Investigador y profesor de Economía en la Universidad de Estocolmo, José Montalbán Castilla (Madrid, 1988) es doctorado en la París School of Economics y en la Londres School of Economics, y experto en Economía de la Educación y evaluación de políticas públicas. 'Senior felow' del ... grupo de Oportunidades y Movilidad Social de EsadeEcPol, el científico, muy vinculado a Cartagena, participa este martes en la presentación en Murcia de la obra coral 'Un país posible. Manual de reformas políticamente viables', y el viernes será ponente en la jornada 'Avances en educación: Investigación y aplicaciones prácticas'.
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-Ha estudiado el impacto de la reducción del tamaño de las clases en la enseñanza y el aprendizaje, cuestión sobre la que centrará su ponencia en Cartagena. La rebaja de las ratios de alumnos es una demanda recurrente; ¿encuentra evidencias del efecto de reducir el número de alumnos por aula?
-He trabajado los datos de la Comunidad de Madrid a lo largo de los años sobre los resultados en las pruebas de evaluación, los alumnos matriculados en cada colegio y las encuestas que se realizan a los profesores, familias, estudiantes y directores. Tenemos un montón de información sobre cómo cambian las dinámicas dentro de la clase en función del número de alumnos, que es una cuestión universal en el mundo de la educación, ya que hay mucho acuerdo en todos los sentidos. Pero el problema que tiene esta política son dos cuestiones fundamentales: es muy cara (el 60% de presupuesto de educación se dedica a pagar salarios de profesores, y bajar la ratio implica abrir una clase nueva); y, cuando ves la evidencia empírica internacional, el efecto causal de bajar la ratio de la clase solo mejora ligeramente el rendimiento académico. El efecto es muy pequeño. Tenemos, por una parte, que es muy caro en términos relativos y el efecto es pequeño, y entonces el coste de efectividad de la política no es tan fuerte. Además, hay un montón de cosas que pasan en el proceso intermedio, entre que bajas la ratio y hasta que impacta en el rendimiento; por ejemplo, encontramos que las familias, cuando la clase es más grande, aumentan el apoyo familiar, las clases particulares... Básicamente vemos que la rebaja de las ratios solo tiene efectos en Primaria y en colegios que tienen alta disrupción. Para el resto, pues no tiene ningún efecto. Una cosa muy española es que nos suelen gustar las políticas generales y universales, pero desde el punto de vista de eficiencia de los recursos tiene poco sentido.
-Es curioso porque se trata de una medida unánimemente aceptada, y revela que es básica, pues la evidencia científica, el análisis de los datos, previo a la toma de decisiones políticas y de reparto de recursos públicos... En los últimos años, por ejemplo, faltan plazas de Formación Profesional para atender la demanda y, en algunos grados universitarios, quedan desiertas sin que se reajusten recursos...
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-En muchos casos, hay un mal emparejamiento entre la oferta y la demanda. Creo que se puede compensar con más políticas de orientación en los institutos para informar a los alumnos de las opciones. Hay muchas carreras universitarias que tienen menos retorno que la FP, es decir, los graduados ganan menos. Y ahí tenemos una oferta amplísima de carreras universitarias que luego no llevan a nada básicamente; podemos ser más eficientes. En España persiste esa estigmatización de que tienes que hacer una carrera universitaria porque se supone que te va a dar algo extra, pero en realidad no es así. Esto viene de hace décadas, cuando comienza el gran acceso español a la universidad hace unos 30 años; se crean muchas plazas universitarias y la FP queda totalmente debajo. Ahora se está recuperando, pero, claro, necesitas ampliar la oferta; si no logran plaza, igual van a una carrera y terminan por abandonar.
-Los alumnos murcianos siguen atrapados en el furgón de cola en el último Informe PISA, pero también tienen los índices socioeconómicos y culturales más bajos y en los centros hay mayor proporción de alumnos con necesidades de apoyo y de repetidores...
