Los alumnos del instituto de enseñanza secundaria San Juan Bosco han mejorado sus resultados académicos y su comprensión lectora. Son más autónomos para resolver problemas y la convivencia en el centro también ha experimentado una notable mejoría. Todo esto se ha logrado con la implantación del proyecto 'Comunidad de aprendizaje', en el que la actuación de éxito estrella ha sido la creación de grupos interactivos heterogéneos de alumnos en las aulas para realizar tareas. Los estudiantes son atendidos en estas clases por dos docentes, un profesor de Pedagogía Terapéutica, para favorecer la inclusión de alumnos con necesidades especiales, y un padre o madre, que actúan como voluntarios. La labor de éstos es ejercer de mediadores para que «en todo momento haya aprendizaje en el aula», explicó ayer la directora del instituto, María del Carmen Rodríguez. Este novedoso modelo de aprendizaje, el único de este tipo en la Región de Murcia, ha recibido el premio en la modalidad de personal docente y no docente, que concede anualmente el Consejo Escolar de la Región de Murcia (CERM).
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Está pensado para alumnos de primer a cuarto curso de la ESO pero continúa en el bachillerato porque «los alumnos lo piden». Rodríguez destacó que los estudiantes intervienen en tertulias literarias, científicas y curriculares y que han observado una «mejora impresionante» en la expresión oral. Utilizan un lenguaje «más técnico» y han perdido el miedo a hablar en público. La interacción en las aulas hace que «aprovechen muchísimo el tiempo porque entre ellos se ayudan para resolver tareas. Es un error que trabajen solos», consideró la directora. «Este centro no es el mismo ahora, hay una energía diferente», aseguró Rodríguez.
Han mejorado no solo las notas, también la empatía, la solidaridad y el respeto entre el alumnado y se ha implantado un modelo de resolución de conflictos denominado 'El club de los valientes' para que denuncien injusticias que puedan estar ocurriendo en el centro. Esto ha hecho que no haya «problemas graves» en un instituto de 1.800 alumnos distribuidos en la enseñanzas de ESO, Bachillerato, Formación Profesional de Grado Medio y Superior y Formación Profesional Básica.
La aplicación de este sistema necesita la implicación de los padres, «a los que al principio les da mucho miedo venir» y la del profesorado. El claustro de más de 140 profesores «está volcado, esto requiere mucho trabajo y estamos a tope, con las expectativas muy altas para todos los alumnos».
El presidente del CERM, José Francisco Parra, destacó la importancia de dar visibilidad con el galardón a este «modelo de éxito que puede extenderse a otros centros de la Región» y la concejala de Educación, Rosa Medina, felicitó a la comunidad educativa por convertir el centro en «un referente». El premio se entregará el 11 de noviembre en una gala en Molina de Segura.
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