La presunta homicida en una de sus declaraciones ante la jueza instructora tras su detención. LA VERDAD

La jueza ordena la búsqueda del principal testigo del 'crimen de la casa okupa' de Mazarrón

La instructora remarca que el marido de la víctima, que mantenía una relación también con la acusada, se encuentra en «ignorado paradero»

Domingo, 9 de marzo 2025, 07:34

La investigación del 'crimen de la casa okupa' de Puerto de Mazarrón ha tropezado con un sorpresivo obstáculo. Las pesquisas que el Juzgado de Primera ... Instancia e Instrucción número 1 de Totana lleva meses desplegando en torno a Cristina A.M., la acusada de matar a golpes a su compañera de piso en una vivienda de Puerto de Mazarrón el pasado junio, afrontan ahora un freno. El marido de la víctima, principal testigo del crimen, se encuentra en paradero desconocido.

Publicidad

En una providencia, a la que LA VERDAD ha tenido acceso, la instructora ordena la busca y averiguación del domicilio de este hombre, que según desveló la propia acusada era marido de la víctima y mantenía asimismo con ella una relación extramatrimonial que la propia víctima conocía. Un supuesto trío amoroso que se encontraría en el epicentro del caso y que ahora, con uno de sus vértices en «ignorado paradero», será más complicado aclarar.

La jueza lanza una orden de búsqueda del marido de la víctima que estará activa hasta que se le localice o hasta 2034

El abogado Eduardo Romera, que se encarga de la defensa de la supuesta homicida, ha solicitado a la instructora la realización de una reconstrucción del crimen en la vivienda ocupada. Una diligencia que, considera esta parte, permitiría a la sospechosa recordar cómo se desarrollaron los hechos, habida cuenta de los problemas mentales que sufre y que dificultan que pueda recordar con detalle lo ocurrido». La defensa entiende, no obstante, que en esa reconstrucción debería estar presente su amante y marido de la víctima, y a urge su localización previa a la prueba.

La magistrada entiende que es necesaria la declaración como testigo del compañero sentimental y lanza una orden de busca que permanecerá activa hasta que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado consigan localizar al hombre o, en su defecto, hasta septiembre de 2034.

Publicidad

La defensa de la sospechosa asegura que este hombre había sometido a supuestos malos tratos a la que era su amante en esos momentos y que esta incluso había llegado a denunciar esos hechos en el juzgado. La instructora ha solicitado a la Guardia Civil la búsqueda de esas supuestas denuncias. Cristina A.M. sostiene, además, que esos supuestos malos tratos también se habrían dirigido contra su esposa y víctima del crimen, pero que esta nunca quiso denunciarlos.

El marido de la víctima y principal testigo presentaba lesiones en la cara. G.C.

Discusión por la limpieza

Una maltrecha vivienda de dos plantas en la avenida José Palacios de Puerto de Mazarrón esconde todas las respuestas a este intrigante crimen. Bajo el techo de esa vivienda, malvivían Diana, de 60 años, junto a su novio, Alfonso, y la que se acabaría convirtiendo en su presunta homicida, Cristina, de 52 años, actualmente en prisión provisional. La noche del 14 de junio del pasado año se inició una discusión entre ambas mujeres en el interior de la vivienda, en el transcurso de la cual Cristina, presuntamente, le propinó a Diana diversos golpes por los que acabaría ingresada en el hospital Santa Lucía de Cartagena con numerosos traumatismos y varias costillas rotas. El 20 de junio, solo seis días después, falleció.

Publicidad

«A veces nos hemos cabreado, algún empujón, un insulto... pero cosas normales», explicó la sospechosa en su declaración

Este trío amoroso –que el marido de la víctima ha asumido también– provocaba en ocasiones disputas entre ellos. La sospechosa, sin embargo, sostuvo ante la juez que la noche en que supuestamente propinó a su compañera de piso los golpes que acabarían con su vida –algo que ella descarta– ambas habían discutido por la limpieza de la casa.

«Aquella noche llegué y comenzamos a hablar del tema de la limpieza», explicó Cristina en su declaración ante la instructora. «Empezamos a gritarnos un poco y a cogernos de las manos».

La presunta homicida padece una discapacidad de cerca de un 70%, en base a diversos trastornos mentales. Una realidad que, explicó ante la juez, combate a diario con un buen número de pastillas. Aquella noche, asegura, había mezclado esos fármacos con cerveza y ese cóctel hace que sus recuerdos de lo ocurrido sean bastante difusos. «Luego, me caí en su espalda».

Publicidad

Un golpe con una mesilla

Cristina explicó a la instructora que, además, esos hechos se produjeron en una de las habitaciones de la casa en la que la luz estaba estropeada y que, en ese momento, estaba presente Alfonso, el novio de la víctima y su supuesto amante. «Según él me dijo, ella se había dado con una mesilla». La sospechosa remarcó que su compañera de piso tenía múltiples dolencias. «Ella decía que tenía los huesos muy flojos», explicó. «Sufría también mareos. A veces se caía al suelo y yo la recogía». Cristina incidió en que la relación entre los tres, viviendo bajo el mismo techo, no era mala. «Hemos tenido nuestras cosas, pero no graves», remarcó. «A veces nos hemos cabreado, algún empujón, un insulto... pero cosas normales».

Tras el traslado de Diana al hospital cartagenero, explica la presunta homicida, ella y el novio de la víctima mantuvieron contacto telefónico con ella. «Nos dijo que le iban a dar el alta en dos días», remarcó. «Íbamos a subir a verla». Cristina incidió incluso, ante la magistrada, en la sorpresa que supuso su fallecimiento. «Pensaba que se iba a poner bien». Sin contener el llanto, hizo hincapié en que, en ningún momento, trató de quitarle la vida. «Yo la he querido como si fuera mi hermana», recalcó. «No soy ninguna asesina».

Publicidad

La defensa reclama la libertad bajo fianza de la sospechosa

Eduardo Romera

El abogado Eduardo Romera, que asume la defensa de la presunta homicida, ha solicitado últimamente en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Totana un informe sobre la imputabilidad de su cliente, Cristina A.M. Con una discapacidad de casi un 66%, esta parte considera que esta será una de las cuestiones que deberán determinarse en los próximos meses. Romera sostiene que no existe prueba de cargo contra su defendida y, en las próximas semanas, solicitará su puesta en libertad bajo una fianza de 9.000 euros. Una medida sobre la que la instructora deberá pronunciarse. Esta parte ha reclamado, además, a la magistrada que permita la entrada a la vivienda de familiares de su clienta para que, acompañados de la Guardia Civil, puedan recoger diversos enseres de la misma, como documentación médica y vinculada a su minusvalía, ropa y joyas que quedaron en el domicilio tras el crimen.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

El mundo cambia, LA VERDAD permanece: 3 meses x 0,99€

Publicidad