«La situación empieza a ser preocupante, y no hay visos de cambio en el corto plazo». Es el pronóstico que realiza Jorge Olcina, catedrático ... de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante. La cuenca del Segura se encuentra sumida en un otoño «anormalmente muy seco», como reflejan los datos de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS). En lo que va de año hidrológico, las precipitaciones de los últimos 55 días apenas alcanzan los 13 litros por metro cuadrado, un registro paupérrimo que se sitúa tres veces por debajo de las mismas fechas del año pasado. El contraste es mayor si se compara con la media de los últimos cinco años: ha llovido casi cinco veces menos.
Publicidad
La recuperación que se ha producido este otoño en gran parte de la península, con un régimen de lluvias aceptable en el norte y centro, y con un incremento de las reservas de los embalses, tiene como contrapunto el agravamiento de la sequía meteorológica de larga duración en la Región de Murcia, parte de Andalucía y Cataluña, donde se acaban de decretar restricciones para más de cinco millones de habitantes en el área de Barcelona.
La situación global en la cuenca del Segura se encuentra entre los límites de alerta y de emergencia, con unas reservas almacenadas que han descendido hasta la barrera del 20%, 13 puntos menos que el año pasado. Los volúmenes van bajando de forma dramática en los embalses de la cuenca, y el dato más representativo es el del pantano del Cenajo, el de mayor capacidad: en los últimos doce meses ha disminuido su caudal de 160 hectómetros cúbicos a 67. Se encuentra al 13,9%, razón por la cual la Comisión de Desembalses de la Confederación decidió hace unos días recortar un 25% la disponibilidad de agua de los pantanos para los regadíos tradicionales.
El paso siguiente lo dará probablemente la Junta de Gobierno de la Confederación, que aprobará restricciones de uso para los regadíos. La anterior junta rechazó esta medida al considerar que era prematura. El suministro a la población está garantizado.
Publicidad
En peor situación se encuentra el embalse de Fuensanta, cuyas reservas han descendido al 11,8% de su capacidad total. En cifras globales, los pantanos de cabecera almacenan actualmente menos agua que el resto de embalses: 113,7 hectómetros frente a 116,6. No toda el agua almacenada procede de la cuenca, ya que el embalse de La Pedrera contiene recursos de la desalación y del Trasvase, tanto para abastecimiento como para regadío.
Los regantes tradicionales tendrán que apretarse el cinturón, mientras que los del Trasvase deberán encomendarse a las desaladoras y confiar en que el Ministerio autorice suficientes transferencias del Tajo para que los cultivos no se vean estrangulados, sobre todo de cara a la próxima primavera. Este mes se ha constatado un déficit de 3,9 hectómetros para los riegos del acueducto, debido a la que el Ministerio ha autorizado el máximo legal mensual de 20 hectómetros, de los que 7,5 son para la población.
Publicidad
Los modelos no prevén por el momento que vaya a cambiar la situación, por lo que la Confederación Hidrográfica puede activar la batería de pozos de emergencia más pronto que tarde para cubrir la necesidades mínimas. Los 13 litros por metro cuadrado de precipitaciones desde el pasado 1 de octubre contrastan con los 371 litros de media de los cinco últimos años (de doce meses completos), por lo que tendrían que producirse intensas precipitaciones los próximos meses para alcanzar dicho promedio.
Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, advierte de que la situación «empieza a ponerse delicada porque llevamos un otoño de los más secos de los últimos treinta años. Además, hemos perdido ya los ahorros, esa reserva que teníamos acumulada en el sureste desde la primavera del año 2022. Hemos estado viviendo de la renta de aquellas lluvias tan abundantes». Destaca que todos los meses del año actual han estado por debajo de la media de lluvias normales. «Algunos muy por debajo, como sucede en octubre y noviembre», recalca a LA VERDAD.
Considera que la falta de precipitaciones «ya se está notando en el nivel de sequía que tenemos en la cuenca del Segura y en la poca humedad que hay en el suelo. Coincide además la circunstancia de que desde mediados de octubre el soplo de vientos de poniente ha sido bastante frecuente durante la segunda quincena de octubre y a lo largo de noviembre, lo que hace que esa condición de falta de humedad en el suelo se haya ido agravando».
El catedrático Jorge Olcina subraya que «estamos en un otoño muy anormalmente seco y con los recursos de agua en la cuenca del Segura muy en el límite, a la espera de que si no cambia la situación en las próximas semanas, y los modelos no están señalando nada de esto, haya que aplicar algunas medidas más de contención del gasto de agua, especialmente en la agricultura».
Señala que los modelos estacionales para lo que queda de noviembre y diciembre «están hablando de poca lluvia en el sureste». Explica que el régimen de borrascas del oeste ha dejado mucha lluvia en Galicia, Castilla y León y el Pirineo, «pero conforme va avanzando vemos que al sureste llegan prácticamente secas. Ese es el panorama de la dinámica atmosférica en el último mes y medio en la región del sureste peninsular. Una situación que empieza a ser preocupante y en la que no hay visos de cambio en el corto plazo».
El mundo cambia, LA VERDAD permanece: 3 meses x 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Pillado en la A-1 drogado, con un arma y con más de 39.000 euros
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.