Secciones
Servicios
Destacamos
Ni desafectos ni polarizados, pero sí descontentos con la falta de respuestas que los partidos políticos ofrecen a sus demandas. Los jóvenes vuelven a considerarse los grandes olvidados. Carne de cañón de las ideas más radicales. El problema es que «sienten que se les ... ha fallado en cuanto a las expectativas que se les había generado en la sociedad». Así lo describe Juan José García Escribano, codirector del Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública (Cemop).
Con una polarización política que va a más, y donde esto se traduce también en desafección ciudadana, la población joven, a pesar de lo que pueda parecer, arroja sin embargo algo de esperanza: son los menos significados y los que tienen una visión menos pesimista de la situación. Lo reflejan desde el Cemop tanto su último Barómetro como la Encuesta Nacional de Polarización Política. «Son los jóvenes (18-30 años) los que asumen una visión menos negativa», concluía el sondeo de este pasado mes de octubre. Pero García Escribano pone el dedo en otra herida: crece lo que él ha calificado de «agotamiento democrático».
Precisa que es por esto por lo que son el tramo de población entre el que más aprobación obtiene la aplicación de medidas iliberales. Por ejemplo, cuando se les pide que se pronuncien sobre afirmaciones como 'No me importa qué medios utilicen los políticos para obtener resultados positivos' o se les plantea la posibilidad de aplicar restricciones al voto.
Antonio Landáburu, del PP «La corrupción del PSOE y del entorno familiar y político de Pedro Sánchez está desvirtuando la labor de los partidos»
Carolina Martínez, del PSOE «Existe un problema y es muy triste. Intentamos que vean que lo que hacemos sirve de algo y que no todos somos iguales»
Javier Martínez, de Vox «Cada vez hay más jóvenes que se están replanteando nuevas formas de enfocar la democracia más allá del sistema partitocrático»
Joaquín Nortes, de Podemos «El movimiento ultra se está aprovechando del descontento. Es importante que se ofrezcan soluciones»
«No es que sean conservadores, es que se están haciendo ultraconservadores», apunta Escribano, después de ver en sus barómetros que hay partidos como Vox que, al contrario que otros, obtienen más simpatía entre la población joven que en los mayores.
Si se le pregunta a los grandes partidos por las causas de esta confluencia de desafección, polarización y tendencias antidemocráticas, hay poca autocrítica y muchos reproches cruzados.
Desde el PP, tiran de argumentario, sin salirse del carril: descargan toda la responsabilidad en el PSOE, «en los casos de corrupción que lo enredan y el entorno político y familiar de Pedro Sánchez», dice el diputado regional y presidente autonómico de Nuevas Generaciones, Antonio Landáburu: «Está desvirtuando la labor de los partidos».
«Es muy fácil confrontar con Pedro Sánchez, pero la forma en la que se hace no acerca los jóvenes a la política», responde desde Juventudes Socialistas su secretaria general electa a nivel regional Carolina Martínez. Para ella, «existe un problema y es muy triste». Señala a «la ultraderecha» y a sus mensajes, que acaban por generar una imagen negativa de la política. Frente a eso, Carolina Martínez defiende un «discurso pedagógico».
En Vox, Javier Martínez aprecia que «cada vez hay más jóvenes que se replantean nuevas formas de enfocar la democracia alejadas del sistema partitocrático». Martínez sabe que tienen una gran base electoral entre esos votantes, atraídos por la diferencia que dice que existe con los 'cachorros' de otras formaciones: «Los jóvenes de los grandes partidos se convierten en una proyección de sus mayores».
Vox considera que lo que preocupa son cuestiones como la inmigración. En Podemos, por el contrario, las respuestas no llegan en asuntos como la precariedad laboral o el precio de los alquileres. «Los partidos no están ayudando nada en estas necesidades», dice Joaquín Nortes, responsable de este área en el Consejo Ciudadano de la formación morada en la Región.
Pero siguen ahí: batallones de jóvenes han tomado muchas calles de los municipios valencianos afectados por la DANA para, de forma voluntaria, ayudar a los vecinos damnificados en las tareas de limpieza. Han estado al frente de manifestaciones por los problemas de acceso a la vivienda o han situado en la primera línea de la agenda pública su preocupación por nuevas realidades como la salud mental. Sin embargo, también se les ha movilizado en las protestas convocadas por grupos ultras frente a sedes de partidos políticos, constituyendo uno de los grandes caladeros de votos que han encontrado formaciones abiertamente antisistema.
En Podemos, Joaquín Nortes advierte de que este descontento se traduce en que «el movimiento ultra se aprovecha de esto. Es necesario que la política ofrezca soluciones». Antonio Landáburu cree que «en las redes sociales se manejan las opiniones para radicalizar a los jóvenes». La vivienda, precisa, es uno de los temas con los que se busca sacar rédito político. De nuevo, vuelve a responsabilizar a los socialistas del enardecimiento de esas posturas. Estos, por su parte, acusan a formaciones como Vox de usar estas herramientas para propagar bulos y discursos de odio. Carolina Martínez cuenta que su trabajo es «que vean que lo que hacemos sirve de algo y que no todos los políticos son iguales».
El politólogo Andrés Ballesteros lo ve de forma diferente: asegura que los estudios están demostrando que la población más expuesta a los medios digitales, la de menor edad, es la que registra unas tendencias menos polarizadas, entre la que menos calan estos mensajes. «Hay un aumento de la polarización, pero no tan acusado como en otras franjas», dice con un atisbo de optimismo.
La relación de los jóvenes con la política nunca ha sido fácil. No es un problema de ahora, pero tampoco encuentra solución: «Se interesan poco por los partidos, porque los partidos hacen poco por ellos», explica Andrés Ballesteros, desde el Colegio de Ciencias Políticas y Sociología de la Región de Murcia. La razón para ese desinterés mutuo es que «no es un colectivo al que sea fácil llegar, conseguir que te voten». Esto es lo que acaba por acrecentar la distancia entre ambas partes. Explica, además, que ha habido corrientes que han acabado por eliminar las «afinidades partidistas que hay en España, que son la principal motivación para el voto». Por eso están menos condicionados a la hora de depositar su papeleta en la urna.
Pero también opina que ese fenómeno no es nuevo, ni tan distinto a otros momentos sociales y políticos. Según Ballesteros, «esto viene de toda la vida». «Es algo común y que hasta se puede considerar bueno, es normal que los jóvenes duden de todo», subraya.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.