Luis Bernardeau. Javier Carrión / AGM

Luis Bernardeau 'Lujo Berner': «La poesía es como las olas: asequibles y lozanas, aunque pocos la surfeen»

Luis Bernardeau junto a su alter ego 'Lujo Berner' es poeta y autor de 'Home'

Viernes, 25 de mayo 2018, 07:50

Compara la poesía con las olas, quizá porque, aunque ingeniero, tiene Luis Bernardeau (Murcia, 1975) el alma de surfero. Es el deporte que, junto a la poesía, tanto le apasiona y entretiene. Pero es en tierra, en las distancias cortas, donde ofrece una conversación afable, ... entretenida y fresca, también como la mar. Después de la publicación de 'New York City haikus' (2009), con poemas y fotografías, ahora llega, de la mano de Boria Ediciones, su obra 'Home'. Se trata de un poemario escrito por Lujo Berner, surfero y aburrido de la vida que Luis lleva y que decide escindirse de él, lanzarse a la carretera y visitar los lugares que cita Tom Waits en su versión musical de un poema de Jack Kerouac.

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-¿Qué nos ofrece en su obra?

-Se trata del relato de un viaje que empieza y acaba en una canción de Jack Kerouac, en la versión de Tom Waits. Un trayecto por carretera homérico, surfero, introspectivo y virtual cuyo destino es inevitablemente haber alcanzado algún grado de madurez personal. Espero.

-¿Qué tiene usted de Lujo Berner y él de usted?

-Creo que desde la publicación del libro mi percepción sobre la interrelación entre mi heterónimo y yo ha cambiado. Diría que, de algún modo, ambos se solapan en los extremos; es decir, Lujo se nutre de lo mejor y de lo peor que hay en mí. O eso quiero pensar.

-¿Cuándo le gusta más escribir?

-Creo que solo escribo cuando se puede. O lo que es lo mismo, cuando no queda más remedio. Lo que no quita para que últimamente suceda con bastante frecuencia.

-¿En qué se inspira antes de ponerse frente a la página en blanco?

-Ahora, después de cierto tiempo escribiendo, acabo de caer en la cuenta de que tengo un sistema. ¡Qué cosas! Un método que funciona casi de forma inconsciente y por colapso. Durante un tiempo voy acumulando ideas, experiencias, imágenes, lecturas, estrofas de canciones o qué se yo... hasta que un día se desbordan y acaban sobre el papel.

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-¿Cuáles son sus autores favoritos?

-¡Uf! Difícil cuestión. Cada vez soy más permeable, así que van variando constantemente. Ahí van dos a título de ejemplo: uno del pasado presente, Gary Snyder, y otra del presente futuro, Kate Tempest. Y como se me han colado dos autores de habla inglesa añado a José Ángel Valente para compensar, que era místico, gallego y adoraba Almería.

-¿Trabaja en estos momentos en algún otro proyecto?

-¡Estoy liado a tope! Como ingeniero, estoy inmerso en la redacción del Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Lorquí, en colaboración con el doctor Roberto Liñán y su equipo; sigo participando en la coordinación del Circuito Ibérico de Acción en Olas (un evento de windsurf en olas con paradas en casi toda la costa peninsular y Marruecos); acabo de poner en marcha Harar, un proyecto de poesía sonora junto al genio de la música experimental Sergio Sánchez; tengo mucho material escrito (otra cosa es que sea digno de ser publicado), y está la familia que es lo más importante. Así que cero aburrimiento.

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-¿Qué sería del mundo sin poesía?

-Sintetizándolo de mala manera, en su libro 'Rutas sin mapa', el antropólogo y poeta Emilio Santiago Muiño (también gallego, por cierto) afirma que la poesía es ahora más necesaria que nunca, ya que debe tener una función de reencantamiento del mundo.

-¿No es algo utópico?

-Quizás esto suene demasiado utópico y, al final, la poesía no sea más que como las olas. Que ahí las tienes, gratuitas y lozanas, dispuestas a mostrarte el otro lado del espejo y a reconciliarte con la vida, pero en cambio no hay mucha gente que se dedique a surfearlas. Aunque, por otro lado, también es verdad que de un tiempo a esta parte el número de surferos no para de crecer. Es posible que esto esté sucediendo con la poesía.

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-¿Es Murcia un buen sitio para escribir?

-Bueno, sin entrar en mucho detalle, me podría aventurar a decir que en Murcia se dan las mismas miserias y alegrías que ensombrecen o lustran esta sociedad tan feroz. Eso sí, a su modo tan mediterráneo y adolescente, y dentro de una escala muy próxima sin llegar a ser minúscula. De alguna forma, casi todo en Murcia es periférico. Y eso no está tan mal si se tiene claro que en la actualidad todo cambio solo puede brotar en la periferia.

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