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-El reto número uno tiene que ser reducir el abandono escolar y tratar de subir el nivel de los estudiantes que están más rezagados. Pero también hay que prestar atención a la otra cara de la moneda: España es de los países de la UE con menos estudiantes excelentes. En la OCDE hay un 9% de estudiantes que son alumnos excelentes; en España ese porcentaje baja al 6% y, en la Región, es solo del 4,5%; mientras, en Corea se alcanza el 22%. El problema que tiene esto es que los estudiantes excelentes son los que más mueven la economía y crean empleo, los que más van a innovar, van a crear empresas... En el siglo XXI, el conocimiento de matemáticas va a ser la clave y es la clave del crecimiento de los países. Necesitamos generar más alumnos que tengan altas competencias en estas materias; también pensando que se acerca un invierno demográfico en el que cada vez vamos a ser menos población y las pensiones y la sanidad van a ganar peso. Hay que pensar que en el futuro nos va a costar mantener esto, porque tenemos esos sectores que comen mucho dinero. Necesitamos generar estudiantes que en ese futuro van a generar un mayor valor añadido a la economía para poder mantener los otros sectores y hacerlos más eficientes. La clave para el futuro está en mejorar en los dos extremos: con los que peor rinden y tratar de generar alumnos que te vayan a marcar la diferencia.
-La inversión educativa en la Región no difiere mucho con respecto a otras comunidades con mejores resultados... Quizás hay que pensar que la efectividad de un sistema se debe medir más en atención a los resultados que a la cantidad de recursos invertidos...
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-No se puede gestionar lo que no se puede medir. En España, llevamos tiempo sin hacer evaluaciones censales. Ahora disponemos de todas las tecnologías de la información y podemos analizar datos a tiempo real y a un coste menor, con encuestas a las familias, profesores, observaciones en el aula, identificar colectivos, aulas, profesores que son más exitosos o que tienen dificultades e implementar políticas específicas para determinados centros, estudiantes y profesores. En la era de la información, obtener estos datos permite al sector educativo tener una mayor precisión, y también más equidad.
-La Región sigue a la cabeza en abandono educativo temprano. ¿Alguna propuesta?
-España tiene la segunda tasa de abandono escolar temprano más alta de la Unión Europea, de casi un 14%, solo por detrás de Rumanía; y la Región tiene la segunda más alta de España, cerca del 19%. Si vemos el porcentaje de estudiantes de bajo rendimiento o rezagados en PISA, vemos que son un 27% en toda España y, en Murcia, cerca del 31%, unas cifras similares a la media de la OCDE. O sea, tenemos más o menos parecido o menor número de estudiantes que no dan el nivel mínimo, pero luego tenemos muchos más estudiantes que dejan la educación, que abandonan. Parece que hay un capital de talentos ahí que estamos perdiendo y la evidencia empírica sugiere dos tipos de políticas. La primera, serían tutorías de pequeños grupos con los estudiantes para hacer una monitorización; y fomentar la Formación Profesional, que les proporciona una opción a dejar la educación y tiene mucho mayor retorno en el mercado laboral, ya que no se van a quedar descolgados y no van a engrosar el paro juvenil. Es importante que se les oriente cuando están en el instituto para que no dejen la educación.
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-Todos esos registros negativos del sistema educativo regional contrastan con el elevado porcentaje de alumnos, el 27%, que terminan Bachillerato con sobresaliente de media...
-Yo creo que es difícil hablar de 'inflación', es complicado separar a nivel matemático qué parte de esa subida de las notas es inflación, y qué parte simplemente viene provocada por mejoras reales. Además, los exámenes de la Ebau son diferentes en cada Comunidad, y también los criterios de evaluación de Bachillerato. Creo que sería interesante aplicar dos medidas clave. La primera, armonizar e ir a una Ebau centralizada para toda España, con un examen único para todos. Sobre todo teniendo en cuenta que para entrar a la Universidad hay un distrito único para toda España. Otra medida importante pasa por rebajar el peso de la nota de Bachillerato en la media final.
-En los últimos 40 años se han legislado en España ocho reformas educativas. Tanto cambio, ¿supone una pérdida de esfuerzos y recursos?
