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La Comunidad de Regantes ha obtenido una subvención de 400.000 euros del Ministerio para la Transición Ecológica para avanzar en la digitalización de los contadores para riego con el objetivo de conseguir una «red totalmente eficiente», según dijo a LA VERDAD su presidente, Juan Marín. La entidad aspira a conseguir en breve otra segunda subvención por parte de la Comunidad Autónoma para construir una instalación fotovoltaica flotante sobre la balsa de riego de Torrecilla, que tiene una capacidad de embalse de 200.000 metros cúbicos de agua. Estará conectada a un sistema de bombeo con seis bombas para impulsar el agua, la inversión prevista es de 800.000 euros y los regantes financiarán el 50% de su coste.
Marín dijo que la modernización del regadío se inició hace 25 años y que el mantenimiento de las infraestructuras es «prioritario, ahora más que nunca, por el elevado precio del agua. No podemos permitirnos mermas ni fugas». La principal dificultad es su amplia extensión, casi 30.000 metros cuadrados entre regadío tradicional y consolidado perteneciente a 12.000 comuneros.
Según explicó, los regantes decidieron también en su última junta de gobierno seguir adelante con su proyecto para mejorar la eficiencia hídrica y energética en el transporte de agua entre el pantano de Puentes y el embalse Alfonso Botía, en colaboración con la Confederación Hidrográfica del Segura. La Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa) paralizó en 2023 esta actuación, que había obtenido inicialmente una subvención europea de 12,7 millones de euros, por las trabas ambientales que presentaba.
Los agricultores afrontan la campaña de invierno con optimismo por el importante riego que han supuesto las últimas lluvias en sus cultivos y el consiguiente ahorro en los cupos de agua que tienen asignados, el refuerzo en el embalse de Puentes, donde almacenan ahora más de dos hectómetros cúbicos, y la certeza de la disponibilidad del Trasvase.
Esta semana, la campaña entra en una de sus fases más importantes, recolectarán el 80% de las primeras plantaciones de otoño de lechuga y brócoli y los productores comienzan a echar en falta el frío, sobre todo para el brócoli. «Llevamos al menos 15 días con mucha humedad» y calor en las horas centrales del día y eso ha provocado que el 50% de lo que cosechen ahora no sirva para su venta en fresco en los mercados europeos, sus principales clientes. Solo tendrá salida para congelado y eso rebajará el precio, porque está «manchado por la humedad», dijo el presidente de Coag en Lorca, Plácido Pérez Chuecos.
Las principales dificultades por las intensas lluvias las sufren en las pedanías de La Hoya, Tercia y Marchena, donde se registraron 100 litros por metro cuadrado, señaló Pérez-Chuecos. Eso ha provocado que las parcelas estén aún anegadas y sea imposible trabajarlas ni meter los tractores. Los productores de esas zonas perderán el 30% de la primera cosecha de lechuga porque «es imposible quitarles el barro, hay que tirarlas». La alcachofa es la hortaliza que más ha agradecido la lluvia.
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