Con el reloj marcando la cuenta atrás para el 7 de septiembre, resulta difícil de entender este paréntesis político, la inacción, la resignación tal vez por lo que tenga que suceder: un apaño 'in extremis' entre Vox y PP o la repetición electoral. Un juego en el que una de las partes tendría que ceder. No es descartable, sin embargo, que exista una línea abierta entre ambos partidos, apurando hasta el último minuto mientras se pudre la situación. Cabría pues pensar que hay contactos entre bastidores, la fontanería necesaria, ya que de lo contrario no es de recibo que quienes deben resolver la paralización que sufre la Región se hayan dedicado al asueto vacacional de agosto, sin que se adviertan progresos encaminados a la gobernabilidad de la Región.
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Una cosa es que no haya un Gobierno constituido, y otra que el Ejecutivo en funciones asome poco la cabeza estos días, con una agenda muy floja de algunos consejeros, acompañada por la actividad de varios directores generales. Nada que ver con otros veranos, lo cual revela la extrema inestabilidad de la situación. En realidad el equipo está descabezado y desmembrado, con la marcha de Luis Alberto Marín y Antonio Luengo y el reagrupamiento de competencias en Marcos Ortuño. Si esta inercia abona el desánimo conforme pasan los días, qué cabe pensar de otros objetivos de mayor enjundia y calado, como los Presupuestos de Comunidad del año que viene, que ya tendrían que estar cociéndose.
Más llamativo resulta el contraste si se compara el 'impasse' de San Esteban con la actividad desplegada desde el primer momento por el alcalde de Murcia José Ballesta y su equipo, para el que parece que no existe un mañana.
Evidentemente, y de cara a la opinión pública, PP y Vox tendrán que escenificar los próximos días un nuevo intento de negociación por parte de López Miras y José Ángel Antelo. Ello en un escenario muy inflamable por cuanto acontece a nivel nacional; es decir, las tensiones entre Feijóo y Abascal. Unos días parece que se obstaculiza aún más un posible acuerdo en Murcia, y otros días emana un buen rollo desde Madrid que podría facilitar las cosas.
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Resulta chocante que la comunidad donde el PP ha estado más cerca de alcanzar la mayoría absoluta siga sin un gobierno constituido, a diferencia de Aragón, Comunidad Valenciana, Baleares y Extremadura, en las que se han acomodado populares y voxistas; los primeros muy necesitados de los votos y apoyos de los segundos. Aquí bastaría con una abstención de Vox, pero la situación sigue enrocada. Menudo panorama. La repetición electoral se produciría bajo la influencia de otras variables, como el desgaste que sufran algunos actores y, si se da el caso, el efecto de los pactos que pueda alcanzar Sánchez con los independentistas.
Añado una perla sobre agua: el municipio de Pareja, en Guadalajara, ribereño de los embalses de Entrepeñas y Buendía, tiene que abastecerse en parte con camiones cisterna porque aún no están terminadas unas obras de canalización que comenzaron hace más de cinco años. El mismo problema lo sufren otras poblaciones de la zona. Se preguntarán cómo es posible que esto siga sucediendo, y que algunos lo aprovechen para atacar al Trasvase Tajo-Segura.
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