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El personaje de Alicia (de Lewis Carroll) la Oveja le dijo: «Puedes mirar hacia delante o hacia los lados, si quieres. Pero no puedes mirar a tu alrededor, salvo que tengas ojos en la nuca». La obra de Sonia Navarro -Puerto Lumbreras, 1975-, se conforma con ser mirada sin que su contemplación nos deje fríos, porque ella se niega «a no disfrutar de la vida con pasión y sabiendo la suerte que tengo de estar viva, sobre todo de estarlo con salud y pudiéndome mover con libertad». La artista, que en 2023 ganó el 38 Premio BMW de Pintura, en mayo de 2025 seguirá dando que hablar para bien con la gran exposición que presentará en Madrid, en la sala instituacional Alcalá 31. Sonia Navarro -«yo hago la obra que me gusta, no me guío ni por las modas ni por la crítica»- tiene muy presente al tiempo, que se niega a desperdiciar. A recoger su premio en Lorca acudirá directamente desde Málaga, donde impartirá, junto a su compañero de vida, el también artista premiado FOD, «un taller para personas con discapacidad psíquica». Parece que se ha tejido a sí misma con seductores hilos de colores, tiene una presencia que no admite indiferencias y una voz que parece brotar del centro de la Tierra. Su galerista Carolina Parra dice de ella que es «un lujo para Murcia». «No sólo es una gran artista como demuestra su trayectoria», precisa, sino que «además es una gran embajadora de nuestra Región, a la que tiene presente allá donde va».
-¿Qué ha marcado su forma de estar en el mundo?
-Mi infancia, adolescencia y juventud estuvieron marcadas, y muy positivamente, por mi hermano Marcos Salvador, que a raíz de que lo atropellase un coche, cuando yo tenía once años, se quedó dependiente, con sólo movilidad en un brazo y necesitado de su silla eléctrica para moverse. Tenía dos años y medio cuando el accidente y vivió hasta los 22 años. Estudiaba Filología Clásica, fue un ejemplo de superación y de absolutamente todo, incluido de saber ser feliz. Lo mejor que me ha pasado en la vida es haber tenido a mi hermano. Fui muy feliz a su lado y me enseñó a distinguir y valorar las cosas que de verdad son importantes. Él ha sido sin duda la persona más feliz que he conocido.
-¿Qué fue usted desde siempre?
-Una soñadora que tenía claro que quería ser artista, ¡artista plástica! Y ahora puedo decir que, con más acierto o con menos, he logrado mi sueño.
-¿Y qué le ayudó a lograrlo?
-Yo era una niña muy buena, pero muy mala estudiante, aunque no pasa nada porque eso al final jugó a mi favor, fue positivo [sonríe].
-¿Por qué?
-De todo en la vida se puede hacer una doble lectura. Yo llegué a la Facultad de Bellas Artes de Granada siendo más mayor que mis compañeros de clase, y eso lo agradeceré siempre. Como no aprobaba en el instituto, me marché a Murcia a hacer el bachillerato de Arte, y allí la cosa mejoró. Cuando me fui a Granada a la universidad, había vivido ya tres años de estudiante en Murcia pasándomelo genial y saliendo todo lo que tenía que salir [ríe]. En Granada me dediqué a aprovechar el tiempo a tope, sabía muy bien lo que quería y me entregué: no me quedó nunca ni una asignatura para septiembre. Mis padres no se lo creían; con todo el follón que les había dado a los pobres con los suspensos, fue llegar a Granada y sólo recibían buenas noticias de mis notas.
-¿Y si no se hubiese dedicado al arte?
-Pues llevaría una vida muy diferente a la que ahora tengo y seguramente viviría en Puerto Lumbreras, donde se vive muy bien.
-¿A ser artista qué le debe?
-Me hace sentir una afortunada de la vida. Yo voy feliz cada día a mi estudio [Nave Oporto, en Madrid], un estudio compartido con otros artistas [entre ellos los también murcianos Miguel Fructuoso y FOD] superinteresantes, inteligentes, brillantes...; compartimos muchas cosas, desde una olla de guisado a nuestras preocupaciones. Me gano la vida haciendo algo que me apasiona y para mí cada día es como una especie de nueva aventura en la que seguro que descubriré algo interesante.
-¿Qué le sigue motivando?
-La lucha de las mujeres por conseguir la plena igualdad con los hombres; esa lucha está en mi vida y ha estado desde siempre en mi obra. Reivindico a la mujer libre, que para serlo tiene que ser independiente económicamente, tener un trabajo con el que gane un sueldo digno. Sin independencia económica no hay libertad, eso me lo enseñó mi abuela, que siempre me decía que trabajara para poder pagarme mis necesidades.
-¿Cómo se lleva con el paso del tiempo?
-El momento en el que estoy no lo cambio por ningún otro, y además tengo los brazos bien abiertos para acoger todo lo que venga a partir de ahora, sea bueno o malo.
-¿De qué está orgullosa?
-Pues, por ejemplo, como artista, de haber contribuido a dar visibilidad a otras mujeres que tienen unas habilidades maravillosas, como las bordadoras de Lorca y las esparteras de Blanca. Ahora estoy trabajando con unos telares de Castilla-La Mancha que están recuperando el trabajo con lana de la transhumancia. Me encanta reivindicar la importancia y valor de los trabajos artesanales, porque estamos perdiendo mucho tejido de trabajo artesanal en nuestro país. Me acerco a los artesanos con mucha humildad y mucho respeto, y desde la calma para que podamos llevar a cabo un buen trabajo conjunto.
-¿Cuál es su fórmula para tener tantos amigos?
-[Risas] No tengo ni idea, no tengo ninguna fórmula. No hago ningún esfuerzo, yo me muestro y me comporto como soy y, por suerte, resulta que me siento muy querida.
-¿Cómo ha recibido la noticia del Premio?
-Me ha hecho muy feliz; que te llamen para darte un premio es siempre una buena noticia, pero es que además este premio que da LA VERDAD lo ha recibido gente muy consagrada, muy importante, así que para mí es un estímulo muy grande que recibo con mucha alegría. Y me lo dan en mi tierra, compatiéndolo con FOD y al mismo tiempo que premian también a las bordadoras de Lorca, que son tan graciosas y tan divinas ellas y que me han llamado tan contentas. Yo las quiero mucho.
-¿Cómo está siendo la preparación de su exposición en la sala Alcalá 31, que gestiona la Comunidad de Madrid?
-Se titulará 'Fronteras y territorios' y se inaugurará en mayo. Cuento con un equipo increíble que me está ayudando en todo y con dos comisarias que son todo un lujo, María Corral y Lorena Corral. Para este hermoso viaje estoy muy bien acompañada.
-¿Qué consejo nos da?
-Hay que disfrutar de la vida en todo momento y en todo lugar.
-¿Algún lugar en especial?
-[Risas]
-¿Por qué se ríe?
-Me estoy acordando de un viaje de vacaciones a Bali. Todo el mundo estaba allí con ganas de hacer yoga, de meditar y de encontrarse a uno mismo y todo eso. Y yo lo que quería era ir de un lado para otro, divertirme...; yo no me había cruzado medio planeta para hacer yoga, ¡pero si yo me paso todos los días conmigo misma, dándole vueltas a la cabeza! Yo me había ido de vacaciones a Bali a vivir la vida loca [risas].
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Cristina Cándido y Álex Sánchez
Rubén García Bastida
Lucía Palacios | Madrid
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