Reencuentro con el folclore tradicional en la pedanía lorquina de Aguaderas

El entorno de la ermita de El Sacristán, en la pedanía de Aguaderas, fue el escenario ayer del reencuentro con el folclore tradicional en la decimonovena edición del festival nacional de cuadrillas Campo de Lorca, al que asistieron un millar de personas. Participaron cerca de 200 músicos de grupos de Aledo y Zaraíche (Murcia), de Moral de Calatrava (Ciudad Real) y de Venta Micena (Granada), además de las cuadrillas lorquinas de Campillo y Aguaderas.

La tradición de las cuadrillas «viene de muy antiguo, pero sigue viva, nunca ha llegado a perderse», dijo a LA VERDAD el coordinador del encuentro, Pedro Sánchez. Explicó que se practica en entornos rurales donde «la gente comprende» esta manifestación cultural, porque «siempre la ha escuchado de sus antepasados». Pervive en toda la Región de Murcia y, de hecho, el año pasado se celebraron en la Comunidad 120 eventos de música tradicional entre noviembre y enero. Este año, la cuadrilla de Aguaderas tiene previstas una docena de actuaciones en la Región y en pueblos de Almería, Málaga y Albacete.

La música se pone en un contexto parecido al que tuvo en su origen, alrededor de una ermita, y los intérpretes utilizan como instrumentos los guitarros, típicos del siglo XVIII, y laúdes, violines y bandurrias, que comenzaron a utilizarse a mediados del XIX. Las melodías se han fijado, pero nacen de improvisar desde una base armónica y «sonamos bastante parecido a lo que se escuchaba en la antigüedad», confirmó. «Lo que más engancha del baile es que es muy divertido, porque parte de la espontaneidad» y a muchos de los que acuden sin haber tenido contacto con este tipo de folclore «les gusta y quieren aprender. Pero también intentamos transmitírselo a nuestros hijos». Por ello, tienen una escuela en la que ensayan semanalmente de octubre a junio. Hace años, los componentes eran siempre personas mayores, pero la tendencia ha cambiado, cada vez se incorpora gente más joven y la integrante de menor edad es una niña de 10 años.

La concejala de Urbanismo, María Hernández, participó activamente en el encuentro porque forma parte de la cuadrilla de Aguaderas desde los 11 años. Ni en su etapa universitaria dejó de lado la música tradicional y estos encuentros en los que «conoces otros lugares, a mucha gente y otros estilos de música» porque «cada zona tiene sus peculiaridades. Es entrañable». Durante la jornada, también hubo una exposición de objetos de esparto, aperos de labranza antiguos, pan artesanal y tortas de pascua.