El secretario regional de Asaja, Alfonso Gálvez, expresó en estos términos el futuro que según este le aguarda al Trasvase en la nueva legislatura, en ... la que repite Teresa Ribera con su política de agua: «La situación puede empeorar si Sánchez tiene que tener contento a García-Page, para que no agite el PSOE por la amnistía y los referéndums». Gálvez se refiere al cambio de las reglas de explotación del acueducto que prepara el Ministerio, para adaptar los envíos de agua al Levante a la nueva situación derivada del aumento de los caudales ecológicos en el Alto Tajo. El plazo acaba en enero, y en el Ministerio no sueltan prenda sobre el asunto mollar: si al recorte ya en marcha se sumará una segunda rebaja –tocando los niveles– al quedar mermadas progresivamente las reservas para trasvasar.
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García-Page, que se ha significado por su crítica a los acuerdos del PSOE con los separatistas y la ley de amnistía, no se ha privado de plantear sus principales reivindicaciones al nuevo Gobierno: una condonación de deuda como en Cataluña, y cambios en las reglas del Trasvase. En este punto, no sería descabellado que Pedro Sánchez y Teresa Ribera faciliten unas nuevas reglas antitrasvasistas a la medida de Page para tenerlo contento dentro del nuevo contexto político, una posibilidad que, al igual que Asaja, tampoco se le escapa al Sindicato de Regantes. El mandatario de Castilla-La Mancha podría exhibir la puntilla al acueducto como un trofeo político, sumado al que ya consiguió hace justo un año en la polémica sesión del Consejo Nacional del Agua, donde en cuestión de horas se produjo un escandaloso giro en el seno del Ministerio, por orden de Ribera, para eliminar una cláusula que permitía amortiguar el impacto en el Trasvase a mitad del ciclo de planificación y dependiendo del estado de las masas de agua.
La presión de García-Page y su gobierno para cercenar cuanto antes los trasvases crece por días. El Ejecutivo castellanomanchego ha recibido como «una muy buena noticia» que Teresa Ribera repita como ministra, señaló ayer la consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez. «Vamos a seguir siendo muy exigentes para que se cumplan nuestras demandas respecto a una buena planificación hidrológica de las siete cuencas que nos afectan y la modificación de las reglas de explotación del Trasvase Tajo-Segura, que esperamos que con el nuevo equipo de Gobierno se produzca lo antes posible», manifestó. La consejera añadió que Ribera tiene el apoyo de Castilla-La Mancha. Valoró los primeros pasos dados entre el Gobierno central y el regional, que han permitido poder contar ya con un caudal ecológico «de forma progresiva» en la cuenca del río Tajo, lo que «merma» la capacidad del Trasvase. «Pero no son suficientes y por lo tanto exigimos que se siga avanzando ya con la modificación definitiva de esas reglas de explotación», dijo.
Page ha abierto otro frente con una proposición no de ley en las Cortes castellanomanchegas para pedir al Ministerio que acabe con los trasvases para el regadío «en el cortísimo plazo». Castilla-La Mancha presupone que las reglas se cambiarán para estrangular el Trasvase para riego. La parte técnica del Ministerio señala que también estudian la modernización de regadíos y la revisión de concesiones en el Alto Tajo, lo cual podría aumentar las reservas en cabecera y de rebote compensaría la merma del Trasvase, pero eso a estas alturas suena a ciencia ficción. En breve se verá por dónde van los tiros.
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