Lluís Montoliu, ayer, en el claustro del campus de La Merced. J. L. ROS CAVAL / AGM
Vicedirector del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC

Lluís Montoliu: «La investigación científica se ha medido al peso, es un sinsentido»

«Al investigador hay que evaluarlo por lo que ha publicado y por el retorno que sus proyectos han tenido en la sociedad», declara en su visita a un congreso en Murcia

Sábado, 27 de abril 2024, 07:18

Lluís Montoliu, vicedirector del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC y referencia en el campo de las enfermedades raras, nos recuerda en su último libro, ' ... No todo vale' (editorial Next Door Publishers), que la ciencia está sometida a regulación y que las normas deben adaptarse a las nuevas realidades que se avecinan o que ya están aquí: desde la inteligencia artificial a la edición genética. De todo esto habló ayer en el VIII Congreso Internacional de Bioderecho, organizado por el Centro de Estudios en Bioderecho, Ética y Salud (Cebes) de la UMU. En esta cita también se abordaron las irregularidades que se están destapando en el campo de las publicaciones científicas: desde autores que firman artículos muy por encima de sus posibilidades hasta editoriales convertidas en un millonario negocio tras eliminar filtros y estándares de calidad.

Publicidad

–En los últimos tiempos, la opinión pública está conociendo numerosas prácticas poco éticas o incluso irregulares en la ciencia. ¿Hasta qué punto se ha pervertido el sistema de producción científica, basado en publicar constantemente? Es lo que algunos han bautizado como 'publica o muere'.

–Lo primero que tenemos que aceptar es que los científicos y científicas no somos nada distintos a cualquier otro gremio en la sociedad, incluyendo los periodistas, los políticos, los jueces, los taxistas o los ferreteros. Donde hay naturaleza humana, hay siempre personas que quieren tomar atajos y aprovecharse de ellos. Esto no es algo que nos debería sorprender. Lo que hay que hacer es formar a las personas y también tener los mecanismos adecuados para detectar estas situaciones. Aquí nos jugamos algo muy importante, que es la credibilidad. En cuanto a las publicaciones, el sistema lo hemos encaminado no al aumento de conocimiento, sino al incremento de títulos publicados. Cometemos el error de contabilizar los méritos no tanto por lo que hemos descubierto o hemos reflexionado sino por dónde lo hemos publicado. Es un sinsentido. Para combatir ese 'publica o muere', en algún momento habrá que empezar a leerse los artículos. En algún momento los comités de selección deberán valorar si lo que presenta un equipo de investigación es algo innovador, relevante o disruptivo, o si es un refrito de lo que ya sabemos.

Inteligencia artificial

«Si la IA nos permite tener un algoritmo que sea capaz de sugerir un diagnóstico, bienvenido sea»

–Pero para eso se necesitan cambios, ¿no?

–Estamos en un proceso de cambio. Tengo la suerte de estar representando a mi institución, que es el CSIC, en 'Science Europe', donde están presentes las diferentes agencias financiadoras y ejecutoras de la investigación de toda Europa. Ahí estamos abordando la reforma de la actividad investigadora. Hasta ahora, nos hemos fijado, hasta casi en un 90%, en dónde se publica y lo mucho que se publica. Es decir, se mide al peso. Eso no es racional. Ahora le vamos a pedir tres cosas al investigador que quiera optar a un proyecto de financiación pública o una plaza. En primer lugar, ¿qué ha hecho usted para incrementar el conocimiento? Es decir, no cuánto y dónde ha publicado, sino qué ha publicado. En segundo lugar, ¿qué ha hecho usted por sus pares? ¿A cuánta gente ha formado? Y, por último, ¿qué ha hecho por la sociedad? ¿Cómo han retornado sus investigaciones a la sociedad: ha creado empresas, ha ido a las escuelas a contar lo que está haciendo, ha apoyado a asociaciones de pacientes? Si conseguimos que las instituciones adopten este modelo de evaluación, creo que las personas que vamos a a incorporar a los centros de investigación y a las universidades van a ser mucho mejores.

Publicidad

–Escribe sobre ética en 'No solo vale'. En el futuro, habrá mucha información genética sobre cada uno de nosotros. ¿Cómo evitar prácticas poco éticas?

–Hay un montón de experimentos que se han ido acumulando en muy pocos años que no están en el libro de instrucciones de los comités de ética. No tenemos una legislación a la cual acudir. Por ejemplo, los embriones sintéticos. O los xenotrasplantes [trasplantes con órganos procedentes de animales]. También las quimeras (individuos con células de diferentes especies), o la desextinción (recuperación de especies que hace miles de años que han desaparecido). Hay que reflexionar sobre todas estas cuestiones. No hay un manual que nos indique cómo tenemos que reaccionar. Son cuestiones que están en evolución y que tenemos que revisar.

–¿En qué consiste exactamente un embrión sintético?

–Todos entendemos que un embrión es producto de un óvulo fecundado por un espermatozoide. El embrión se desarrolla y nace una persona. Pero hay unos investigadores que hace muy pocos años mezclaron diferentes cantidades y proporciones de células troncales (células madre, para entendernos). Espontáneamente, se organizaron en el espacio y formaron una estructura que se parece mucho a un embrión. La pregunta del millón es: ¿esto es un embrión o se trata de un grupo de células que morfológicamente se parecen a un embrión pero no lo son? Tenemos muy claro cuál es el estatus legal de un embrión humano. ¿Debemos aplicar esa legislación al sintético? Y para responder a esta cuestión, la pregunta relevante es: ¿tendrá el embrión sintético la capacidad de llegar a término si lo implantamos?

Publicidad

Debates éticos

«¿Un embrión sintético tendrá la capacidad de llegar a término si lo implantamos? Esa es la pregunta relevante»

–Sobre la inteligencia artificial se escuchan muchas voces. Algunas apocalípticas. Otras advierten de la necesidad de garantizar los neuroderechos. ¿Cómo vislumbra el futuro de la IA y cómo debe abordarse desde la perspectiva de la ética?

–No vislumbro un futuro, es que está aquí ya. Como cualquier otra herramienta, habrá que aprender a utilizarla bien. Le pongo un ejemplo: yo investigo sobre enfermedades raras. En el CIBER [centro de investigación en red de enfermedades raras] hacemos diagnóstico genético en colaboración con varios hospitales de España. Es complicado: hay enfermedades con entre un 30% y un 40% de pacientes no diagnosticados. A veces, muchos más. Si tenemos algún algoritmo que con toda la información disponible, con los datos clínicos del paciente, sea capaz de sugerirnos qué síndrome padece el paciente, bienvenido sea. La inteligencia artificial es capaz de procesar gran cantidad de datos y extraer patrones. Ahora, no uses la IA para pedirle un texto de diabetes y firmarlo tú.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

El mundo cambia, LA VERDAD permanece: 3 meses x 0,99€

Publicidad