-Tienen un efecto malísimo. Es muy importante alcanzar un pacto educativo, sobre todo entre los grandes partidos, PP y PSOE, porque además hay un montón de políticas en las que estos dos partidos están completamente alineados. Por ejemplo, la FP es uno de estos unicornios en los que tienes poca polarización, y los dos partidos están muy enfocados en que quieren fomentarla, así como la bajada de ratios. El problema es el contexto de polarización tan elevada que tenemos, y eso lo vemos en la última ley de educación, que se aprobó sin que pudieran comparecer los expertos en educación, y además con el menor apoyo parlamentario de la historia de una ley de educación. Además, las leyes educativas tardan en implementarse años.
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-Los movimientos de padres de alumnos en pro de aulas 'sin pantallas' están en auge...
-A mí lo que me causa una sensación extraña es ver cómo de los fondos 'Next Generation' de la Unión Europea reservados a la educación se ha invertido un tercio del total en la digitalización de los centros. Hemos gastado el 33% de la asignación en digitalizar, cuando la evidencia empírica en esto es absolutamente mixta y no es nada clara, y hay otras políticas que son mucho más efectivas que no hemos potenciado. Esto ocurre en el 2021, y en 2022 sale Pisa y dice que no está tan bien tener tanta digitalización en el aula. Entonces, ahora, de repente, queremos cambiarlo todo, pero no estamos entendiendo que unos meses antes básicamente nos hemos gastado todo el dinero en eso. Es importantísimo que cada política que se aplique se base en evidencia empírica. Y si no se tiene evidencia empírica, pues hay que crear programas pilotos para poder diseñarla bien. Que las pantallas pueden ser un instrumento en el que el profesor usa para dar su clase es otra cuestión.
-En la obra coral en la que ha colaborado, 'Un país posible: Manual de reformas políticamente viables', inciden precisamente en el uso de la evidencia empírica para la toma de decisiones de políticas públicas...
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-Requiere de estudios previos, de profesionales independientes, tener claro lo que se quiere diseñar, aplicar un programa piloto, hacerlo bien para que se pueda evaluar. Y requiere, sobre todo, de voluntad política. Voluntad de decir: 'Me interesa saber cómo va a funcionar una política, pues primero vamos a diseñarla, vamos a evaluarla y luego la implementamos a escala más amplia'. En la Región, con el actual consejero, se está trabajando mucho con los datos educativos y con el uso de evidencia. La Airef, el Banco España, instituciones independientes, la universidad, deben evaluar las políticas públicas.
-El clima creciente de polarización política no está enfocado precisamente en esa dirección...
-El futuro del sistema sanitario, las pensiones, el altísimo desempleo juvenil en España, que es el mayor de la Unión Europea, la baja productividad... son los problemas reales que tiene el país, pero en cambio estamos hablando de otras cosas, ¿no? Es muy importante centrarse en los problemas reales que tiene la ciudadanía y darles respuesta.
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-Ese auge populista propicia que sean políticas más simples y persuasivas las que enganchen al electorado...
-Y no estamos a ponernos a decir, 'ok, vamos a ver cada política de manera científica, evaluarla, ver sus efectos y ver cómo implementarla, ¿no?'. Pero hay que ir hacia la racionalización del gasto público, a las políticas públicas basadas en evidencias.
La jornada 'Avances en educación: Investigación y aplicaciones prácticas', en la que participa José Montalbán, se celebra el próximo viernes en la Universidad Politécnica de Cartagena y reúne a expertos de universidades internacionales. Durante el encuentro, organizado por la Consejería de Educación, se debatirá sobre el desarrollo de soluciones innovadoras para superar las brechas de alfabetización y mejorar los resultados educativos. Entre los ponentes, se encuentran también Miguel Urquiola (Universidad de Columbia), Pilar Cuevas (London School of Economics), Ildefonso Méndez (UMU), Christopher Neilson (Universidad de Yale), así como Carmen Marco y Rosa Badillo (UPCT). También se celebrará una mesa redonda sobre políticas educativas moderada por el director del diario LA VERDAD, Alberto Aguirre.
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