Down Lorca financia su escuela de verano sin apenas ayudas económicas

Down Lorca vuelve a realizar este año una de las actividades más queridas por sus asociados: la escuela de verano. En este espacio, los usuarios de la asociación disfrutan, durante tres semanas, de diversos talleres y ejercicios lúdicos basados, principalmente, en la cooperación entre los participantes. La vicepresidenta de Down Lorca, María Ángeles Espín, explica a LA VERDAD los cambios acometidos en torno a esta escuela y las actuaciones puestas en marcha por la asociación para la «vuelta a la normalidad» tras la pandemia.

Desde 2014 y hasta 2019, los participantes en esta iniciativa realizaban sus actividades en instalaciones como el instituto Ramón Arcas Meca o las piscinas municipales de Puerto Lumbreras. En 2021 y este verano, sin embargo, se optó por el alquiler de una casa rural para mejorar la calidad de las actividades y la comodidad de los usuarios, en un ambiente más recogido y protegido. Así, se han hecho talleres de cocina de desayunos saludables y de higiene personal, entre otros, más los juegos de agua.

En sus tres últimas ediciones, la escuela de verano de Down Lorca se ha autofinanciado casi en su totalidad con fondos propios de la asociación. Durante varios años, la obra social de una entidad financiera colaboró económicamente con la iniciativa, pero en 2019 dejó de hacerlo. «Nos dicen que no hay fondos o que no cumplimos los requisitos», asegura Espín con más tristeza que indignación. Por otro lado, reconoce que el Ayuntamiento ha colaborado con 400 euros anuales en 2021 y 2022, si bien la ayuda «no es muy grande» teniendo en cuenta que son necesarios 4.500 euros para ejecutar el proyecto. «Tenemos que comprar material, pagar el alquiler y a los profesionales que trabajan 25 horas semanales sin aumentar la cuota de los socios», comenta Espín.

«Es cierto que somos una asociación pequeña [tiene 28 usuarios, con edades comprendidas entre 7 y 27 años], pero da pena no poder acceder a ciertas subvenciones por los requisitos que te piden para obtenerlas», explica la vicepresidenta, dejando claro que se refiere únicamente al proyecto estival. Por otra parte, recuerda que tienen un concierto con el Instituto Murciano de Acción Social (IMAS) para ocho plazas concertadas en el marco de un programa de autonomía personal, además de las ayudas recibidas por parte del Ayuntamiento para pagar los gastos del local donde trabajan.

En el ámbito económico, otro problema al que se enfrenta la asociación es que, tras la pandemia, se ha frenado mucho la realización de acciones benéficas para recaudar fondos. En este sentido, Espín agradece y valora la iniciativa Down-Arte promovida por la Fundación Lorquimur, un «éxito» en 2021 que se repite este año con la segunda edición de la misma. «Los chicos hacen mosaicos y productos de alfarería que serán vendidos a diversas empresas y en la Feria de Artesanía de Lorca», explica. Junto a lo recaudado en esta actividad benéfica y más allá de las cuotas de los usuarios, la asociación también financia sus actividades a través de la venta de calendarios solidarios y lotería.

«Han sido un par de años difíciles por la crisis sanitaria, en los que hemos tenido que hacer ajustes para poder seguir trabajando, adaptándonos a situaciones como las terapias telemáticas y, posteriormente, a las semipresenciales, pero ya todo se ha normalizado y los chicos están realizando sus terapias de manera presencial», asegura Espín. En lo referente a la escuela de verano, la vicepresidenta de Down Lorca confía en que el proyecto continúe: «Habrá años que se podrá hacer más y otros que se podrá hacer menos, pero mientras la podamos mantener seguiremos en esta línea».

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