José María García Santos, en el servicio de Radiodignóstico del Morales Meseguer, ayer. Martínez Bueso
Jefe del servicio de Radiología del Hospital Morales Meseguer

José María García Santos: «Hay un aumento exponencial del número de pruebas desde la pandemia»

El exceso de estudios de imagen «representa un problema de salud», porque «puede llevar al sobrediagnóstico»

Sábado, 9 de marzo 2024, 01:00

Al servicio de Radiología del Morales Meseguer se le acumulan los reconocimientos. Su máximo responsable, José María García Santos (Alicante, 1963), recibirá en mayo la ... Medalla de Oro de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram), una organización que ya premió a este servicio como el mejor de la especialidad en España en 2023. García Santos llegó al Morales Meseguer en 1995 de la mano del entonces jefe del servicio, Ginés Madrid. En 2011, y tras la jubilación de su mentor, asumió la jefatura.

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-¿Qué ha hecho de este servicio un ejemplo de calidad asistencial?

-El compromiso con la calidad viene de los tiempos de Ginés Madrid. Él ha sido un gestor en Radiología, su forma de dirigir ya hizo de este servicio un referente nacional. Ofrecía una atención distinta. Por poner un ejemplo, en cualquier hospital se citaba a todos los pacientes a las ocho de la mañana. Si tenías buena suerte entrabas a las 8.05, y si no, a las dos de la tarde. ¿Por qué se hacía así? Porque era cómodo. Pero Ginés, aquí en el Morales, empezó a citar a los pacientes a su hora. Por otra parte, él fue quien se encargó del diseño arquitectónico de este servicio, que fue muy bueno.

-Una de las cuestiones que ya su antecesor puso sobre la mesa es la necesidad de un uso racional de las pruebas. ¿Hay un abuso? ¿Se siguen produciendo derivaciones innecesarias, o pruebas duplicadas?

-Por supuesto. Y, por otro lado, hay una explicación difícil al hecho de que antes de la pandemia estuviésemos en unas 12.000 pruebas al mes, como mucho, y el pasado mes de enero superásemos las 16.000. La curva va para arriba, es un crecimiento exponencial y el motivo no está claro. La gestión de la radiología es muy compleja. Todo lo que comenta -las duplicidades, la justificación de pruebas- representa un grave problema que, a mi juicio, es de salud. Pensamos que hacer una prueba siempre viene bien porque lleva a un hallazgo que se solventa, pero no siempre es así. Estoy hablando del sobrediagnóstico. A veces, lo que encuentras son cosas que o no son solucionables o no tienen por qué solucionarse.

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-¿Parte del problema está en la actitud tan demandante que muestran muchos pacientes? Mucha gente va a Urgencias con la idea que le hagan un TAC o una resonancia, para lo que sea.

-Un paciente no tiene la obligación de conocer todo esto. Los pacientes viven en un mundo en el que parece que una medicina científica y tecnologizada tiene soluciones para todo, cuando a veces no es así. Un paciente siempre va a pensar que es bueno encontrar cosas, chequearse. Estamos en una sociedad muy medicalizada.

-Los servicios de Radiología han experimentado una importante renovación tecnológica gracias a los fondos europeos del plan Inveat. ¿Qué ha supuesto para el Morales Meseguer esta inversión?

-Sí, gracias a los fondos europeos y, antes, a la Fundación Amancio Ortega, hemos pasado de tener una resonancia y dos TAC en el periodo prepandemia a contar ahora mismo con dos resonancias en el servicio, más tres TAC nuevos. Eso es una renovación enorme, porque aquí teníamos TAC de 15 o 18 años.

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-La Seram también ha reconocido al Morales Meseguer por su apuesta por la formación. ¿Este servicio tiene capacidad para formar a más MIR ante el déficit que hay de especialistas?

-Nuestra vocación docente siempre ha sido muy alta. Hemos tenido muy estructurada la formación de residentes (MIR), y también la de estudiantes de Medicina. En tiempos de Ginés Madrid pedimos aumentar de tres a cuatro residentes por año. Pero en aquel momento no estaba considerado una prioridad. Todo lo contrario, lo que pretendían los responsables de Formación de la Comunidad era reducir el número de residentes, aunque no ocurrió nunca. Las cosas cambiaron, y La Arrixaca ha pasado ahora a tener cinco residentes por año, con lo que saldrán 10 en toda la Región. Pero eso no cubre las necesidades de Radiología de esta región.

-Ante esa falta de radiólogos, el Morales Meseguer está cubriendo el hospital de Yecla. ¿Cómo lo están haciendo?

-Tenemos una unidad funcional [con el Virgen del Castillo de Yecla] con 10 radiólogos, más la jefa. Trabajan el 60% del tiempo en el área VI y el 40% en el área V (el Altiplano). Ese fue el acuerdo al que llegamos porque nosotros también tenemos necesidades que cubrir. De la anterior plantilla de Yecla solo queda una radióloga, que es la única que está allí presencialmente toda la semana. Y yo voy, gratis, todos los miércoles. Es un sistema complejo. Hay gente trabajando para Yecla desde aquí, porque nosotros podemos trabajar en red. Da igual informar una agenda de TAC en una pantalla en mi despacho que en el hospital de Yecla. Pero las guardias están casi todas cubriéndose de forma presencial allí.

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-¿Tras este déficit de especialistas hay un problema de planificación? Llama la atención que se llegase a plantear hace unos años una reducción del número de residentes, como comenta, y que ahora no haya profesionales suficientes para cubrir Yecla o Caravaca.

-La planificación puede haber sido mala, pero estamos ante una cuestión multifactorial y difícil de solventar. Esto [la demanda de pruebas] se ha disparado. Por otra parte, creo que tampoco hay recursos. Si aumentamos en cinco residentes, eso cuesta dinero. Y si no queremos gastar más dinero, esos cinco residentes que gana Radiología hay que quitárselos a otra especialidad. ¿Cómo podemos abordar esto, vamos a otros modelos? Hay soluciones que son muy difíciles. Podemos intentar racionalizar la demanda si pensamos que el 30% de las pruebas radiológicas no tienen sentido, una cifra que está muy asumida. Pero, ¿quién mete mano a eso? El problema de la planificación no es exclusivamente nuestro, ocurre en otros países. La radiología ha pasado a ser una especialidad con 'burnout' (síndrome del profesional quemado), cuando antes no era así. La carga de trabajo es tremenda.

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