Los barrios de Cristo Rey y La Salud quedarán conectados con el de La Viña tras las obras de regeneración urbana a que están siendo sometidos. Se convertirán, aseguraron ayer el alcalde, Fulgencio Gil Jódar, y el consejero de Fomento e Infraestructuras, Patricio Valverde, en barrios «más funcionales, más comerciales, mejor conectados, más accesibles y más dedicados al bienestar de sus vecinos». Ambos supervisaron los trabajos que se han iniciado para remodelar de manera integral la zona que resultó gravemente dañada como consecuencia de los terremotos.
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Se resolverá así uno de los principales problemas que presentaban estos dos barrios, cuyos vecinos se veían obligados a transitar hasta la arteria principal de la ciudad para conectar con los más inmediatos. «Supondrá una mejora de movilidad, accesibilidad y la conexión definitiva con el barrio de La Viña gracias a la continuidad que se producirá del tráfico rodado entre las calles Periodistas y Rubén Darío», explicó el alcalde. Indicó que para ello se transformará la rasante de la calzada actual y se realizará un muro de hormigón que posibilite la entrada al aparcamiento de los dúplex de la calle Periodistas.
Pero también se renovarán todos los servicios de abastecimiento, saneamiento, pluviales, riego, alumbrado, baja tensión, telecomunicaciones y gas. Las obras, que supondrán una inversión de algo más de dos millones de euros, deberán estar concluidas antes de finales de año. Quizás la actuación más destacada será el cimbrado de la rambla de Las Chatas, que se convertirá en una zona peatonal y de recreo para los vecinos. Se pretenden cubrir 260 metros de cauce. Para ello, se ejecutarán marcos de 2,5 metros de ancho por dos de alto. Esto permitirá la ampliación de la actual calzada en la calle Torrecillas, que actualmente cuenta con un único sentido para la circulación, convirtiéndose en doble, además de ampliarse el número de aparcamientos. También se genera en el final del encauzamiento una zona de parque con equipamientos deportivos.
El consejero puso énfasis en que las actuaciones se han basado en el criterio de «mínimo coste de mantenimiento y máxima operatividad», incluyendo alumbrado de telegestión. La accesibilidad se mejorará en toda la zona ampliando las aceras hasta 1,5 metros. Valverde indicó que esta es la penúltima actuación en esta zona, donde resta únicamente el barrio de San Antonio.
El Grupo Municipal Socialista se mostró ayer poco optimista en cuanto a que se puedan cumplir los plazos de las obras con cargo al Banco Europeo de Inversiones (BEI). Su portavoz, Diego José Mateos Molina, aconsejó pedir una nueva prórroga (la cuarta) para poder concluir todas las actuaciones de rehabilitación tras los terremotos de mayo de 2011 aún pendientes. El último plazo expira el 31 de diciembre, por lo que, según Mateos, «no es posible que para esa fecha se puedan concluir todas las obras paralizadas o en licitación, que suman más de 35 millones de euros».
Sin embargo, el consejero de Fomento, Patricio Valverde, se mostró contrario a la opinión del líder de la oposición, afirmando que cree que los plazos «se van a cumplir». Y recordó el volumen de la reconstrucción, que ronda los 1.200 millones de euros de fondos del Estado, la Comunidad y el Ayuntamiento.
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