Sirvió para la foto, pero poco más. Con bronca de por medio, el senador del PP Francisco Bernabé se pudo haber ahorrado la escena en ... la que entregó a la ministra Sara Aagesen una bolsa con estériles mineros de la bahía de Portmán, un gesto que llevó a los socialistas a denunciar ante la Policía al parlamentario murciano, por el riesgo que pudo suponer para la vicepresidenta la toxicidad de la sustancia con la que conviven de cerca los vecinos desde hace muchos años. Algo surrealista. Dramatismos aparte, no hay que olvidar que la fallida regeneración ha pasado por manos de gobiernos de PP y PSOE, por lo que ambos tienen su cuota de responsabilidad en el desaguisado.
Hasta que PP y PSOE no se pongan de acuerdo sobre asuntos vitales para la Región de Murcia, será imposible avanzar en su resolución de una forma consensuada y con la suficiente fuerza ante el Gobierno de la nación. Cada partido sigue haciendo la guerra por su cuenta, como sucede con la financiación autonómica, el agua y Portmán, por mencionar los casos más candentes. Es evidente el fracaso de los gobiernos de turno para recuperar la bahía desde que cesaron los vertidos en 1990. El mayor atentado medioambiental cometido en el litoral mediterráneo español sigue sin tener remedio, a diferencia de desastres como los del 'Prestige' y Aznalcóllar, en los que se actuó con celeridad. La particularidad ahora es que los socialistas tienen a su cargo desde 2018 tal responsabilidad, que se ha convertido en una misión fallida de quienes se consideran abanderados del medio ambiente.
No solo eso, sino que se acumula la incapacidad del Ministerio para afrontar el problema: empezando por el proyecto que aprobó Teresa Ribera en el año 2011, cuando era secretaria de Estado, y que a la postre se consideró inviable, al momento actual, en el que no da pie con bola. Lo sucedido en el Senado debería servir para buscar una solución técnica definitiva al problema con el consenso necesario entre las administraciones y los vecinos. Menos broncas y más colaboración y rapidez para actuar. No obstante, este Ministerio acostumbra a 'sostenella y no enmendalla'. Véase también su implacable hoja de ruta contra el Trasvase. Las protestas no le hacen mella.
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