300 euros menos que el resto de españoles

Tenemos menos recursos para nuestros servicios sanitarios, nuestra educación y las prestaciones sociales y de dependencia. Infrafinanciados y con una deuda galopante de 12.500 millones de euros. Se puede discutir qué porcentaje de esa deuda se debe a la infrafinanciación, la mala gestión o el despilfarro en determinados gastos, pero esa discusión no obvia la evidencia de que la población regional está machacada financieramente con las actuales reglas de juego. Así queda reflejado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), que no es sospechosa de nada y cuyos informes son ampliamente valorados.

Para compensar la pérdidas de ingresos en la Región de Murcia que acarrearía la independencia fiscal de Cataluña pactada por el Gobierno de Pedro Sánchez y Esquerra, habría dos caminos, según el director de Fedea, Ángel de la Fuente: recortar gastos o subir los impuestos, ya que la caja única no da para más. Me parece que ninguna de estas dos medidas serían aplicables aquí, sobre todo por la infrafinaciación de origen, lo cual nos llevaría a una subida astronómica de la deuda a base de la inyección de fondos estatales en la medida en que se dispare el déficit anual.

Satisfecha Cataluña por cesiones políticas y personalistas, el Gobierno socialista no puede venir después exigiendo a las autonomías agraviadas que se aprieten más el cinturón y cumplan con la senda de estabilidad fiscal. Esto nos lleva a las promesas del PSOE de que el futuro sistema de financiación (no se sabe cuál) dará más dinero a las autonomías y ayuntamientos. Eso está por ver (de hecho, casi nadie se lo cree) y además nunca será tan generoso como el privilegio dispensado a Cataluña.

Como receptora neta, la Región recibe 1.012 millones de euros del sistema de redistribución entre las comunidades, en el que Cataluña, como región rica, transfiere unos 2.000 millones (Madrid aporta casi cuatro veces más). El concierto catalán romperá la caja y Murcia será una de las más perjudicadas, según Fedea. En este contexto, sobresale la docilidad de los socialistas murcianos, con José Vélez a la cabeza y su seguidismo ciego a Pedro Sánchez. A diferencia de sus correligionarios de otros territorios, están encantados y no dudan de nada. Habría que recordarles que se deben a sus votantes, los de una región infrafinanciada, y no a su líder. Con el agua, hubo diputados murcianos del PSOE y del PP que rompieron la disciplina de voto en el Congreso en defensa de su región. Que tomen nota algunos.