La ciudad se prepara para celebrar la feria de septiembre, diez días de fiestas que arrancarán el viernes y que supondrán un balón de oxígeno para los feriantes y los hosteleros, que hasta 2019 confiaban a esta celebración gran parte de sus ingresos anuales. El montaje de las atracciones ha comenzado ya en el recinto del Huerto de la Rueda, donde en los próximos días se completará la instalación de 75 aparatos mecánicos, 25 menos que antes de la pandemia, para poder mantener la consabida distancia de seguridad. «Estamos locos por trabajar. No perdemos la ilusión», dijo a LA VERDAD el presidente de la Asociación de Feriantes de Lorca, Rafael González.
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Los feriantes deberán controlar en todo momento el cumplimiento del protocolo Covid y la ocupación de las atracciones no podrá superar el 75%. «El ritmo de funcionamiento será mucho más lento y eso nos preocupa», se ralentizará el inicio de cada viaje en los aparatos para garantizar la higiene de las instalaciones, dijo González, que espera que la gente «respete las normas» establecidas.
Esta feria no habrá atracciones nuevas en el Huerto de la Rueda, donde algunas de las más populares, como 'El ratón vacilón' 'Projekt', 'Maxi' y 'El canguro', han vuelto a ocupar su sitio, confirmó el presidente de los feriantes, que adelantó que los precios se mantendrán como en 2019, entre los tres y los cuatro euros. Además, en colaboración con el Ayuntamiento se repartirán 72.000 bonos de descuento en los colegios, que se podrán canjear de lunes a jueves en horario de 18.00 a 22.00 horas con un coste de 1,5 euros por viaje, confirmó el concejal de Festejos, José Ángel Ponce.
Los hosteleros también llenan ya sus cámaras frigoríficas para la feria y el 90 % de los bares y restaurantes del casco histórico, zona habitual de la feria de día, han completado sus reservas de comidas y cenas para el fin de semana. En el centro, las reservas alcanzan el 70% de viernes a domingo y el 50% para el siguiente fin de semana, relató a LA VERDAD el presidente de la Asociación de Hosteleros de Lorca (Hostelor), Jesús Abellaneda.
Pese a las buenas perspectivas, las limitaciones de aforo reducirán los ingresos y Abellaneda dijo que la facturación de feria supondrá el 15% de lo que el sector ingresa anualmente, la mitad de lo habitual. El ocio nocturno saldrá peor parado ya que cinco de los 20 establecimientos asociados se han dado de baja o prevén hacerlo después de la feria debido a las restricciones. Sus ingresos estas fiestas solo supondrán el 5% de la facturación anual, que solía alcanzar el 40%. «Muchos seguirán abiertos pero endeudados para muchos años», lamentó.
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